martes, 31 de diciembre de 2013

Un "ultra rare track" para despedir el año

Reposteo unas líneas escritas hace bastante tiempo sobre el lenguaje "militar" de Antonio Gramsci. Siendo el diálogo con el marxista italiano uno de los ejes de reflexión de este blog, va dedicada a los panchos que me suponen un repetidor de Perry Anderson. Cómo dice un proverbio clásico, no olvide vaciar su taza....


De los debates que venimos haciendo en este blog y el de Fernando Rosso sobre los problemas de la estrategia marxista y la política del FIT, me fue quedando en el tintero un asunto teórico que intentaré abordar en este post. 



Completo acá.

martes, 17 de diciembre de 2013

La imaginación realista



Trotsky desgrana a lo largo de su autobiografía, Mi vida, sencillas y cortas definiciones de los distintos momentos que atravesó el Partido Bolchevique, y las diversas peleas que dio Lenin para forjar lo que podríamos llamar un “partido leninista” –probablemente porque el libro fue escrito en medio de los ataques stalinistas que pretendían integrar una nueva concepción del “leninismo” que sirviera para justificar los zig zag de su política y acabar con la vieja guardia bolchevique, para lo cual necesitaba, como en las fotos, retoques y eliminaciones que acabaran con lo que hubiera de revolucionario en esa tradición–. Dos son especialmente sucintas pero cargadas de contenido.

Completo, acá.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Primeras líneas sobre la "cuestión policial"

                       

A partir del acuartelamiento de la policía de Córdoba, la "crisis policial" replicó con desigual intensidad pero con tendencias a generalizarse en otras provincias, como Catamarca, San Juan, La Rioja, Río Negro, Neuquén. Fue precedida a su vez por el escándalo de la otra gran “narcopolicía” (junto con Córdoba), la de Santa Fe, que ahora también se suma a la "protesta".

Esta "crisis" es un fracaso tanto de la política K de "seguridad democrática" como de las políticas de "mano dura" al estilo De La Sota. 

Nos interesa analizar los elementos de crisis de la autoridad estatal que surgen de estos hechos, en primer lugar, y después algunos problemas de estrategia obrera que se desprenden de ellos.

Las policías son parte de la crisis de las administraciones provinciales, las cuales vienen aplicando hace rato "sintonía fina" contra los sueldos de estatales y docentes. Y aunque los gobernadores generalmente tienen bien pagada a la policía (además de que son los primeros en el cronograma de pagos), deben hacerlo dentro de los límites de presupuestos acotados, por los que los sueldos que cobran los policías por cumplir su función represiva son más o menos igual de bajos que los de estatales y docentes. Esto tiene una base estructural en las llamadas “contra-reformas” del Estado en los 90s. sintéticamente, centralizaron la recaudación y federalizaron los “servicios”, como la educación, la salud y el “servicio de orden”. Según algunos informes el 74% de la recaudación general se la lleva el Estado nacional y las provincias deben hacer frente con el resto. El “bonapartismo fiscal” de CFK, con caja abultada durante todos estos años, y que lograba la disciplina de los gobernadores, tenía también esta base: ¡gracias Menem, fuerza Cristina!

En esto estaba la base de la creciente ligazón de la policía con el "gran delito", en especial con el crecimiento del narcotráfico,  complejizando la cuestión. La “mano de obra” para estos negocios la obtienen de la pobreza estructural legada por neoliberalismo y sostenida en estos años. A medida que aumenta la descomposición de estas fuerzas, se amplían las fuentes de "ingresos extra" de sus integrantes, hasta que salta la ficha y empieza la mala racha, hasta que se normalicen las "relaciones comerciales" otra vez. Cuando se pasaron de rosca en los negocios en Córdoba saltó el escándalo y se convirtió en una crisis política y judicial. Se bloquearon los negocios extras de los que se obtenía el “plusvalor” de las distintas escalas de la fuerza, e inmediatamente saltó el reclamo “salarial”. Si me prohíben hacer el negocio, entonces ¡aumento ya!

Pero más allá de estos elementos "económicos", está la cuestión política. Las policías provinciales se han transformado en elementos indispensables para mantener la política de segregación de los jóvenes de las más grandes, populosas y pobres barriadas. Citamos tres casos que conocemos bastante bien: Córdoba, Neuquén y Bariloche, donde la policía actúa como un permanente retén que "devuelve" los pibes al barrio, cada vez que se acercan al centro, mientras en los barrios, tiene "licencia para matar" (la reciente condena al policía Claudio Salas en el caso de Brian Hernández en Neuquén constituye un límite a este accionar, que se consiguió con lucha y movilización).

En estos motines, entonces, hay también una cuestión política, que tiene que ver con esto que decíamos antes y que ya ocurrió con la protesta de prefectos y gendarmes. Si los gobiernos les dan "plenos poderes" en el subsuelo de los barrios, los represores consideran que eso debe ser igualmente reconocido en la superficie de la política. En algunos casos, según el nivel de descomposición, los policías reclaman algún tipo de "prestigio social" y en otros solamente ser reconocidos como un gran "grupo de presión". Pero el sentido del "reclamo" es el mismo.  

Este problema, que en el lenguaje del "progresismo" se denomina como "de la subordinación de las policías al poder político", se torna estratégicamente un punto de fuga muy importante del régimen político. Básicamente porque la tropa "propia" del Estado no es un cuerpo armado orgulloso de su cohesión y rol social, sino una banda de lúmpenes que primero exige la plata y después sale a reprimir, igual que los antiguos condottieri, es decir como un ejército mercenario.

Y en este punto, la "policialización" de la Gendarmería operada por el kirchnerismo, no resolvió para nada el problema desde el punto de vista burgués. Pensada como una Guardia Nacional, que va a reprimir ahí donde hace falta cuando la policía ya fue superada por los manifestantes, la Gendarmería puede reemplazar (o complementar) a la bonaerense o la Federal en algunos barrios, pero no puede hacer lo mismo con todas las policías provinciales. Si una situación como la de Córdoba se diera en tres o cuatro provincias simultáneamente, simplemente el Estado no tendría forma de hacerle frente...

 .... salvo oponiendo a los "vecinos" (trabajadores y de "clase media") contra los "negros".

Y ahí empieza el problema de estrategia obrera clave que tenemos que pensar a partir de estos hechos. La relación de fuerzas general le pone límites a los motines y la “forma” expresa en algunos casos (como en su momento las protestas de gendarmes y prefectos), el “homenaje” (entre muchas comillas) al movimiento obrero. Se expresan más como “vandorismo policial” que como “Navarrazo” (aunque la evolución de una cosa a otra puede tener límites difusos, sobre todo si la corporación tiene a su disposición los fierros). 

Estos límites hacen que a pesar del “resultado” de estos motines que generan una “coyuntura reaccionaria” porque fortalecen a la policía y enfrentan a los trabajadores con los “saqueadores”, puedan surgir contratendencias como la de los estatales cordobeses que aprovecharon para reclamar después de que De La Sota arregló con la policía.

Pero, más allá de que es complemente legítimo que las organizaciones sindicales aprovechen el debilitamiento del gobernador para salir a hacer sus reclamos, precisamente ese rol “sindicalista” del movimiento obrero es el que no permite que juegue un rol “hegemónico”, es decir que se proponga dirigir al pueblo, como planteábamos acá.

