miércoles, 31 de agosto de 2011

Artes Marxiales

Aunque no todos me lo digan, me consta que algunos   amigos ven como algo pintoresco mi interés por la cultura oriental en general y por las artes marciales  en particular. 

También me consta que suelen tomar un poco más en serio esta inclinación cultural después de que hacemos guantes un rato,  pero esa es otra historia, en la que no se trata de ganar, sino de dar y recibir, como en todas las formas de comunicación. 

Volviendo al tema, mi interés por la viejas tradiciones guerreras tiene que ver con lo siguiente: Me parece que en los tratados de las artes marciales japonesas (lamentablemente no he tenido acceso aún al coreano Muye Dobo Tongji, salvo en mínimos fragmentos) que dan mucho peso a la posibilidad de aplicación de las técnicas y métodos del combate individual al combate a gran escala, se plantea, quizás contra la propia idiosincracia de sus autores (en particular  Yagyu Munenori que era maestro del Shogun Tokugawa) una idea profundamente democrática y potencialmente revolucionaria: todo aquel que conozca las técnicas y métodos del combate tiene lo necesario para ser un general, solamente requiere un cambio de escala, que sólo puede lograrse con un disciplina estricta. 

Si bien hay otras ideas como el fanatismo, la obediencia ciega, la dedicación al jefe y otras (destinadas al sostenimiento de las estructuras de dominación feudal) que contradicen esta lectura, creo que el núcleo central que se puede rescatar por alguien que defienda posiciones marxistas en la actualidad tiene que ver con esto. 

De última, si hay mucho desacuerdo ... lo arreglamos afuera...

Una aclaración que no oscurece

Ultimamente estoy con más predisposición hacia las oscuridades que las luces, así que en cierta forma esto se traslada a mi escritura, produciendo párrafos de difícil comprensión. 


En criollo, a veces no se entiende un carajo lo que quiero decir y parece que escribo en hangul. Puede ser el caso de un párrafo de este post que en su parte pertinente, cito a continuación:

Es decir, si bien en la actualidad la relación entre clase, partido y dirección es discontinua, por no ser mayoritarias en la clase obrera las tendencias a la construcción de un partido revolucionario y por ende su estado mayor se encuentra aún en proceso de formación, la actuación de una corriente revolucionaria en las circunstancias actuales, buscando ligar a los sectores de vanguardia con sectores más amplios de masas, como planteamos en los posts linkeados más arriba, en particular el referido a Neuquén, en aras de construir una alianza social para vencer, es una forma de sentar las bases para una relación más "virtuosa" entre clase, partido y dirección ante la emergencia probable de una lucha de clases más aguda, en un contexto de crisis histórica del capitalismo a nivel mundial que genera fenómenos como el de Chile.

Ayer recibí comentarios respecto de lo bueno que sería profundizar un poco más esta idea, pero en castellano, así que ahí va:

-Clausewitz establece una trinidad pueblo-ejército-gobierno, a la que adjudica los roles del odio-cálculo de probabilidades desapasionado-conducción política. Esto parte de la idea de que la Guerra sobre la que reflexiona Clausewitz es la guerra entre estados, que en su interior tienen relaciones jerárquicas que se reproducen en la trinidad mencionada.

-La posibilidad de utilización de esta trinidad para pensar la relación entre clase, partido y dirección, desde el punto de vista del marxismo puede presentar dos planos. En términos teóricos, una relación "virtuosa" entre clase, partido y dirección, se da en momentos de revolución, en los cuales la clase (vanguardia y masas que antes tenían posiciones más conservadoras) tiende a coincidir en la acción con el partido revolucionario (lo cual se expresa no sólo en las acciones radicalizadas, sino también en el predominio de las posiciones revolucionarias en los organismos de base) y éste juega un rol de dirección que interpreta correctamente el impulso de las masas y lo conduce hacia la realización de una estrategia revolucionaria. La radicalización debilita las mediaciones y la relación entre clase, partido y dirección se hace más directa o continua.

-El otro plano es el de utilizar la trinidad para pensar la relación entre masas, vanguardia y partido, en épocas en las cuales la relación entre clase, partido y dirección está mucho más mediatizada (como la época actual) y por estar separadas las masas de los sectores de vanguardia, la construcción de un partido revolucionario y su estado mayor se encuentra aún en formación y tiene que pasar como tarea preparatoria por una práctica más o menos prolongada de políticas tendientes a que la vanguardia ejerza influencia sobre las masas y por esa vía se vayan sentando las bases de un partido revolucionario, como estado mayor de una alianza social que permita vencer a los capitalistas, como está planteado acá.

"Yo no soy ningún psicópata y le estoy poniendo mi mejor onda"





Esta es mi frase del día y quería compartirla con los amigos.
Que tengan buen descanso.

lunes, 29 de agosto de 2011

Conversa sobre Clausewitz

En anteriores posts realizamos una serie de reflexiones estratégicas  que venimos encarando en Neuquén, desarrollando algunos debates en torno a las vías para la construcción de un partido revolucionario con influencia de masas en la región, siguiendo la idea de mantener estrechamente ligada la experiencia del FIT con las de la lucha de clases, partiendo de definir las bases de sustentación del MPN y la hipótesis estratégica mediante cuya concreción podría soldarse una alianza social que nos permita vencerlo.

En el contexto de esta reflexión, venimos realizando en Casa Marx un grupo de estudio del libro "De La Guerra" de Karl Von Clausewitz, del cual compartimos algunas reflexiones para los amigos.

