martes, 30 de abril de 2013

En el principio fue la Acción

Leo en el Fausto de Goethe: 

Aquí dice: «En el principio fue la Palabra». Ya empiezo a atascarme, ¿quién me ayudará a seguir? No puedo darle tanto valor a la Palabra. Tengo que traducirlo de otra manera. Si el Espíritu me iluminara... Aquí dice: «En el principio fue el Pensamiento». Piensa bien en esta línea, la primera; que tu pluma no se apresure. ¿Es el pensamiento el que todo lo crea y por el que todo se obra? Tal vez ponga «En el principio fue la Fuerza». Pero ya, al escribirlo, algo me dice que no he de dejarlo así. Me ayuda el Espíritu, veo cuál es su consejo y escribo confiado: «En el principio fue la Acción».

viernes, 5 de abril de 2013

Algunas reflexiones sobre el crimen social de las inundaciones y la situación política



El impulso más primitivo por el que militamos los socialistas es el odio por las injusticias. Después vamos sumando argumentos, incluida la crítica científica desde el marxismo a la idea de lo que se denomina "justicia social". Pero sin ese sentimiento milenario de rebelión contra la opresión, no somos nada. 

Creo que en estos días todos volvimos a sentir muy a flor de piel ese odio, ese malestar inmenso con esta sociedad (o esta clase dominante) que veranea en Brasil mientras nuestros hermanos de la clase trabajadora y el pueblo pobre pierden todo como si fuera algo natural. Tan convencidos están estos tipos de que se merecen sus privilegios que a ninguno se le ocurrió (como político burgués con viveza criolla) quedarse haciendo como que trabajaba en Semana Santa. Esto demuestra de paso que los countries y demás formas de segregación van a ser la ruina de la clase dominante argentina, incluidos los del PJ, que cada vez más se enteran de los problemas por la televisión (como antes ocurría solamente a los políticos de la UCR). 

Frente a estos políticos capitalistas, lúmpenes y millonarios, se alzaron como gigantes los héroes de la clase obrera y las grandes barriadas populares. Los mismos que cotidianamente hacen girar las ruedas de la maquinaria capitalista, los que pueblan las grandes concentraciones urbanas donde se construye el poder de los aparatos territoriales más prestos a recoger votos que a ayudar a los semejantes, aparecieron por miles para ayudar a los amigos, los familiares, los vecinos, la señora viejita que vive en la misma cuadra, los chicos que se quedaron solos. Ver este despliegue de solidaridad y energía frente al desastre y la desidia patronal, me llena de orgullo militante por la clase a cuyos intereses dedicamos la vida y también por los compañeros del PTS de La Plata que están en el ojo de la tormenta, muchos de ellos con graves pérdidas materiales. Y desde ya que nos estamos sumando desde Neuquén para juntar víveres y todo lo necesario para los damnificados. 

Si bien a muchos compañeros les puede resultar chocante tratar de pensar con la cabeza fría en medio de esta bronca, creo que tenemos que hacer algunas reflexiones políticas mínimas sobre cómo van a impactar estos hechos en la realidad política. 

-Si el "efecto Bergoglio" se llevó puesto al "efecto Chávez", el desastre humanitario provocado por el crimen social desplaza en lo inmediato el clima de concordia y catolización generado por el acceso de Bergoglio a la conducción del Vaticano. Desde el punto de vista político más inmediato, impuso una tregua entre todos los políticos patronales, todos responsables del desastre. En el mediano plazo, me parece que ya se puede descartar cualquier discurso que siga insistiendo en la re-reelección de CFK y que la interna del PJ va a un acuerdo con Scioli en condiciones donde todos quedan golpeados. Lo único que hizo que la situación no se desmadre mucho más para el control gubernamental es la inexistencia de la oposición y la todavía débil existencia de la izquierda clasista, frente al quietismo de los sindicatos. Pero no se puede descartar que el descontento siga escalando y el PJ empiece a estar mucho más jodido en la definición de la "sucesión" de CFK. 

-FR me decía ayer que frente al crimen social se generó una especie de "crisis de hegemonía" donde de hecho se constituyó una especie de "bloque obrero-popular" contra los políticos millonarios a los que no les importa la vida del pueblo. Creo que es acertado -supongo que él escribirá en su blog al respecto- y que estos hechos ya están generando un fuerte impacto en la conciencia de las masas obreras y populares. El comienzo de ruptura de la clase obrera con el gobierno de CFK que se expresó en el paro del 20N por la vía de las reivindicaciones económicas, reaparece con más fuerza como un cuestionamiento durísimo a la política "social" y de "infraestructura" de todos los gobiernos. ¿Llegará este estado de indignación a generar elementos de conciencia más permanentes tendientes a la división de clases de forma tal que sectores más amplios del pueblo se identifiquen con la clase trabajadora contra los políticos patronales? Mejor dicho y para utilizar una cita de Gramsci ¿será el inicio de un proceso más claro de separación de sectores de masas con sus partidos tradicionales? Este desastre en el que el PRO, CFK y Scioli están igualmente implicados, ¿achicará la diferencia entre "experiencia con el cristinismo" y "experiencia con el peronismo" de la clase trabajadora? Es aventurado afirmarlo, pero está planteado como hipótesis. 

-En este blog siempre se ha insistido, cuando los amigos tendían a ver todo más atado con alambre, en que el kirchnerismo logró recomponer la autoridad estatal, prestigiando las instituciones "sufragio" y "presidencia". Sin embargo, hay un problema más de fondo que el kirchnerismo no sólo no abordó sino que empeoró: el deterioro de las funciones "universales" (por darle un mal nombre) del Estado, como garantizar el transporte público, la salud, la educación, la vivienda, la infraestructura urbana, etc., todas cuestiones que permiten que la burguesía la caretee haciendo como que el Estado representa el "interés general" sin las cuales tendría que reducirse al aparato represivo y los aparatos electorales. La masacre de Once puso esto sobre el tapete, pero el crimen social de La Plata lo terminó de dejar al desnudo. Esta situación, que muestra crudamente el carácter históricamente regresivo del kirchnerismo, ha sido una de las principales fuentes de deslegitimación de la autoridad estatal durante los gobiernos kirchneristas y posiblemente esté sepultando en vida al oficialismo. 

-Si los autonomistas siguieran siendo autonomistas, podrían decir que la respuesta popular frente al desastre de La Plata creó nuevas formas de "trabajo afectivo" y cosas por el estilo. Y en cierto modo tendrían razón, ya que los lazos que se están creando por abajo son un fuerte contrapeso a la ideología individualista, consumista y antisolidaria que pregona el capitalismo. Son también el terreno en el cual está planteado luchar por la unidad de la clase trabajadora y su alianza con los pobres urbanos, para dar una salida a la miseria y la opresión del sistema. 

Continuará.