Los organizaciones obreras reclamando sectorialmente en medio de una terrible crisis social no pueden dar una salida al conjunto del pueblo. Las "fuerzas elementales" del "barrio", sin una orientación clara tampoco pueden hacerlo y mucho menos ganarse a los sectores medios "progres", cuyo progresismo disminuye considerablemente ante situaciones como los saqueos.

En este sentido, cuando tomamos el ejemplo que en pequeña escala marcaron la vanguardia y los sindicatos neuquinos al parar en repudio al asesinato de Willy Gutiérrez, estamos planteado que sin la intervención de la clase trabajadora con sus métodos y con una política tendiente a soldar la unidad obrero-popular, la "crisis" de la autoridad estatal se resuelve con un reforzamiento de las tendencias reaccionarias.

En la izquierda se abren dos alternativas. Una, que considera trabajadores a los policías y ve con buenos ojos su "sindicalización" (desconociendo que crear sindicatos de policías sería generar una nueva estructura al servicio de los poderes mafiosos) y otra, más fiel al programa del Frente de Izquierda: la que sostiene que frente a la descomposición del aparato represivo y la crisis del Estado, los trabajadores deben soldar una alianza con los pobres de las grandes barriadas, traccionando a un sector de las "clases medias", para vencer a los capitalistas y su estado. 

Fernando Rosso/Juan Dal Maso

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Un gran ejemplo contra la demonización de los jóvenes y los pobres

El sábado ocurrió en Neuquén un hecho de una gravedad enorme. Fue asesinado "Willy" Gutiérrez, testigo clave en el caso de Braian Hernández, cuya declaración jugó un papel central en la condena a reclusión perpetua que se dictó el día de ayer contra el policía Claudia Salas. La lectura de la sentencia estaba pautada para el viernes, pero se adelantó. 

Ante la noticia del asesinato de Gutiérrez, nos convocamos las organizaciones sindicales, políticas, sociales y de DDHH para dar una respuesta inmediata frente a este mensaje mafioso tendiente a resguardar la "licencia para matar" que tiene la policía en los barrios del Oeste neuquino. Y hubo un acuerdo principal en que lo más importante era responder desde las organizaciones de trabajadores con un paro provincial. 

El sindicato de los trabajadores y trabajadoras de la educación, ATEN, que viene luchando codo a codo con Ely Hernández (la mamá de Braian) desde el primer momento, jugó un rol central en traccionar la convocatoria al paro, siendo los primeros (junto al SOECN) que plantearon que iban a parar y convocando a los gremios de la CTA a tomar la misma medida. 

Hoy, entonces, se va a realizar un paro provincial de los gremios de la CTA, en repudio al asesinato de un pibe del Oeste. 

Un hecho inédito, si tenemos en cuenta la propaganda constante tendiente a enfrentar a los trabajadores sindicalizados y los pibes de los barrios, que se hace desde los gobiernos y los medios de comunicación, diciendo que los pibes son chorros, delincuentes, que hay que meterlos presos de chiquitos, etc, etc;

Los pibes de los barrios muchas veces dicen "cuando matan a un maestro o un estudiante, todos protestan, pero cuando nos matan a nosotros, nadie hace nada". Esa naturalización es la que hoy están cuestionando los sindicatos neuquinos, como parte de un trabajo que se viene dando contra la criminalización de los jóvenes. 

Esta medida, encabezada por ATEN y con el apoyo irrestricto, como siempre, del Sindicato Ceramista, plantea en un hecho puntual la perspectiva de la unidad obrero popular, más allá de cualquier "corporativismo". El gran ausente sigue siendo el Sindicato Petrolero, que dispone de grandes fuerzas de carácter estratégico, que Pereyra pone al servicio del régimen del MPN (como parte de la interna de este partido), de lo cual los trabajadores petroleros (padres, tíos y hermanos de pibes sometidos a la brutalidad policial) sacarán sus propias conclusiones.

Un ejemplo a seguir en todo el país, sobre todo ahora que en Córdoba se abre una campaña terrible de demonización de los pobres y los jóvenes. 

martes, 26 de noviembre de 2013

El nuevo gobierno, el nuevo escenario y la izquierda




La “patria analítica” ya dijo bastante sobre los cambios en el gabinete del gobierno nacional y sus efectos sobre la coyuntura. Más complejo es pensar en qué medida se dio un cambio cualitativo en el carácter del gobierno y cuáles son las tendencias y relaciones fuerzas en el escenario político a mediano plazo.

Completo, acá

jueves, 21 de noviembre de 2013

El FIT, "movimiento popular" o hegemonía obrera


El debate sobre la experiencia de un sector de la clase trabajadora argentina con el peronismo ha ido creciendo al calor de la emergencia del FIT y sus buenos resultados electorales. Y si bien alertamos contra las tendencias mediante las cuales el régimen intenta "integrar" a las expresiones antisistema, también planteamos que el modo más efectivo de combatirlas es utilizando el peso político logrado en función de la conquista de posiciones estratégicas, para ganar influencia real y creciente en la amplia vanguardia obrera; ya que la buena elección del FIT expresa a una franja de trabajadores que se inclinaron hacia la izquierda clasista. 

La reflexión sobre las tareas del Frente de Izquierda conlleva a su vez un componente de prefiguración del futuro desarrollo del movimiento de la clase trabajadora y su relación con los otros sectores populares oprimidos, cuáles serán los alcances de los elementos de ruptura con el peronismo, a través de qué formas organizativas y políticas se expresará, etc. 

En este sentido, nos interesa profundizar algunos aspectos de lo que se plantea acá, sobre la propuesta de los compañeros del PO de poner en pie "un nuevo movimiento popular, esta vez bajo las banderas del socialismo". 

En la historia del marxismo, la relación pueblo-clase obrera es un eje de la interpretación del desarrollo histórico de las revoluciones (esquematizado con gran inteligencia por León Trotsky en Resultados y Perspectivas, en la comparación entre 1789, 1848 y 1905) así como de los problemas estratégicos acerca de la alianza de clases a establecer y el rol de la clase obrera en la misma. Cuando el stalinismo impone la "teoría" de los Frentes Populares, impone asimismo una restauración de la vieja teoría menchevique de alianza con la burguesía democrática y revolución por etapas, pero también una relativa restauración del populismo y su dilución de la clase obrera en el pueblo. Sobre estas bases se desarrollaría luego el "eurocomunismo" en la segunda posguerra, con el que tiene elementos de continuidad el "posmarxismo". 