En primer lugar, resulta pertinente comentar la importancia de estudiar a Clausewitz, cuestión que muchos amigos nos han señalado como anacrónica o casi incomprensible. Sin perjuicio de muchos otros motivos, creo que uno de peso consiste en que si bien existen muchos tratados sobre el arte de la guerra, algunos muy populares como el de Sun Tzu o el libro de las 36 estratagemas chinas (o los tratados japoneses menos conocidos como el de Musashi o el de Yagyu Munenori que otorgan gran peso a la posibilidad de aplicación de los métodos del combate individual al combate en gran escala, dimensión que Clausewitz toma en cuenta en forma subordinada), la mayoría de estos expresan estrategias pensadas para castas conservadoras previas a la época moderna por un lado y por otro, sobre todo en el pensamiento chino tradicional, tiene mucho peso la idea de triunfar sin combatir y de que lo esencial del arte de la guerra es el engaño.

Clausewitz, si bien otorga un lugar a la estratagema, habiendo vivido la experiencia de las guerras napoleónicas, que fueron continuidad en el terreno militar de las transformaciones sociales originadas por la revolución francesa, parte de una idea opuesta a la de Sun Tzu: es imposible evitar el combate y toda "filosofía de la guerra" tiene que partir de este hecho incontrastable, aportado por la experiencia de las guerras modernas, que ampliaron la importancia de las determinaciones sociales y políticas de la guerra, resumidas en su famosa frase de que la guerra es la continuación de la política por otros medios.

Esta idea ha sido incorporada por el marxismo del Siglo XX al servicio de la lucha de clases del proletariado, en el contexto de la primera guerra mundial y el ascenso obrero del que fue expresión la revolución rusa y resulta fundamental para la formación de una organización revolucionaria que se prepara para intervenir en choques de clases que superen los marcos de la actual legalidad burguesa.

En segundo lugar, los tres elementos señalados por Clausewitz como centrales para la teoría de la guerra: el odio y las pasiones que adjudica al pueblo, el cálculo de probabilidades libre de emociones que interesa al ejército y las decisiones políticas que interesan al gobierno (Clausewitz piensa en la guerra entre Estados), elementos que deben ser sopesados en estrecha relación para arribar a una comprensión del fenómeno de la guerra en sus implicancias más profundas, son retomados a su vez por el marxismo para pensar la relación entre "clase, partido y dirección" en épocas de revolución, así como entre "masas, vanguardia y organizaciones revolucionarias (que no son todavía El partido, pero lo son en potencia)" en momentos de preparación y acumulación de fuerzas.

Es decir, si bien en la actualidad la relación entre clase, partido y dirección es discontinua, por no ser mayoritarias en la clase obrera las tendencias a la construcción de un partido revolucionario y por ende su estado mayor se encuentra aún en proceso de formación, la actuación de una corriente revolucionaria en las circunstancias actuales, buscando ligar a los sectores de vanguardia con sectores más amplios de masas, como planteamos en los posts linkeados más arriba, en particular el referido a Neuquén, en aras de construir una alianza social para vencer, es una forma de sentar las bases para una relación más "virtuosa" entre clase, partido y dirección ante la emergencia probable de una lucha de clases más aguda, en un contexto de crisis histórica del capitalismo a nivel mundial que genera fenómenos como el de Chile.



En este sentido, la profundización del pensamiento estratégico es fundamental para orientar una práctica centrada en la lucha de clases como la que venimos llevando adelante y hacia la cual nos proponemos seguir volcando  la experiencia del FIT.

viernes, 26 de agosto de 2011

Movilización en Neuquén en apoyo a los estudiantes chilenos

Ayer a la tarde una nutrida columna de manifestantes recorrió el centro neuquino y cerró con un acto en el Consulado de Chile. Felicitaciones a los compañeros y compañeras de la juventud del PTS, que motorizaron esta importante acción.


jueves, 25 de agosto de 2011

La Cofradía de los que nos vamos poniendo grandes

El día en que enterramos a mi viejo pasé por muchos estados de ánimo y también por distintas formas de evocación de los recuerdos.

Se me vinieron a la cabeza la infinidad de veces que habíamos jugado con mis hermanas en la calesita de madera de la plaza Enrique Santos Discépolo (más conocida y temida como La Butteler), donde aparentemente imponían el terror los barrabravas del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, pero para nosotros era un hermoso lugar de descanso y jamás nadie nos molestó en lo más mínimo.

Me acordé de cómo mi viejo me recriminó cuando me trajo "Veinte años después" de Alejandro Dumas (continuación de "Los Tres Mosqueteros") y yo dejé tirado El Quijote para leer una novela de folletín. Me acordé de cuando en los carnavales le tirábamos con agua de la zanja a los del edificio de al lado, a quienes mi amigo Carlitos y sus hermanos (que después se mudaron a Soldati) les decían, con una fuerte carga schmittiana, "los conchetos".

Las fogatas de San Pedro y San Pablo, la Iglesia con paredes y techo de telgopor,  el campeonato en la plaza del barrio, donde salimos segundos e igual dimos la vuelta olímpica por toda la plaza, mi viejo siempre viniéndome a buscar para que volviera a casa a cenar.  

La disyuntiva sobre ir a la escuela por el camino corto o el largo (la diferencia era de diez metros...), Fernando Leone, vestido de boy scout, dirigiendo el tránsito de prepo en avenida Pavón (y la gente le hacía caso...).

Mi hermana Daniela que iba y mojaba a los grandotes de la cuadra, que después iban y la empapaban a mi hermana Silvina.

Y así, una sucesión de recuerdos teóricamente ilimitada, solamente interrumpida por la risa contenida ante la intervención del cura que aparentemente era de la corriente de Peperino Pómoro. 

La sensación de que es importante tener amigos, porque para llevar el cajón por lo menos tiene que haber tres o cuatro.

Todas estas cosas son parte de los ritos iniciáticos de esta involuntaria Cofradía de los que nos vamos poniendo grandes.

Lo bueno es que somos muchos para hacernos el aguante.

(Para La Marce)


martes, 23 de agosto de 2011

We Die Young




El que sigue es un tema impresionante (bueno y breve) de Facelift (1990), el primer disco de Alice In Chains, que marcó a fuego mis años mozos. 

