El Rey Mono y el Monje Tripitaka hicieron largo viaje en busca de las enseñanzas sagradas, enfrentando enemigos de siete ojos y diez cabezas, superiores en número y ferocidad, a los que derrotaron con sus letales artes de combate.
Lllegando a una amplia llanura, encontraron a un viejo asceta, que estaba meditando a la sombra de un árbol.
-¡Oh viejo sabio, honrado seas por tu gran dedicación al Thatágata, ayúdanos a seguir camino, danos un poco de tu sabiduría!- exclamaron al unísono ambos viajeros, realizando las reverencias del caso.
-Bienvenidos sean, estimados viajeros de tierras lejanas que hacen honor al lema "Paciencia Budista o Muerte". Soy un hombre común, no soy un sabio y ¡más vieja será su abuela! Este trajinado corazón me dice que ustedes serán exitosos en su largo periplo, derrotarán a numerosos enemigos y llegarán a la Iluminación, trayendo Paz y Amor a este mundo sublunar, luego de lo cual se unirán con los demonios de Shangai y de esa unión surgirá la estirpe de los Dragones Rojos que durará muchos siglos y en Octubre de 2011 aplastará a los Perros de Madera Balsa en las elecciones de Comisión Interna de Kraft-Terrabusi. ¡Nunca olviden que no existe la burguesía nacional y que la burocracia de Daer es un salvavidas de plomo!
-No lo haremos, Bodisatva- respondieron. Y siguieron camino, evitando los carteles de "Síganme" que llevaban a pantanos oscuros y los de "plante un Pino en Yenan" que no llevaban a nada.
1 comentario:
Muy bueno juan!
Como aquellas fabulas epicas que los libros esconden y que la tecnologia nos aplaca.
Abrazo
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