Desde las Montoneras hasta el peronismo, los "movimientos populares" son considerados la "forma" por antonomasia de los movimientos históricos argentinos. Este tipo de enfoque subsume el rol de la clase obrera y más en general la existencia de la división de clases, al servicio de la justificación histórica de diversas variantes de alianzas de conciliación de clases. De ahí que sea un lugar común la idea, instalada por el peronismo y sofisticada por intelectuales de izquierda como Portantiero y Aricó, de que la clase obrera en la Argentina se constituye como clase al mismo tiempo que como integrante del "movimiento nacional" peronista. Se identifica el surgimiento de la clase justo con el mismo momento en que perdía su identidad diferenciada y quedaba subordinada a un “movimiento nacional y popular”, por un largo periodo histórico; movimiento que avanza a pasos agigantados en su "domesticación"

El período del movimiento obrero previo al surgimiento del peronismo, que engloba las experiencias del anarquismo, socialismo y comunismo, si bien deja valiosas lecciones para la estrategia del proletariado y duró casi lo mismo o más que el "ciclo peronista" (si contamos desde las primeras sociedades obreras hasta las huelgas de la carne de 1943), aparece como un período en el cual el movimiento obrero actúa como un factor independiente (sin perder de vista el desarrollo creciente de sectores más proclives a la subordinación al estado expresado en la corriente "sindicalista"), pero sin hegemonía, es decir, sin un rol dirigente respecto de los restantes sectores oprimidos, en especial las capas medias urbanas (con la excepción de las alas izquierdas que surgieron en la Reforma Universitaria). Y esto era relativamente lógico porque las corrientes predominantes no tenían una estrategia "hegemónica": El PS era puramente parlamentario, los anarquistas eran muy combativos pero tenían una concepción más cercana al "populismo", el PC, a pesar de su gran rol en la organización de la nueva clase obrera durante los años '30, lo hizo bajo una orientación general ultraizquierdista, que después vira al Frente Popular con la "burguesía democrática" y los "sindicalistas" se integraron en el peronismo.

Resumiendo, en la teoría estamos frente a una retrogradación de carácter histórico en la cual de la teoría de la hegemonía proletaria entendida esta como predominio social y político del proletariado, se pasó a una concepción de "bloque popular" y "hegemonía sin determinación de clase".

En la historia argentina, estamos frente al dilema del movimiento obrero que actúa como sujeto de lucha, pero no logra ser hegemónico y su falsa superación por un "movimiento nacional-popular" en el que se diluye la clase obrera y su peso social en un "movimiento" más amplio, cuya unidad se suelda desde arriba con una identidad política. La resolución de esta oposición, difícilmente pueda darse bajo las formas "populistas" impuestas por el peronismo, pero con una identidad política "socialista". En este sentido, la formulación del PO, que a simple vista aparece como más "hegemónica", conlleva el peligro de que sin definición de un anclaje de clase, resulta en algo contrario a la hegemonía (proletaria). 

Para que la izquierda revolucionaria pueda realmente poner en pie un movimiento profundamente "popular y nacional" (en el sentido de no corporativo); carácter que tiene que tener todo movimiento social que pretenda protagonizar una revolución, es necesario que la clase trabajadora se proponga dirigir al resto del pueblo.

Como planteamos en su momento acá, la "hegemonía" no la garantiza un partido que se atribuye tener el "punto de vista" de la clase obrera (como pensaban, más allá de sus diferencias de tiempo, lugar y posiciones específicas, Gramsci, el General Giap y el Che Guevara), sino que implica que la clase obrera ejerza el liderazgo real de los oprimidos a través de una alianza social, que a su vez tiene expresión política en un partido revolucionario que promueve esa alianza como parte de una estrategia conciente. En este contexto, un "movimiento popular" que realmente exprese las "banderas del socialismo" no puede pensarse sin el desarrollo de la independencia política de la clase obrera y su rol "hegemónico" respecto de los restantes sectores oprimidos, para lo cual la lucha por una nueva "identidad" política en la vanguardia de la clase obrera, no puede desligarse de la conquista de "centros de gravedad" (recuperación de comisiones internas y sindicatos) e instancias de coordinación ("sovietismo") como dos aspectos centrales de una estrategia para vencer. 

Del actual apoyo de sectores obreros y populares al Frente de Izquierda, pueden desprenderse dos alternativas: la de hacer una izquierda amplia tipo Syriza (como ya están pidiendo los que antes decían que el FIT era un acuerdo de pequeñas iglesias y ahora de pronto descubrieron todas sus virtudes) o la de avanzar en el debate sobre cómo construir un partido revolucionario, ligado estrechamente al desarrollo de la experiencia de ruptura de sectores de la clase obrera con el peronismo. Porque si no, en vez lograr la hegemonía, se corre el serio riesgo de ser "hegemonizado".

Fernando Rosso/Juan Dal Maso

lunes, 11 de noviembre de 2013

Sobre los estudios gramscianos, el FIT y la "venganza de Juan B. Justo"



(Este post va a cumplir una función necesariamente "aguafiestas", por lo que sus contenidos podrán ser corregidos, limitados y mejorados por otros compañeros y compañeras. No pretende plantear más que una "verdad relativa"....)

Este artículo de Peter Thomas plantea una buena crítica a los que consideran a Gramsci un partidario de la "revolución pasiva" como programa. Contra esa lectura, sostiene que la cuestión de la revolución pasiva es una elaboración parcial y provisoria dentro de una teoría más general de la hegemonía y que lo que le interesa a Gramsci con la idea de "revolución pasiva" es plantear el carácter limitado, incompleto y parcial de las transformaciones históricas de la burguesía. No obstante las objeciones que pueden realizarse a este tipo de lectura (ver por ejemplo, acá, algunas de las consecuencias teóricas de la tendencia a generalizar los mecanismos de revolución pasiva), resulta interesante y además obliga a releer algunos pasajes de los Cuadernos de la Cárcel

Sin embargo, en la realidad, más allá de la cuestión teórica, los mecanismos de revolución pasiva, o que extraen la lógica de la revolución pasiva y la expresan en realidades más módicas que la formación tardía de Italia, Alemania y Japón, han sido generalmente eficaces en atemperar por un tiempo las contradicciones del capitalismo. De ahí que sea una tentación de muchos gramscianos, filo-gramscianos, academicistas y un largo etcétera, la de ver "revoluciones pasivas por todos lados". (Recordemos un clásico texto del gramscismo vernáculo) 

No habiendo tareas "burguesas" progresivas que realizar contra los vestigios de un régimen anterior, que puedan llevarse adelante sin que la lucha "democrática" se transforme en lucha social y que eso represente un "progreso" (dato característico de las revoluciones pasivas del siglo XIX), lo que queda de la revolución pasiva en el Siglo XX (y el actual) es un mecanismo de expropiación de las demandas populares por la vía de "renovaciones", "modernizaciones" y "recomposiciones" parciales, que preparan el camino a restauraciones más de derecha en su totalidad. 

Y en este sentido, mal que le pese a muchos, la "revolución pasiva" termina siendo una confirmación de la Teoría de la Revolución Permanente: las luchas nacionales, populares y democráticas que no avanzan hacia una lucha contra el capitalismo y por el poder obrero, resultan desviadas, contenidas, abortadas y sometidas a restauraciones tendientes a la constitución de un régimen muy parecido al anterior (ver Egipto). 

En Argentina, utilizamos el término "pasivización" para referirnos al proceso de retirada de las masas de las calles y expectativa en la resolución por arriba de los problemas, encarnado en su momento por el kirchnerismo después de la crisis del 2001 (en el sentido de que toma la lógica de la revolución pasiva, pero sin su progresividad histórica, según lo que planteamos más arriba). El éxito de esta empresa restauradora tiende a liquidar al kirchnerismo como tal y abrir camino a la vuelta del PJ, como todos sabemos. 