Si bien resulta un poco antiguo el video frente a las producciones muy elaboradas de la actualidad, es una canción muy fuerte, que aporta la dosis de "oscuridad" necesaria para trabajar en pos de la "iluminación", sin transformarnos en esa suerte de individuos inofensivos que parecen llevar en la frente la leyenda "péguele al Buda". 

Vaya para todos los amigos y amigas que le hacen el aguante a la vida de todos los días, muchas veces a las piñas, como debe ser. 




lunes, 22 de agosto de 2011

"En la Patagonia habrá diputados obreros y socialistas"

El jueves pasado recibió el diploma de diputado el compañero Alejandro López, primero en la rotación de la banca conquistada por el FIT, ocasión en que nos movilizamos y tuvo una importante repercusión en la región.  


Van  ahora para compartir los videos de la entrevista realizada por Cartago TV al compañero Raúl Godoy, obrero de Zanon y dirigente nacional del PTS. Que los disfruten. 











sábado, 20 de agosto de 2011

Eduardo Grüner: "Acá se está poniendo en debate si se está a favor o en contra del capitalismo en la Argentina"

En la última emisión de Pateando el Tablero Neuquén, realizamos una entrevista con Eduardo Grüner, reconocido ensayista y sociólogo, sobre el balance de las elecciones primarias, las perspectivas del FIT, la situación de los intelectuales en la Argentina y la crisis capitalista mundial. Va la desgrabación para compartir con los amigos. 

PelT: ¿Que impresión te deja a vos el panorama general de lo que han sido las elecciones primarias?

EG: Me parece que las elecciones han sido muy interesantes, en el sentido de que han contribuido a clarificar mucho la situación. Queda clara ahora la posición dominante de espacio K y la absoluta debacle de la oposición de “más de derecha”, como la llamo yo, y por otro lado la no menor debacle de este espacio de centro izquierda progre, brumoso neblinoso, que intentó representar en algún momento Pino Solanas. Con lo cual lo que ha sucedido es algo que veníamos discutiendo desde mucho antes: que se ha producido un voto mayoritariamente conservador; un voto a favor de que nada  se mueva demasiado, en medio de la  agudísima crisis internacional del capitalismo, y se ha clarificado esto de que la llamada oposición de derecha además de ser torpe, inútil y estúpida, es completamente innecesaria porque el gobierno esta realizando prolijamente las tareas burguesas que corresponden a esta etapa, y  las distintas fracciones del poder económico, de las clases dominantes, han terminado por un poco  resignarse y otro poco entusiasmarse con que,  con este gobierno se pueden hacer excelentes negocios y no hay por qué en medio de esta crisis mundial intentar demasiadas aventuras. Y por otro lado los sectores populares,  por lo menos amplias capas de la clase obrera que esta en blanco y las capas medias urbanas, la pequeña burguesía urbana, están apostando a que esta relativa situación de estabilidad económica, del así  llamado crecimiento económico persista por tiempo indeterminado. Yo personalmente creo que esto tiene patas cortas pero por el momento esta es la situación que tenemos. Situación que no es la misma que teníamos antes de las elecciones primarias, porque me parece que la gran novedad es la aparición de esta fuerza del Frente de Izquierda, que es un dato que se trató por todos los medios de anular, ya sabemos con qué trucos, con qué trampitas de la ley electoral. Sin embargo con enorme esfuerzo, con enorme militancia y con gran capacidad de trabajo  se logró  romper esa trampa e instalarse como una opción verdaderamente diferente a todas las demás fuerzas políticas, e instalarse de una manera que hoy ya  se está discutiendo, se está empezando por lo menos a discutir no solamente qué clase de capitalismo queremos, sino si queremos el capitalismo u otra cosa, y este me parece un dato, aún con toda la modestia del caso, un dato muy cualitativo, absolutamente esencial y que cambia todo el panorama político.
  
PelT: ¿Cómo ves vos la relación que se viene forjando  entre la intelectualidad y la izquierda?

EG: La intelectualidad en sus diversos posicionamientos empezó  a tomar, después de mucho tiempo de un trabajo individual y solitario, empezó a tomar en el 2008 a partir del conflicto con el campo, una posición pública mucho más visible, allí se formó el grupo Carta Abierta, pero parecía que era solamente esa porción de las opciones políticas argentinas la que había podido agruparse y tener continuidad y presencia pública.
En este sentido la conformación del Frente de Izquierda me parece que ha dado un impulso a que se conforme otro sector, otra porción de la intelectualidad que agrupe, con todas las críticas, con todas las reservas que se pueda tener, pero aún así que se agrupe en la defensa de una posición mucho mas nítida, mucho más clara, porque es una posición anticapitalista y eso es lo que hay que remarcar, porque no es una posición que se limita a discutir cierto tipo de poderes puntuales, como la así llamada corporación de los medios hegemónicos o la oligarquía terrateniente en su momento, sino que acá se esta poniendo en debate una cuestión mas de fondo, en definitiva si se esta a favor o en contra del capitalismo en la Argentina. Insisto, en este  contexto de crisis mundial muy aguda que ya está provocando todo tipo  de reacciones, algunas más claras otras más confusas no sabemos muy bien cómo se va orientar o hacia dónde  se va a dirigir todo esto, pero por lo menos  se esta produciendo a  nivel mundial una serie de reacciones en donde obviamente un país como la Argentina y Latinoamérica no son ajenas, ya estamos viendo lo que sucede en Chile, lo que empezó con los estudiantes en Honduras, hay que estar atentos porque esto sigue.

PelT: ¿Cómo ves este espacio nuevo de la asamblea de intelectuales en apoyo al FIT?

