Esta semana, Neuquén estuvo en la mira de todo el país, por la vergonzosa votación del acuerdo entre el gobierno provincial e YPF (cobertura del acuerdo entre YPF y Chevron) en la Legislatura provincial. El saldo es de un alto costo político para el gobierno provincial y deja a su vez varias cuestiones para la reflexión política.
En primer lugar, la forma en que se instrumentó la implementación del acuerdo (un decreto en el cual se refrenda un acuerdo entre YPF y el Ministerio de Energía de Neuquén), permitió al gobierno nacional cargar la mayor parte del costo político en el gobierno de Sapag, que terminó siendo el "eslabón débil" de la "cadena de arrastrados" que garantizan el negocio de Chevron. A su vez, el rechazo al acuerdo en amplias franjas de la población, además de la cuestión puntual del acuerdo en sí, actúa como catalizador del malhumor social y el clima "anti K", que en muchos aspectos es "por izquierda" del gobierno nacional y ni hablar del de Sapag.
En ese sentido, el cuestionamiento de la entrega y la defensa del medioambiente contra el fracking primero y el rechazo a la represión después, jugaron roles articuladores de un vasto "movimiento social" que emergió con fuerza en la provincia.
Faltaron a la cita los trabajadores petroleros, ya que más allá de la tibia oposición al acuerdo planteada por Pereyra, lo cierto es que la burocracia sindical petrolera que este encabeza mantuvo la tregua con el gobierno y se abstuvo de realizar acciones.
No obstante esto, la unidad que se expresó en las calles entre trabajadores estatales, docentes, judiciales, ceramistas, estudiantes y juventud, junto al pueblo mapuche, que aportó un importante factor moral a la movilización, le pone los pelos de punta al MPN y el kirchnerismo.
El bloque conformado por los gremios nucleados en la CTA (ATE, ATEN, SEJUN), el Sindicato Ceramista, las organizaciones estudiantiles, jóvenes universitarios y secundarios no encuadrados en organización alguna y la destacada presencia de los jóvenes y mujeres del pueblo mapuche, y las organizaciones de izquierda, entre las que el PTS tuvo un rol destacado, expresó una revitalización de la "oposición social" al MPN, con dos aspectos nuevos y muy importantes. El primero que no fue solamente un bloque contra el MPN sino que también fue contra el kirchnerismo. El segundo, que la banca del FIT, con Raúl Godoy (dirigente del PTS y obrero de Zanon) a la cabeza, jugó el rol de "pata política" de este bloque de organizaciones, en la calle acompañando la movilización y dentro de la Legislatura, denunciando la entrega y la represión y traccionando a los diputados de la oposición, que abandonaron el recinto junto con la banca del FIT cuando los levantamanos del MPN y los K impusieron la continuidad de la sesión bajo protección de la UESPO. Dicho sea de paso, fue patético ver a los "progresistas" del "proyecto nacional" protegidos por los mismos grupos especiales de represión que antes reclamaban disolver, por ser "contrarios a la Constitución de la provincia".
El discurso del gobernador Sapag y el ministro Gastaminza (ni hablar de payasos como el diputado Domínguez, que cada día parece más estúpido que el anterior, lo cual es mucho decir) de "desmanes protagonizados por encapuchados de extrema izquierda" no resiste la prueba de los hechos.
El amplio sector de compañeros y compañeras que resistió masivamente combatiendo contra la policía, estuvo acompañado hasta muy entrada la tarde por la mayoría de los manifestantes que habían arrancado desde el playón de la universidad en horas de la mañana. La mayoría de la gente no se iba. Si no fuera así ¿como se explica que la represión duró más de 6 horas?
Ni hablar de la reivindicación de la supuesta "democracia" que se escucha en los discursos oficiales: Votan un decreto del gobierno provincial que no se puede modificar, el cual a su vez es para implementar un acuerdo entre YPF y Chevron que no se puede conocer, protegidos por la policía, que reprime a mansalva. No contentos con esto y como para confirmar que se esconden como ratas, sesionan de nuevo a la una de la mañana para votar en particular y que salga todo como por un tubo.
Y después los antidemocráticos somos nosotros...
Estos tipos que cantan loas al GEOP, presentan a los "tortugas" como vanguardia de la democracia y atacan a los obreros de Zanon y a nuestro compañero Raúl Godoy, están tratando de tapar que están cochinos como un charco de barro y votaron un acuerdo totalmente deslegitimado y rechazado por la mayoría de la población de Neuquén.
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