Otro punto de vista relacionado con la "revolución pasiva" como programa es aquel que dice que los sistemas políticos tienden a la "homeostasis" o auto-regulación (lo cual es cierto sobre todo si hay una baja lucha de clases). Ligando las dos ideas, la estabilidad del régimen político se constituye sobre la base de expropiar las demandas que vienen de abajo, tanto como de generar actores políticos que llenen los "vacíos" dejados por las crisis previas. 

Y en este contexto, pensando en las buenas performances electorales que está teniendo el FIT, tenemos que preguntarnos si no estamos asistiendo a una suerte de "venganza de Juan B. Justo" en la que la izquierda corre el riesgo de terminar siendo el agente involuntario de la "modernización" del sistema político, ocupando los espacios vacantes de la centroizquierda en crisis, que una vez recompuesta, volverá a reclamar lo perdido o el de una izquierda de tipo reformista que aún no puede constituirse en nombre propio, pero que ya tiene voces que reclaman "que se abra el FIT" a otras expresiones "transformadoras". 

Sin ánimo de dar carnadura a la imagen de Marx de que "el recuerdo de los muertos oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos", tenemos que ser concientes de que, una vez derrotado el intento de mantener en la marginalidad absoluta al trotskismo, la que se viene es la carta "juanbejustista". 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Trotsky, Perón y el derrotero del peronismo


Algunos garabatos, a propósito de este post de Fernando y posterior conversa...

Los dos fueron estrategas militares. Aunque uno de ellos se formó en la "academia" y el otro en la "guerra misma". 

Uno fue partidario de la lucha de clases mientras el otro lo fue de la "comunidad organizada". 

Los dos contribuyeron a crear Estados con base de masas, aunque con distinto carácter de clase y distinta función en la política internacional.

Uno fue amigo de Diego Rivera y André Bretón, mientras el otro galardonó a Borges con el título de Inspector de mercados de aves de corral

Uno planteó la inutilidad de un golpe de Estado contra Stalin, porque consideraba que eso afianzaría la burocratización de la URSS, por privilegiar los movimientos del aparato militar por sobre la acción desde abajo de las masas obreras; el otro, secretario de Trabajo y Previsión de un gobierno de facto, elegido luego masivamente por elecciones, se negó a luchar contra el golpe del '55, para "evitar un baño de sangre", cerrando el camino a la acción de esas mismas masas obreras que diez años antes dieran origen al mito de "las patas en la fuente" y lo llevaran el año siguiente a la Presidencia de la Nación. 

Los dos vivieron el exilio pero en condiciones muy disímiles y hasta opuestas. 

Uno volvió a su país para frenar el ascenso obrero que había tenido su precuela en la resistencia peronista, mientras el otro fue asesinado lejos del suyo, por un sicario de Stalin en el único país que le diera asilo.

Uno es el teórico de la revolución permanente, mientras el otro hizo su aporte a las múltiples versiones de la "revolución pasiva". 

El realismo político de Trotsky tenía su fundamentación filosófica en la dialéctica materialista. El de Perón, en la cosmovisión aristotélico-tomista. 


Ambos pensaron la política de masas, pero con visiones contrapuestas. Trotsky buscó generar las instancias de organización que permitieran la progresión geométrica del movimiento de masas. Perón fue el creador de una rígida contabilidad burocrática, que más allá de los "avatares" progresistas siempre vuelve para demostrar que el peronismo es, en definitiva, una corriente profundamente conservadora.

jueves, 24 de octubre de 2013

La vida siempre da revancha


Leo en La Supremacía Tolstoi y otros ensayos al tuntún, de Fabián Casas, un texto titulado "Nudos Borromeos", del que transcribo lo que sigue

Yo y mis hermanos menores asistimos conmocionados cuando se abrió la puerta de la sala e irrumpió nuestro primo Cachito -mayor que nosotros- sostenido por dos o tres personas como en un Vía Crucis. Aún hoy no puedo recordar quiénes lo sostenían. Hasta llegué a sospechar que podían ser extras pagos. Lo arrastraban hasta el cuarto donde estaba el cuerpo de mi vieja y ahí él se arrojó sobre el ataúd, y estuvo a punto de tirarlo al piso. Lo concreto era que Cachito lloraba más que nosotros. De hecho, con su llanto descomunal, nos estaba dejando a los tres hijos como unos vástagos insensibles. Era claro que había decidido copar el velatorio y, ante la mirada de aprobación de tías y tíos, lo estaba logrando. Lo logró. Al igual que esas máquinas mecánicas que tenemos los humanos para que hagan el trabajo por nosotros (pienso en las risas pregrabadas del canal Sony), Cachito lloró por nosotros y nos humilló en nuestra cancha. 
Pasaron veinte años hasta que murió la mamá de Cachito, nuestra tía. Cuando me avisaron, llamé a mis hermanos y les dije que había llegado la hora de la venganza. Entramos al velatorio y Cachito nos cruzó una mirada asustada. Como le sucede a los protagonistas de las películas de género, sabía a qué veníamos. Pedimos, como hizo Juan Perón cuando encontró el cadáver embalsamado de Evita, que nos dejaran a solas con nuestra tía. Entramos al cuarto donde estaba su cuerpo, cerramos la puerta que comunicaba a la sala donde nuestros familiares en común tomaban café, y nos pusimos a gritar y a golpear las paredes. Hicimos esto un rato largo. Después abrimos la puerta y salimos.

Chevron va a seguir cobrando regalías por los pozos aunque se retire

Completo, acá.

Toque de color: "Hasta el tarot le tira onda a Del Caño"

¿Esto será una crítica velada a los que viven de hacer encuestas electorales?

lunes, 21 de octubre de 2013

El puente que une la biblioteca con el barrio



Copio entrevista con Fabián Casas, publicada ayer en el diario Río Negro (tiene algunos defectos como que mezcla los libros de prosa con los de poemas y además en el "Casas Básico" no está mencionado "El Salmon", pero bue...), a propósito de su nuevo libro La supremacía Tolstoi y otros ensayos al tuntún. Habrá que leerlo, nomás...

viernes, 18 de octubre de 2013

Viernes (otros asuntos)

El affaire Cabandié como inauguración de la posible categoría posgramsciana de "pequeñísima política", desde todo punto de vista. El discurso político argentino, entre la clase de semiología del CBC y el programa de Rial. Vamos por el significante vaciado, más que vacío. 

sábado, 12 de octubre de 2013

jueves, 3 de octubre de 2013

La novela negra de John Connolly y el tormento de Charlie Parker


Every Dead Thing

El otro día leía este post, que en general resume bien las características de la novela de John Connolly, pero me quedé pensando que, al estar centrado en el personaje de Charlie Parker, le falta algo. O que cada cosa que dice se podría profundizar. 

Más allá de las razones por las cuales hacerse fana del detective Charlie Parker, creo que la novela de Connolly (no obstante ciertos aspectos desafortunados que pueda tener alguno de sus libros por la insistencia en incluir temas "sobrenaturales" que no siempre están bien engarzados y quedan medio bizarros, caso Los Amantes) expresa una buena combinación de la novela negra tradicional con una metafísica sobre la naturaleza del mal. Como me dijo alguien muy especial, después de leer Todo lo que muere: "aprendí la diferencia entre la maldad y la estupidez". 