EG: Es un espacio muy interesante, que debo confesar que a mí mismo me sorprendió. En sus inicios, al principio recibí un par de llamadas de compañeros del Frente de Izquierda, que me pidieron simplemente que pusiera una firma en una solicitada, y de pronto me encontré con que había ahí 500 firmas. Como yo dije en una de las asambleas, y esto vale la pena tenerlo en cuenta, Carta Abierta nunca tuvo 500 firmas, eso por supuesto es un dato bruto que hay que ver cómo se desarrolla, pero ya hubo dos asambleas con más de 200 personas cada uno de ellas, 300 la primera 200 la segunda, y creo que la próxima que se realiza el 1º de septiembre va a ser, debería ser mucho más importante, porque viene alentada por este verdadero  triunfo que ha conseguido en el contexto de las circunstancias el Frente de izquierda. Yo creo que la sola conformación del Frente dio un gran impulso a este espacio; además este espacio no se ha limitado simplemente a reunirse  en asambleas y discutir una cantidad de cuestiones, algunas específicas que hacen  al ámbito de la cultura, del trabajo intelectual del trabajo artístico pero sobre todo, en el contexto de las elecciones, cuestiones políticas más generales. Tampoco se ha limitado a hacer esto, sino que muchos de los que allí participan han llevado adelante una tarea, cuya militancia  no puede  compararse con la militancia mucho más esforzada y sacrificada de la gente de las fábricas, de la gente de los barrios, de la gente de los movimientos territoriales, pero ha aportado su granito de arena escribiendo o haciendo los spots de la campaña del Frente de Izquierda, etcétera; yo creo que ahora la gran tarea que tenemos por delante es la de dar un salto cualitativo, lograr una mayor conexión con los otros espacios de militancia, con las otras clases y sin mella de eso, el llevar adelante una discusión en la verdadera generación de una teoría crítica para pensar cómo sigue esto, el desarrollo tanto del Frente como  de la asamblea de intelectuales,  mas allá incluso de las elecciones de octubre porque sabemos que ese es un momento que ahora necesariamente va a concentrar todos nuestros esfuerzos, pero la presencia de algo como el Frente de Izquierda en la sociedad y en el sistema político argentino va mas allá de la instancia electoral. 

PelT: Escuchándote recién, nos acordábamos de que hace varios años Ellen Meiksins Wood dio una conferencia en la Facultad de Sociales de la UBA, muy interesante, haciendo reflexiones sobre la actualidad de la teoría marxista y al momento de plantear su posición política apoyaba con todo a Lula. Hay otros ejemplos, pero en general durante estas últimas décadas, las posiciones de los intelectuales marxistas fueron bastante moderadas en lo político. Este posicionamiento que se está dando apoyando explícitamente al FIT ¿te parece que es una excepcionalidad argentina o podría estar hablando de procesos que puedan darse en la intelectualidad a un nivel más general?
  
EG: No diría que es una excepcionalidad argentina, y además no es cuestión de exagerarla. Por ahora, todavía hay una buena cantidad de intelectuales que –aunque cada vez con más contradicciones, me da la impresión- apuestan a los “bordes” del kirchnerismo, por así decir. Los intelectuales somos gente muy rara, somos individuos que provienen generalmente  de la pequeña burguesía, que fluctúan mucho en sus posicionamientos políticos,  de acuerdo a una cantidad compleja de circunstancias que muchas veces ellos mismos o nosotros mismos no podemos controlar, pero también ellos están sometidos a las transformaciones y  a los avatares de lo que sucede a su alrededor; pero sin duda -vos me estás hablando de Ellen Meiksins Wood-, uno puede acordarse de Habermas o de tantos otros que en un momento de la historia de las últimas décadas, de la caída del muro de Berlín, de todo lo que se dijo de la crisis del marxismo, de la aparición de corrientes de pensamiento postmarxista -dicho sea entre paréntesis, era muy graciosa esa denominación, porque era como que no querían abandonar del todo la palabra marxismo, pero al mismo tiempo estar en otra parte o mas allá-, sufrieron la tentación de cierto escepticismo respecto de la posibilidad de una transformación radical de las estructuras imperantes y optaron por una cierta socialdemocratización de sus posiciones políticas. Esto sucedió sobre todo con los intelectuales europeos, pero también sucedió con muchos intelectuales latinoamericanos que pasaron del marxismo a la socialdemocracia, o a los movimientos llamados nacional-populares, se transformaron de revolucionarios en “progresistas”. Todo esto es muy comprensible, pero me parece que las cosas están cambiando vertiginosamente; yo no soy para nada un optimista irresponsable, no soy de los que dicen estamos en una situación pre-revolucionaria. No, hay que ver, hay que estudiar la situación con cuidado, pero indudablemente algo se está moviendo y muchos intelectuales han vuelto sobre sus pasos  en el mejor sentido del término, es decir han comprendido que vale la pena -aunque las transformaciones de fondo no se produzcan incluso en vida de ellos-, vale la pena apostar a algo que definitivamente pueda ser de verdad una cosa distinta, más allá de las posibilidades más u menos inmediatas o cercanas que haya de esta transformación. Yo creo que esto es sumamente saludable porque lo hacen, o lo hacemos, sin renunciar a nuestras propias ideas, a nuestra propia autonomía crítica. Yo le decía el otro día a un compañero, medio en serio medio en broma: si por algún “milagro” mucho mayor que el que se produjo en las primarias, el Frente de Izquierda ganara las elecciones el 23 de octubre, yo pasaría automáticamente al día siguiente  a la oposición (de izquierda, claro), o al menos mantendría mi espíritu crítico con todo aquello que me pareciera mal. Pero el conservar eso no quita que con decisión uno se ponga del lado de lo que definitivamente es lo mejor, es lo único diferente, es lo que puede ofrecer auténticamente una alternativa para el desastre, que es lo que está produciendo el capitalismo al nivel mundial. Como lo decía Rosa Luxemburgo: sabemos que la única opción al capitalismo no es necesariamente sólo el socialismo,  si no es el socialismo es la barbarie más absoluta y va a ser todo mucho peor. Entonces, me parece que poco a poco los intelectuales están entendiendo que toda la potencia mayor o menor de su pensamiento crítico debería estar puesta al servicio por lo menos de una apuesta a que no sea la barbarie sino otra cosa.

TROTSKY

Ante el 71 Aniversario del asesinato de León Trotsky, vayan como homenaje unas bellas palabras escritas por José Carlos Mariátegui en La Escena Contemporánea (1925):

Trotsky no es sólo un protagonista sino también un filósofo, un historiador y un crítico de la Revolución. Ningún líder de la Revolución puede carecer, naturalmente, de una visión panorámica y certera de sus raíces y de su génesis. Lenin, verbigracia, se distinguió por una singular facultad para percibir y entender la dirección de la historia contemporánea y el sentido de sus acontecimientos. Pero los penetrantes estudios de Lenin no abarcaron sino las cuestiones políticas y económicas. Trotsky, en cambio, se ha interesado además por las consecuencias de la Revolución en la filosofía y en el arte.

Polemiza Trotsky con los escritores y artistas que anuncian el advenimiento de un arte nuevo, la aparición de un arte proletario. ¿Posee ya la Revolución un arte propio? Trotsky mueve la cabeza. "La cultura -escribe- no es la primera fase de un bienestar: es un resultado final". El proletariado gasta actualmente sus energías en la lucha por abatir a la burguesía y en el trabajo de resolver sus problemas económicos, políticos, educacionales. El orden nuevo es todavía demasiado embrionario e incipiente. Se encuentra en un periodo de formación. Un arte del proletariado no puede aparecer aún. Trotsky define el desarrollo del arte como el más alto testimonio de la vitalidad y del valor de una época. El arte del proletariado no será aquél que describa los episodios de la lucha revolucionaria; será, más bien, aquél que describa la vida emanada de la revolución, de sus creaciones y de sus frutos. No es, pues, el caso de hablar de un arte nuevo. El arte, como el nuevo orden social, atraviesa un período de tanteos y de ensayos. "La revolución encontrará en el arte su imagen cuando cese de ser para el artista un cataclismo extraño a él". El arte nuevo será producido por hombres de una nueva especie. El conflicto entre la realidad moribunda y la realidad naciente durará largos años.

Estos años serán de combate y de malestar. Sólo después que estos años transcurran, cuando la nueva orga-nización humana esté cimentada y asegurada, existirán las condiciones necesarias para el desenvolvimiento de un arte del proletariado. ¿Cuáles serán los rasgos esenciales de este arte futuro? Trotsky formula algunas previsiones. El arte futuro será, a su juicio, "inconciliable con el pesimismo, con el escepticismo y con todas las otras formas de postración intelectual. Estará lleno de fe creadora, lleno de una fe sin límites en el porvenir". No es ésta, ciertamente, una tesis arbitraria. La desesperanza, el nihilismo, la morbosidad que en diversas dosis contiene la literatura contemporánea son señales características de una sociedad fatigada, agotada, decadente. La juventud es optimista, afirmativa, jocunda; la vejez es escéptica, negativa y regañona. La filosofía y el arte de una sociedad joven tendrán, por consiguiente, un acento distinto de la filosofía y del arte de una sociedad senil.

El pensamiento de Trotsky se interna, por estos caminos, en otras conjeturas y en otras interpretaciones. Los esfuerzos de la cultura y de la inteligencia burguesas están dirigidos principalmente al progreso de la técnica y del mecanismo de la producción. La ciencia es aplicada, sobre todo, a la creación de un maquinismo cada día más perfecto. Los intereses de la clase dominante son adversos a la racionalización de la producción; y son adversos, por ende, a la racionalización de las costumbres. Las preocupaciones de la humanidad resultan, sobre todo, utilitarias.

El ideal de nuestra época es la ganancia y el ahorro. La acumulación de riquezas aparece como la mayor finalidad de la vida humana. Y bien. El orden nuevo, el orden revolucionario, racionalizará y humanizará las costumbres. Resolverá los problemas que, a causa de su estructura y de su función, el orden burgués es impotente para solucionar. Consentirá la liberación de la mujer de la servidumbre doméstica, asegurará la educación social de los niños, libertará al matrimonio de las preocupaciones económicas. El socialismo, tan motejado y acusado de materialista, resulta, en suma, desde este punto de vista, una reivindicación, un renacimiento de valores espirituales y morales, oprimidos por la organización y los métodos capitalistas. Si en la época capitalista prevalecieron ambiciones e intereses materiales, la época proletaria, sus modalidades y sus instituciones se inspirarán en intereses e ideales éticos.

La dialéctica de Trotsky nos conduce a una previsión optimista del porvenir del Occidente y de la Humanidad. Spengler anuncia la decadencia total de Occidente. El socialismo, según su teoría, no es sino una etapa de la trayectoria de una civilización. Trotsky constata únicamente la crisis de la cultura burguesa, el tramonto de la sociedad capitalista. Esta cultura, esta sociedad, envejecidas, hastiadas, desaparecen; una nueva cultura, una nueva sociedad emergen de su entraña. La ascensión de una nueva clase dominante, mucho más extensa en sus raíces, más vital en su contenido que la anterior, renovará y aumentará las energías mentales y morales de la humanidad. El progreso de la humanidad aparecerá entonces dividido en las siguientes etapas principales: antigüedad (régimen esclavista); edad media (régimen de servidumbre); capitalismo (régimen del salario); socialismo (régimen de igualdad social). Los veinte, los treinta, los cincuenta años que durará la revolución proletaria, dice Trotsky, marcarán una época de transición.