En líneas generales creo que hay que reivindicar de Connolly lo siguiente: 

-Escribe bien. Para mí, con todo respeto, escribe mejor que Mankell, ya que tiene el mismo nivel de acción casi cinematográfico, pero también tiene más recursos literarios, tanto en las descripciones de paisajes, como en la recreación de climas y situaciones, como en la forma en que va desmadejando los argumentos. Las tramas son complejas y generalmente sucede que es difícil acordarse de todos los personajes que incluye cada novela. Pero eso sí, aparecen y se retiran todos en el momento adecuado. 

-Sus novelas contienen mucho material de investigación. Sea sobre el tráfico de niños, las actividades de la mafia rusa o irlandesa, el síndrome de stress postraumático de los veteranos de Irak, el contrabando en la frontera entre E.E.U.U. y Canadá, la historia de la esclavitud en los estados sureños, la lucha por el derecho al aborto, el Libro de Enoch, o lo que fuere, el tipo estudia largamente hasta escribir tramas en las que la novela policial transcurre en un ambiente que tiene una historia, la cual se ofrece al lector como una forma de entender la situación en profundidad. 

-Todos los personajes, hasta los más secundarios, tienen algo que los distingue de los restantes personajes y a su vez los hace formar parte del mismo mundo. En el caso de Louis y Ángel, amigos inseparables de Charlie Parker, podríamos considerarlos "cuadros" de la novela negra: son sólidos por donde se los mire, se han sobrepuesto a historias muy dolorosas y conviven sin mayores problemas con su "lado malo". Si bien Louis parece el más "sociópata" muestra su lado humano sobre todo en El Ángel Negro, cuando busca a su prima desaparecida y mientras Ángel parece el más indefenso de los dos, en Perfil Asesino muestra que le sobran agallas y que se la banca más que muchos giles que presumen de delincuentes. 

-El sentido de los lazos de amistad y de lealtad que sostienen los personajes (principalmente Louis, Ángel, Parker, pero también otros personajes como Merrick de Los Atormentados) es absolutamente inflexible e incluso supera largamente lo que cualquiera de los que crecimos en barrios de ciudades más o menos grandes hayamos podido aprender. A falta de una definición mejor, podríamos decir que los tipos son soldados de sus amigos

-Los diálogos no tienen nada que envidar a los de las películas de Tarantino, por el sentido de la ironía y el juego constante entre la crítica por izquierda al sentido común y el humor políticamente incorrecto. Por ejemplo, copio este entre Louis, Ángel y Parker, que tiene lugar en Los Amantes:

-¿Y? - preguntó.
-He quedado con él esta noche.
-¿Quieres compañía?
-Una segunda sombra no me vendría mal.
-¿Eso es un comentario racista?
-No lo sé. ¿Cantas espirituales negros?
-No, pero te he traído un arma. - Metió la mano en una bolsa de piel y lanzó una pequeña pistola al sofá.
Extraje la pistola de la funda. Medía poco más de quince centímetros y pesaba bastante menos de un kilo.
-Una Kimber Ultra Diez Dos -explicó-. Cargador de diez balas. Cuidado con el ángulo posterior de la culata: es muy afilado.
Volví a enfundar la pistola y se la entregué.
-Estás de broma - dijo.
-Nada más lejos. Quiero recuperar la licencia. Si me cogen con un arma sin registrar, estoy acabado. Me despellejarán vivo y luego echarán los restos al mar.
Ángel salió de la cocina. Traía una cafetera.
-¿Crees que el que se cargó a Wallace lo torturó para averiguar sus gustos musicales? -preguntó-. Le pincharon para sacarle lo que sabía de ti.
-De eso no estamos seguros
-No, como tampoco lo estamos de la teoría de la evolución, o del cambio climático, o de la ley de gravedad. Lo mataron en tu antigua casa, mientras investigaba sobre ti, y después alguien firmó su obra con sangre. Pronto ese alguien intentará hacer contigo lo que hizo con Wallace.
-Por eso Louis va a pegarse a mí esta noche.
-Claro -dijo Louis-, porque si me cogen a mí con un arma, no pasa nada. Los negros siempre salimos impunes de cualquier acusación por tenencia de armas.

-Sobre Charlie Parker: Creo que lo más atractivo del personaje son dos cosas. Su vocación de sacrificio por los demás y su incapacidad de "reconciliación" (el uso de la violencia al servicio de causas justas me parece algo más obvio). 

Desde D'Artagnan hasta Lisbeth Salander, todo personaje tiene su "vuelta de Martín Fierro", en la que se pasa de la etapa combativa, antisistémica, de resistencia e idealismo juvenil a algún tipo de integración en la que "debe tener el gaucho, escuela, iglesia y derechos" (en el caso de Salander es más un anhelo de Stieg Larsson con su progresismo políticamente correcto, que un viraje de Lisbeth, que nunca abandona el anarquismo extremista). 

No es el caso de Charlie Parker. Parafraseando al Chizzo, no habrá consuelo para su locura y ese tormento lo impulsa hacia adelante, a luchar con el alma, los puños y alguna que otra ferretería (propia o provista por sus inseparables amigos), contra los que, como bien dice su hija, van a venir a por él. Es un personaje irredento, esa condición es constitutiva de su personalidad y le da sentido. 

Ah! y El Coleccionista, como se ve en Voces que Susurran, le tiene miedo....

viernes, 27 de septiembre de 2013

La “integración” del kirchnerismo y la emergencia del Frente de Izquierda

Los últimos giros políticos de Cristina Fernández son festejados por algunos de sus adherentes, como una buena señal de que escuchó "el mensaje de las urnas". Las medidas económicas (suba coyuntural del mínimo no imponible), la especie de "glasnost" política concediendo largos reportajes televisivos (primero a Brienza y ahora a Rial), así como la "apertura" a reconocer el “problema de la inseguridad", son leídas como intentos de retomar la agenda política.

Todo parece indicar que más que una nueva "recuperación" es un plan de retirada en orden, lento, pasivo y no catastrófico, por ahora, por las ventajas de meses con "tasas chinas" un poco infladas por el indek pero generosas, que serían garantía de éxito y envidia de cualquier gobierno. En este caso no mueven el amperímetro para revertir la derrota de agosto, a lo sumo les permite no caer más al fondo.

La realidad es que esta línea de "integración" absoluta del kirchnerismo a la agenda del famoso país normal, con "seguridad" para las "inversiones" (Chevrón) y para la propiedad privada, la familia y el estado (Granados), confirma la decadencia del ciclo y la crisis de este fenómeno peculiar de la política argentina de los últimos 10 años.

Y esta experiencia fue la de un peronismo con ribetes de centroizquierda, que trastocó el sistema político criollo, como manifestación distorsionada y restauradora de la implosión del régimen de partidos y la crisis orgánica que tuvo su punto culminante en diciembre de 2001.

La cuestión es que el giro centroizquierdista del peronismo, el “avatar” kirchnerista, puso en crisis permanente a las oposiciones burguesas de centroizquierda no peronista, que sintieron "expropiadas" sus banderas históricas y limitaron sus críticas a un republicanismo liberal, sin ahorrar apoyos a corporaciones varias (Clarín, “el campo”), expresión de un país “pre-2001”, engendro que tiene su máxima expresión en el UNEN.