¿El hombre que tan sutil y tan hondamente teoriza, es el mismo que arengaba y revistaba al ejército rojo? Algunas personas no conocen, tal vez, sino al Trotsky de traza marcial de tantos retratos y tantas caricaturas. Al Trotsky del tren blindado, al Trotsky Ministro de Guerra y Generalísimo, al Trotsky que amenaza a Europa con una invasión napoleónica. Y este Trotsky en verdad no existe. Es casi únicamente una invención de la prensa. El Trotsky real, el Trotsky verdadero es aquél que nos revelan sus escritos. Un libro da siempre de un hombre una imagen más exacta y más verídica que un uniforme. Un generalísimo, sobre todo, no puede filosofar tan humana y tan humanitariamente. ¿Os imagináis a Foch, a Ludendorf, a Douglas Haig en la actitud mental de Trotsky?

La ficción del Trotsky marcial, del Trotsky napoleónico, procede de un solo aspecto del rol del célebre revolucionario en la Rusia de los Soviets: el comando del ejército rojo. Trotsky, como es notorio, ocupó primeramente el Comisariato de Negocios Extranjeros. Pero el sesgo final de las negociaciones de Brest Litowsk lo obligó a abandonar ese ministerio. Trotsky quiso que Rusia opusiera al militarismo alemán una actitud tolstoyana: que rechazase la paz que se le imponía y que se cruzase de brazos, indefensa, ante el adversario. Lenin, con mayor sentido político, prefirió la capitulación. Trasladado al Comisariato de Guerra, Trotsky recibió el encargo de organizar el ejército rojo. En esta obra mostró Trotsky su capacidad de organizador y de realizador. El ejército ruso estaba disuelto. La caída del zarismo, el proceso de la revolución, la liquidación de la guerra, produjeron su aniquilamiento. Los Soviets carecían de elementos para reconstituirlo. Apenas si quedaban, dispersos, algunos materiales bélicos. Los jefes y oficiales monarquistas, a causa de su evidente humor reaccionario, no podían ser utilizados. Momentáneamente, Trotsky trató de servirse del auxilio técnico de las misiones militares aliadas, explotando el interés de la Entente de recuperar la ayuda de Rusia contra Alemania. Mas las misiones aliadas deseaban, ante todo, la caída de los bolcheviques. Si fingían pactar con ellos era para socavarlos mejor. En las misiones aliadas Trotsky no encontró sino un colaborador leal: el capitán Jacques Sadoul,* miembro de la embajada francesa, que acabó adhiriéndose a la Revolución, seducido por su ideario y por sus hombres. Los Soviets, finalmente, tuvieron que echar de Rusia a los diplomáticos y militares de la Entente. Y, dominando todas las dificultades, Trotsky llegó a crear un poderoso ejército que defendió victoriosamente a la Revolución de los ataques de todos sus enemigos externos e internos. El núcleo inicial de este ejército fueron doscientos mil voluntarios de la vanguardia y de la juventud comunistas. Pero, en el periodo de mayor riesgo para los Soviets, Trotsky comandó un ejército de más de cinco millones de soldados.

Y, como su ex-generalísimo, el ejército rojo es un caso nuevo en la historia militar del mundo. Es un ejército que siente su papel de ejército revolucionario y que no olvida que su fin es la defensa de la revolución. De su ánimo está excluido, por ende, todo sentimiento específica y marcialmente impe-rialista. Su disciplina, su organización y su estructura son revolucionarias. Acaso, mientras el generalísimo escribía un artículo sobre Romain Rolland, los soldados evocaban a Tolstoy o leían a Kropotkin.

jueves, 18 de agosto de 2011

Apuntes sobre Apuntes

Leo en la versión web del último número de La Verdad Obrera , un interesante artículo titulado "Apuntes Militantes", en el que se afirma  que la votación del Frente de Izquierda expresó tendencias en la clase obrera y la juventud hacia la construcción de un partido revolucionario. En general me parece bien lo que se dice en el artículo, pero quería agregar algunos apuntes propios a los del compañero Fredy Lizarrague. 

-En primer lugar, creo que los fenómenos que empiezan a cristalizar en el espacio del FIT, a saber, sindicalismo de base, izquierda estudiantil y lo más nuevo que es el amplio sector de intelectuales de izquierda que se nuclea en la asamblea de apoyo al FIT (además de todos aquellos que apoyan con ciertas reservas), más que expresarse en la votación como tal, han encontrado un canal de desarrollo más amplio y con más potencialidades que la ligazón bilateral por separado con alguna de las organizaciones que componen el FIT . En este sentido, creo que las tendencias a la constitución de un partido revolucionario con base real en una vanguardia más amplia, coexisten con la tendencia a consolidar un espacio de izquierda en general, "anticapitalista" en un sentido más amplio que "revolucionario" (porque hay más consenso en los espacios de izquierda sobre el carácter reaccionario del capitalismo que sobre las vías para terminar con él ) pero que es expresión de un giro a la izquierda de un sector de vanguardia, con el cual el diálogo político, estratégico e ideológico está abierto y hay que seguir apostando al mismo. 

-Ligado a lo anterior, me parece que la campaña y la votación como tal, mostraron que esos sectores de vanguardia más avanzados a los que hacíamos referencia lograron establecer un diálogo con un sector de masas que apoyó al FIT por motivos democráticos, pero con la idea de que la izquierda es necesaria para enfrentar y denunciar a los partidos patronales predominantes y por eso no tenía que quedar afuera de las elecciones de octubre (cosa que he escuchado decir a más de un compañero de trabajo sin mayor interés por la política). Esa idea, elemental por cierto, expresa una simpatía hacia la izquierda que en perspectiva y ante la profundización de la crisis económica del capitalismo, puede desarrollarse en un sentido más político concreto, es decir puede cristalizar en un mayor apoyo popular, aunque siga siendo minoritario, a las ideas de la izquierda. 

-Me parece muy pertinente la idea de que por las características de las organizaciones que componen el FIT (trotskistas) y por la ligazón real con sectores del movimiento obrero que son producto de una recomposición objetiva y subjetiva, desde el punto de vista programático y también desde el punto de vista del carácter de clase de sus integrantes contamos con una buena base para resistir las presiones del régimen a la transformación en una izquierda del sistema. Creo que la "hegemonía trotskista" en el FIT es una ventaja, más allá de la coyuntura, desde el punto de vista estratégico, porque abre la posibilidad de que, en caso de generarse situaciones más álgidas ante embates de la crisis internacional, el trotskismo pueda tener un rol más preponderante en la conformación de nuevas camadas militantes. 

Esto me recuerda a unas reflexiones de Camarero y Pozzi, a través nuestro, en sendas entrevistas que les hicimos en Pateando el Tablero Neuquén. Hernán Camarero planteaba que respecto de la experiencia del clasismo de los '70, la experiencia del FIT en Neuquén, con el componente de las candidaturas ceramistas y el trasfondo de la lucha de Zanon, marcaba un salto en relación con el traspaso del terreno sindical al político. Pozzi nos decía que en realidad el clasismo en los '70 tenía posición e intervención política e influencia de corrientes políticas, pero que quizás lo distinto es que mientras en los '70 había más radicalización, en la actualidad había más extensión de un activismo democrático. Sin poder hacer un análisis a fondo de esta cuestión por este medio, me parece que si bien en los '70 la radicalización fue muy superior a la de la actualidad, sí es una ventaja a favor del marxismo revolucionario que la expresión política de la izquierda con proyección nacional hoy sea el FIT y no alguna variante frentepopulista. 

En resumen, la existencia del FIT (con los puntos de apoyo mencionados al comienzo de estas líneas) nos da la ventaja de influenciar a una vanguardia más amplia con las ideas del marxismo revolucionario, con menos mediaciones. Si bien seguimos siendo una minoría en las masas, podemos ser "hegemónicos" en la vanguardia, lo cual es central para tender un puente hacia las masas. 

-Coincido en que la crisis de la centroizquierda y la buena elección del FIT a nivel nacional son un buen punto de apoyo para hacer nuevamente una buena elección en Octubre. Si bien el 14/08 tuvo mucho peso el voto al FIT por motivos democráticos, esto ocurrió porque hicimos una buena campaña política, ligando la denuncia de la proscripción con una "agenda de los trabajadores". Por lo tanto, me parece un objetivo totalmente realista proponernos mantener e incluso ampliar el caudal de votos. Y desde este punto de vista, me parece importante también destacar que la campaña del FIT y los buenos resultados electorales mostraron también que la influencia social de la izquierda trotskista puede lograr expresión en el terreno político, achicando en cierta medida el dualismo existente entre peso sindical, social y cultural e influencia política. 

miércoles, 17 de agosto de 2011

Reflexiones de un día de lluvia

Sudden Shower Over Shin-Ōhashi Bridge and Atake (Ohashi Atake no Yudachi)Van algunas líneas desparejas, para compartir con los amigos

-----
Populismo obrero

El Oeste neuquino
me recuerda mis días de cartero
en el conurbano bonaerense.
Cruzábamos saludos
con barrenderos y recolectores
que practicaban desde temprano
una amable cortesía de clase.
Arrancar con el amanecer
era señal de armonía con los astros 
y de tener ganado mi lugar 
en las filas del proletariado.

-------

No es lo mío

Me dice con aires de psicóloga
que quiere saber cómo
se formó mi subjetividad.
En una plaza, le digo
y zafo como el mejor
del verso del sujeto sujetado.
Me mira como si le hubiera
clausurado la facultad 
con una faja azulgrana
Es que el rol de objeto de estudio
definitivamente no es lo mío. 

------

Madurez

Realmente son patéticos
los futbolistas que se van a las manos.
Pero nunca pude entender 
a los que criticaron el cabezazo de Zidane
aplicado con técnica y buen gusto
contra un tipo atrevido y desubicado. 
Lo sigo defendiendo por recordarnos
que lo que odiamos de niños
no tenemos por qué soportarlo siendo adultos. 

--------

La vejez

Durante los últimos años mi viejo
pasaba largos ratos en silencio
mientras esperaba la hora del té. 
Quizás la vejez no sea más que eso:
un ceremonial que se ejecuta 
con los pies, mientras la cabeza 
se pierde en los pliegues
del regreso a la infancia. 


Dos declaraciones de Trotsky sobre Hearst (acerca de los revolucionarios y la prensa reaccionaria)


Leo acá :


Publicado el 3 de febrero de 1937

Rumores supuesta venta de artículos a Hearst absolutamente falsos. Artículos y declaraciones relativas proceso se entregan gratuitamente a la prensa, no se venden. No se entregan a prensa Hearst y agencia Universal Service debido a sus vínculos con el fascismo y reacción en todo el mundo.

Publicado 19 de febrero de 1937

Me negué a recibir al representante de Hearst y a conceder declaraciones a Universal Service. Esta es la única agencia que me he negado a recibir. Quizá Hearst obtuvo las declaraciones por intermedio de otras agencias o de los periódicos mexicanos, que las publicaron en forma textual e íntegra. Cuando Hearst las publica con el epígrafe “por León Trotsky”, formalmente no miente porque - exceptuando las tergiversaciones y mutilaciones de Hearst - yo soy el autor. Pero no soy responsable de los canales que emplea para obtener las declaraciones.

---

Hearst era el magnate de los medios norteamericano, simpatizante de los nazis, retratado y elevado a mito  por Orson Wells en Citizen Kane, película que desde ya invita a discutir si el retrato fílmico se corresponde con el personaje real.

Pero esto viene a cuento porque en estos días algunos estúpidos colonizados por los fondos del gobierno nacional salieron a decir que "Rial fue el mejor militante del FIT".