Habiendo cambiado las condiciones que le dieron origen, el kirchnerismo comienza su propia decadencia y gira persistemente a la derecha, víctima de los límites de su política restauradora, siguiendo la clásica costumbre de todos los reformismos: abrir el camino a “las derechas”.

Esto abrió una situación particular con una "crisis del espacio de representación de la centroizquierda", en la que el kirchnerismo tiene que abandonar progresivamente ese espectro y la centroizquierda sojera no puede hacerlo propio.

La emergencia del Frente de Izquierda se da con este marco general y tiene sus peculiaridades en las distintas provincias. El fenómeno de Nicolás Del Caño, el dirigente del PTS que encabeza la lista de diputados del FIT en Mendoza es expresión de esta situación.

El ascenso nacional del Frente de Izquierda, del cual el "fenómeno del Caño" es el polo más potente dese el punto de vista político-electoral, pude tener varias lecturas. Una es como manifestación de la crisis-ausencia de centroizquierda (más fuerte en unas regiones que en otras), y por lo tanto interpretado en su aspecto "negativo", como no representación de una radicalización política, sino como una ocupación de un espacio ajeno. Pero, si bien es un hecho que el desarrollo del FIT se da sin lucha de clases, una lectura "positiva" debe tener en cuenta que posibilidades y desafíos abre para la política, el programa y las ideas de la izquierda, la crisis de una opción de "contención" de centroizquierda y la "ocupación" de este espacio por un frente de "extrema izquierda" con partidos que se reivindican trotskystas. Porque la propia crisis de la centroizquierda y el malestar con la política burguesa "tradicional", es también terreno fértil para la izquierda.

También hay un mérito en el Frente de Izquierda, desde su propia constitución, pasando por su ofensiva intervención como una voz de denuncia y lucha en hechos políticos nacionales (luchas democráticas, Proyecto X), así como su participación orgánica en la lucha de clases de las vanguardias que son minorías intensas (ferroviarios, subte, fábricas de la zona norte del GBA), y cuándo esta tiende a generalizarse como en el paro del 20N, donde la izquierda, y sobre todo las corrientes del Frente de Izquierda (y del PTS en particular), fueron protagonistas. Las recientes elecciones universitarias en la principal universidad del país, demostraron también el peso de la izquierda, que responde el fenómeno general, pero también a la indiscutible presencia orgánica en el movimiento estudiantil. 

Formados en el underground de los "días de perros" de los '90, no dejan de sorprendernos las repercusiones del “fenómeno Del Caño”. Los “jóvenes” del PD lo atacan por “querer nivelar para abajo como la Cuba de Fidel”, con el resultado de que las burlas a los “gansos” crecen en la misma proporción que la simpatía por el candidato del FIT. Consultores discuten si a Del Caño le conviene responder a estos ataques, si los ataques le suman o le restan votos y analizan la estrategia de campaña del joven trotskista “sin un mango y a pulmón”, que puede quedarse con la banca del peronismo (¡vaya atrevimiento!). Y mientras tanto, la irrupción de la extrema izquierda en la política mendocina (y de conjunto a nivel nacional) es un hecho incontestable, al punto de que se habla de “un trotskista que puede ser la revelación en Mendoza” incluso en medios que ocultaron lo más que pudieron la campaña del FIT.

Y la buena noticia es que, visto a escala nacional, el posible ingreso de Del Caño (quizá como parte una bancada del FIT) al Congreso de la Nación, implicará como planteamos en otras oportunidades, la posibilidad y el desafíos de transformar un “espacio” en “posición”, puesta al servicio de la construcción de una izquierda revolucionaria con la estrategia de crear una alianza obrero-popular bajo la jefatura (hegemonía) de la clase trabajadora, a diferencia de las diversas “nuevas izquierdas” que crecieron y cayeron sin pena ni gloria durante los últimos años y de cuya existencia ni se enteraron los trabajadores.

Fernando Rosso/Juan Dal Maso

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El error de quemarle el "trapo rojo" a Del Caño (nota de MDZ online)



¿En Mendoza hay más votantes trotskistas? ¿O con el voto a Del Caño estamos castigando a alguien? La pelea de fondo es por la quinta banca, a tiro del joven candidato de la izquierda. Entre el voto a Clemente de 2001 y la desilusión del progresismo kirchnerista. Cómo sigue la pelea de los partidos tradicionales contra Del Caño, y cómo se va a defender el postulante que conquista el voto joven de clase media. La opinión de los consultores.

Completo, acá.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Mantis


Leo en Boedo (todos los poemas) de Fabián Casas (Eloísa Cartonera, Bs. As. 2010), unas líneas que llevan por título el de este post y dicen:


Porque creímos que en pocas horas
te iban a guardar en el estuche,
en tu cama de la 206
reinaba un clima de expresionismo abstracto. 
Los médicos, blancos y limpios, se movían a pila
                                  por el pasillo.
Con una campera berreta y ajustada,
que dejaba su panza al aire,
un viejo le daba papilla en la boca
a tu copiloto de pieza.
Pasillos desinfectados
que inundaba al mediodía
el caldo recalentado.
Propinas a la enfermera, insomnio,
charlas entre familiares comentando el parte
que los doctores, con su letra ininteligible,
dejaban a los pies de tu cama.
                                   Y vos, como una mantis albina,
conectada al suero y al respirador...
Recé porque no entendí
que la luz y la noche se confundieran tanto.
De vez en cuando, pensé mientras te miraba,
nacen personas que viven durante toda su vida
sólo para dar amor a los demás,
sacrificando sus deseos y su importancia personal.
Un fenómeno extraño, para tener en cuenta,
sobre el ruido de fondo de la muerte.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Viernes (escritores)

Debatiendo sobre Borges y Roberto Arlt, queda una síntesis precaria de "universalidad" y cross a la mandíbula. Son dos formas distintas de pensar la literatura, la del patricio y la del hijo de inmigrantes. Uno "posee" la cultura por derecho propio y el otro se abre camino a las piñas.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

UCR: El sueño de una improbable resurrección


Ayer el diario La Nación salió a difundir el módico sueño de resurgimiento del partido radical, a partir de su buena elección en la provincia de Corrientes. Contabiliza la cantidad de intendentes, diputados e intenta mostrarlo como un aparato territorial, que tiene peso en muchos lugares y sólo le falta dar un pasito para su resurgimiento como partido nacional, superando el actual estadio de "panradicalismo".


Panperonismo y panradicalismo son un resultado de la crisis del sistema de partidos del 2001 en adelante. Sin embargo, mientras el peronismo ha demostrado una y otra vez su capacidad de sostenerse y constituirse como "fuerza nacional", aunque en los hechos sea una coalición de gobernadores feudales, intendentes mazorqueros y policías mafiosas, el radicalismo, destruido como "partido de las clases medias", sin peso suficiente en las grandes concentraciones de la PBA y postulándose como "partido de los sojeros", tiene muchas dificultades para hacer lo que La Nación está pidiendo. 

En efecto ¿cómo se puede "hegemonizar" a los habitantes de las grandes barriadas populares y a amplio sectores del movimiento obrero, con una mezcla de republicanismo y baja de las retenciones? El que encontrare la respuesta afirmativa a esa pregunta, lo más probable es que esté soñando despierto. La cuestión es que la Tribuna de Doctrina no abandona su "sueño dogmático" pre-nacional y pre-2001 de un país 100% oligárquico del ganado y las mieses; "modernizado" ahora por las sojas. Scioli o Massa, son una resignación al "programa mínimo", de ese objetivo de máxima. 

Incluso el contexto general de relativa unidad burguesa alrededor de que haya una salida ordenada de CFK, el "nuevo consenso" poskirchnerista que postula la continuidad de la política económica con algunas "correcciones", hace más inviable la resurrección radical, que por el momento parece que seguirá confinado a instancias provinciales o municipales. 

Por el lado del kirchnerismo, habiéndose recompuesto la unidad del oficialismo, con la Presidente mostrándose con Insaurralde y éste acordando con Kunkel en promover la campaña derechista de crimininalizar a los menores de edad, confirman que este tránsito al poskirchnerismo ya está en marcha.

Lejos de una vuelta a un tranquilo bi-partidismo de la alternancia, el futuro del país burgués seguirá dependiendo de la resolución de la interna del peronismo que en primer término "aparece" como disputas políticas, en el peor sentido del término. Pero que, combinado con el agotamiento del "modelo", y la sucesión sin resolución clara, incuba nuevas posibles crisis nacionales.

Mientras tanto, un nuevo aniversario de la desaparición de Jorge Julio López. Y el consenso profundo, en el que acuerdan todos: radicales, peronistas y centroizquierdistas, es que siga la impunidad, escondida en los archivos.

Juan Dal Maso/Fernando Rosso

viernes, 13 de septiembre de 2013

Entre el clavel y la espada

Si bien era un terrible stalinista, creo que Rafael Alberti era un gran escritor. Comparto con los amigos unas líneas con las que inicia Entre el Clavel y la Espada, que leí por primera vez hace como veinte años, por consejo de mi viejo:



Si yo no viniera de donde vengo; si aquel reaparecido, pálido, yerto horror no me hubiera empujado a estos nuevos kilómetros todavía sin lágrimas; si no colgara, incluso de los mapas más tranquilos, la continua advertencia de esa helada y doble hoja de muerte; si mi nombre no fuera un compromiso, una palabra dada, un expuesto cuello constante, tú, libro que ahora vas a abrirte, lo harías solamente bajo un signo de flor, lejos de él la fija espada que lo alerta.


Hincado entre los dos vivimos: de un lado, un seco olor a sangre pisoteada; de otro, un aroma a jardines, a amanecer diario, a vida fresca, fuerte, inexpugnable. Pero para la rosa o el clavel hoy cantan pájaros más duros, y sobre dos amantes embebidos puede bajar la muerte silbadora desde esas mismas nubes en que soñaran verse viajando, vapor de espuma por la espuma.


No te muevas. Silencio. No te muevas.


Sobre las alamedas de los verdes más íntimos, un decreto de fuego. Sobre el sueño, en la noche, ausente bajo sábanas de temores rendidos, la ley del sobresalto, la explosión imprecisa. E igual sobre la torre, el cristal, el humo, el charco de las ranas, el césped madruguero...

Espada, espada, espada, espadas.

Y mientras, en acoso, en abrazo, en sitio, la imaginación siempre atónita, con ojeras y párpados de asombro, ardiendo por la fuerza de la sangre; mandando desmandada, aferrándose ansiosa, imperecedera, en lo que deseáramos eterno por debajo de los escombros, aplastado por las ruinas.


Clavel, clavel, clavel, claveles.


Salta, gallo de alba: mira qué alcobas encendidas van a abrírsete. Caballo, yerba, perro, toro: tenéis llama de hombre. Aceleraos. Hay cambios en el aire. Errores floridos. Pero... Silencio. Oíd. Esperad. No os mováis.

Entre el clavel y la espada.

martes, 10 de septiembre de 2013

La tendencia a disminuir al adversario

Es sin más un documento de la inferioridad del que la tiene; se tiende infantilmente a disminuir rabiosamente al adversario para poder creer que se le vencerá sin ninguna duda. Por eso hay oscuramente en esa tendencia un juicio acerca de la propia incapacidad y debilidad (que quiere animarse), y hasta podría reconocerse en ella un conato de autocrítica (que se avergüenza de sí misma, que tiene miedo de manifestarse explícitamente y con coherencia sistemática). Se cree en la "voluntad de creer" como condición de la victoria, lo cual no sería erróneo si no se concibiera mecánicamente, convirtiéndose en un autoengaño (cuando contiene una indebida confusión entre masas y jefes y rebaja la función del jefe al nivel del seguidor más atrasado y sin luces; en el momento de la acción el jefe puede intentar infundir en los seguidores la convicción de que el adversario será derrotado sin ninguna duda, pero él mismo tiene que hacerse un juicio más exacto, y calcular todas las posibilidades, incluso las más pesimistas). Un elemento de esta tendencia es de la naturaleza del opio: es, efectivamente, propio de débiles el abandonarse a las fantasías, el soñar con los ojos abiertos que los propios deseos son la realidad, que todo se desarrolló según los deseos de uno. Por eso se atribuyen a una parte la incapacidad, la estupidez, la barbarie, la cobardía, etc., y a la otra las dotes más altas del carácter y de la inteligencia: la lucha no puede ser dudosa, y ya parece que se tenga la victoria en la mano. Pero esa lucha es soñada, y vencida en sueños. Otro aspecto de esta tendencia consiste en ver las cosas como en la pintura histórica de las estampas populares, en los momentos culminantes de alta epicidad. En la realidad, se empiece a actuar por donde se empiece, las dificultades resultan inmediatamente graves porque no se ha pensado nunca concretamente en ellas, y como siempre hay que empezar por cosas pequeñas (pues, por regla general, las cosas grandes son conjuntos de cosas pequeñas), la "cosa pequeña" se desprecia: es mejor seguir soñando y retrasar la acción hasta el momento de la "gran cosa". La función de centinela es molesta, pesada, agotadora; ¿por qué "desperdiciar" así la personalidad humana, en vez de reservarla para la hora grande del heroísmo?, etc. No se tiene en cuenta que si el adversario te está dominando mientras tú lo disminuyes, reconoces ser dominado por uno al que consideras inferior: pero entonces, ¿cómo es que ha conseguido dominarte? ¿Cómo es que te ha vencido y ha sido superior a ti precisamente en aquel instante decisivo que tenía que dar la medida de tu superioridad y de su inferioridad? No hay duda: el diablo metió la cola. Pues bien: aprende a tener a la cola del diablo de tu parte. 
Antonio Gramsci

viernes, 6 de septiembre de 2013

Borges, Perón y el pasado que no vuelve

Mi amigo Fernando Rosso me hizo llegar este artículo de David Viñas, que dada mi ignorancia habitual sobre muchísimas cosas incluido Viñas, no conocía. 

Es interesante que le encontró una vuelta distinta a la discusión sobre peronismo y antiperonismo alrededor de la comparación entre las figuras de Perón y Borges y en definitiva cómo ambos expresan, a modo de cara y contracara, lo más que dio el pensamiento burgués sobre cómo conducir la nación argentina.

Para continuar la reflexión desde otro lugar, creo que una gran diferencia entre Borges y Perón es aquella referida al "rol del intelectual". Borges podría encuadrarse en lo que según el análisis gramsciano de los intelectuales se considera un "intelectual tradicional". Más allá de sus posicionamientos políticos, siempre consideró que su función estaba más allá de la política. Su literatura tiene un sesgo intelectual pronunciado que se expresa en las permanentes demostraciones de erudición (muchas veces innecesarias en lo que hace al desarrollo del relato) y las incursiones de la reflexión sobre filosofía, metafísica, religión y cuestiones por el estilo. Puede argumentarse que realizar una conferencia sobre Swedenborg en plena dictadura o pronunciarse a favor de la censura contra la película inspirada en su relato La Intrusa, son posicionamientos de por sí fuertemente políticos. Pero creo que Borges no estaba interesado en tales asuntos.

Perón aparece en cierto modo como lo contrario de Borges. Lejos de la figura de un intelectual tradicional, si bien salido de la burocracia militar, es más parecido a un "intelectual orgánico", porque traspasa su función previamente establecida para su categoría social, toma en sus manos la "conducción política" y se propone administrar la "anomalía" del movimiento obrero argentino. Pero como el bonapartismo es "inorgánico por definición" (ya que al elevarse por encima de las clases para defender el interés burgués no siempre lo hace con el beneplácito de la burguesía), en realidad es una hibridación de las dos figuras, la del intelectual "tradicional" y la del "orgánico".

Con todo, son dos figuras de un pasado que no se va a repetir. La decadencia de las "clases altas" tiene su expresión en que los chetos se segregan cada vez más, pero no están imbuidos de ninguna aspiración de tallar en la "alta cultura" y la búsqueda de universalidad por los escritores argentinos (por lo menos los que yo conozco) es en la actualidad mucho más modesta. La reciente historia argentina hace imposible la unidad de supuestos (e inexistentes) "militares anti-imperialistas" con el movimiento de masas y el peronismo, sometido a diversas configuraciones durante las últimas décadas, está pasando de la "izquierda posible" a la "derecha aceptable", a pasos acelerados. 

Borges y Perón son dos postales de una Argentina que no existe más. 

Viernes (finito)

Otra vez en la Ruta 40, que está en todas partes y no se termina más, como el peronismo. Viñas dijo que el pensamiento burgués puede dar combinaciones infinitas, pero sus ingredientes son finitos. Lo mismo sucede con los simulacros de escritura.

viernes, 30 de agosto de 2013

Neuquén, Chevron y algunos apuntes


Esta semana, Neuquén estuvo en la mira de todo el país, por la vergonzosa votación del acuerdo entre el gobierno provincial e YPF (cobertura del acuerdo entre YPF y Chevron) en la Legislatura provincial. El saldo es de un alto costo político para el gobierno provincial y deja a su vez varias cuestiones para la reflexión política. 

En primer lugar, la forma en que se instrumentó la implementación del acuerdo (un decreto en el cual se refrenda un acuerdo entre YPF y el Ministerio de Energía de Neuquén), permitió al gobierno nacional cargar la mayor parte del costo político en el gobierno de Sapag, que terminó siendo el "eslabón débil" de la "cadena de arrastrados" que garantizan el negocio de Chevron. A su vez, el rechazo al acuerdo en amplias franjas de la población, además de la cuestión puntual del acuerdo en sí, actúa como catalizador del malhumor social y el clima "anti K", que en muchos aspectos es "por izquierda" del gobierno nacional y ni hablar del de Sapag. 

En ese sentido, el cuestionamiento de la entrega y la defensa del medioambiente contra el fracking primero y el rechazo a la represión después, jugaron roles articuladores de un vasto "movimiento social" que emergió con fuerza en la provincia. 

Faltaron a la cita los trabajadores petroleros, ya que más allá de la tibia oposición al acuerdo planteada por Pereyra, lo cierto es que la burocracia sindical petrolera que este encabeza mantuvo la tregua con el gobierno y se abstuvo de realizar acciones. 

No obstante esto, la unidad que se expresó en las calles entre trabajadores estatales, docentes, judiciales, ceramistas, estudiantes y juventud, junto al pueblo mapuche, que aportó un importante factor moral a la movilización, le pone los pelos de punta al MPN y el kirchnerismo. 

El bloque conformado por los gremios nucleados en la CTA (ATE, ATEN, SEJUN), el Sindicato Ceramista, las organizaciones estudiantiles, jóvenes universitarios y secundarios no encuadrados en organización alguna y la destacada presencia de los jóvenes y mujeres del pueblo mapuche, y las organizaciones de izquierda, entre las que el PTS tuvo un rol destacado, expresó una revitalización de la "oposición social" al MPN, con dos aspectos nuevos y muy importantes. El primero que no fue solamente un bloque contra el MPN sino que también fue contra el kirchnerismo. El segundo, que la banca del FIT, con Raúl Godoy (dirigente del PTS y obrero de Zanon) a la cabeza, jugó el rol de "pata política" de este bloque de organizaciones, en la calle acompañando la movilización y dentro de la Legislatura, denunciando la entrega y la represión y traccionando a los diputados de la oposición, que abandonaron el recinto junto con la banca del FIT cuando los levantamanos del MPN y los K impusieron la continuidad de la sesión bajo protección de la UESPO. Dicho sea de paso, fue patético ver a los "progresistas" del "proyecto nacional" protegidos por los mismos grupos especiales de represión que antes reclamaban disolver, por ser "contrarios a la Constitución de la provincia". 

El discurso del gobernador Sapag y el ministro Gastaminza (ni hablar de payasos como el diputado Domínguez, que cada día parece más estúpido que el anterior, lo cual es mucho decir) de "desmanes protagonizados por encapuchados de extrema izquierda" no resiste la prueba de los hechos. 

El amplio sector de compañeros y compañeras que resistió masivamente combatiendo contra la policía, estuvo acompañado hasta muy entrada la tarde por la mayoría de los manifestantes que habían arrancado desde el playón de la universidad en horas de la mañana. La mayoría de la gente no se iba. Si no fuera así ¿como se explica que la represión duró más de 6 horas?

Ni hablar de la reivindicación de la supuesta "democracia" que se escucha en los discursos oficiales: Votan un decreto del gobierno provincial que no se puede modificar, el cual a su vez es para implementar un acuerdo entre YPF y Chevron que no se puede conocer, protegidos por la policía, que reprime a mansalva. No contentos con esto y como para confirmar que se esconden como ratas, sesionan de nuevo a la una de la mañana para votar en particular y que salga todo como por un tubo. 

Y después los antidemocráticos somos nosotros...

Estos tipos que cantan loas al GEOP, presentan a los "tortugas" como vanguardia de la democracia y atacan a los obreros de Zanon y a nuestro compañero Raúl Godoy, están tratando de tapar que están cochinos como un charco de barro y votaron un acuerdo totalmente deslegitimado y rechazado por la mayoría de la población de Neuquén.