Y desde el FIT no todos tenemos la misma forma de ver respecto de cómo establecer relación con medios que nos difunden, pero a la vez intentan mostrarnos como una izquierda inofensiva.

No están de más entonces, las palabras del Viejo (como le decían sus compañeros y amigos), separándose de manera tajante de la prensa derechista y sus intentos de utilización de las figuras revolucionarias para fines reaccionarios.

lunes, 15 de agosto de 2011

La nostalgia del pasado (reflexión conservadora pero inteligente sobre pasado y presente)

Hacer demasiado
Leo en el Hagakure:
No podemos cambiar nuestra época. En cuanto las condiciones de vida se degradan regularmente es prueba de que uno ha penetrado en la fase última del destino. En efecto, no se puede estar constantemente en primavera o verano, tampoco se puede disfrutar permanentemente; por ello es obrar en vano empeñarse en cambiar la naturaleza de los momentos actuales para reencontrar los felices días del siglo pasado. El error de los que cultivan la nostalgia del pasado viene de que no captan esta idea. Pero los que sólo tienen consideración por el momento presente y detestan el pasado, parecen ser muy superficiales.

Algunas líneas sobre las primarias y la gran performance del FIT

Pasaron las primarias nomás y pasamos nosotros el piso del 1.5%.
Como ya dijeron nuestros candidatos Jorge Altamira y Christian Castillo, vamos a seguir denunciando este sistema antidemocrático de filtro contra las minorías, entre cuyas víctimas se encuentra hoy el espacio de Pino Solanas. Para leer el comunicado del PTS, hacer click acá.

Respecto de los números generales, si se repitiera este resultado del FPV, Cristina ganaría en primera vuelta. La idea de Duhalde, de que esta primaria era una interna de la oposición, resulta dudosa porque cada sector de la oposición patronal dinamitó los puentes que tenía con el otro, salvo que Duhalde se bajara para apoyar a Alfonsín.

La dificultad adicional que tiene la oposición burguesa es que el voto anti K se ha mostrado fuerte en las elecciones provinciales, pero ha pesado poco en esta elección nacional, abonando la idea de que por un lado hay una tendencia al triunfo de los oficialismos y por otro que ese voto anti K tiene expresiones regionales parciales, pero no confluye en una representación política de carácter nacional, de forma tal que muchos de los que votan contra los candidatos de Cristina en elecciones provinciales o municipales, votarán por Cristina en Octubre, como lo hicieron ayer.

En cuanto al Frente de Izquierda y de los Trabajadores, hemos obtenido una importante victoria táctica. Porque logramos superar el piso con el cual se nos pretendía borrar de las elecciones de Octubre pero también porque instalamos la idea de que la izquierda política es la única que plantea la defensa de derechos elementales de los trabajadores, que se han visto postergados durante todos estos años de "crecimiento" económico bajo el kirchnerismo, como la lucha por el salario igual a la canasta familiar, contra la tercerización laboral, por el 82%  para los jubilados, entre otros puntos.

Esas dos ideas se instalaron durante la campaña del FIT y permitieron llegar a superar holgadamente el piso del 1.5%, consolidando a su vez las performances anteriores en lugares como Córdoba y Neuquén, donde obtuvimos o mantuvimos bancas legislativas.

El interrogante que queda es cuánto de esto podrá expresarse en Octubre. Es decir, los votos que afluyeron al FIT por el argumento democrático de enfrentar la proscripción ¿se repetirán en la elección presidencial?

Es probable que no, pero no me animo a pronosticar respecto de cuánto bajará nuestro caudal de votos, en función de lo que decía más arriba: la campaña tuvo un carácter democrático pero también de clase, ligando la lucha contra la proscripción a la lucha por la defensa de los derechos de los trabajadores.

Muchos pueden habernos votado para que pasemos y votar otra cosa en Octubre, pero hasta después del 23 no sabremos cuántos fueron.

Lo importante, de cualquier modo, es que este paso adelante nos deja en mejores condiciones, no sólo para las elecciones de Octubre, sino sobre todo como un actor político que a nivel nacional tiene una influencia social mucho mayor a su caudal de votos, a través del peso conquistado en el sindicalismo de base, el movimiento estudiantil combativo y la intelectualidad. Al servicio de esa construcción estratégica, está planteado orientar esta victoria táctica.

jueves, 11 de agosto de 2011

Videos del Foro contra la proscripción a la izquierda en Neuquén


Panorama 6Los videos eran muy pesados, así que van para abrir desde acá, clickeando en el nombre de cada panelista. 









De noche por el barrio

Solamente a mí se me ocurre agarrar a última hora un libro que se llama "Boedo". Es como noquear un puño con la cabeza. Acá en Neuquén no significa mucho, salvo para los hinchas de San Lorenzo. Sin embargo, para los que crecimos ahí, es la puerta de entrada a otra dimensión de la realidad. Como un pasado que nunca se consolidó como tal. Lo cual es muy conveniente por ejemplo, para los pibes con los que pateamos veredas y plazas y no sabemos si siguen vivos (si es así, muchachos, espero que no estén en cana). Estar lejos me hizo comprender muchísimo más profundamente, con más de 30 años, el valor del barrio. Y el valor de ciertas cosas que si no se aprenden en ese tramo de la vida que va desde los 6 hasta los 18 años, no se aprenden nunca más. Honor y gloria, entonces, a los guerreros de baja estatura y pantalones cortos que supimos ser. Están ahí bajo nuestros rostros adultos para que mantengamos la posición de combate. 



Un plástico transparente


Después de un largo día, con muchas tareas cumplidas y muchas más por cumplir, leo en la página 57 de "Boedo -todos los poemas-"(Eloísa  Cartonera 2010) de nuestro gran escritor Fabián Casas: 

Abrí la puerta y te estabas bañando. 
Los vidrios empañados, el ruido del agua
detrás de las cortinas,
las cosas esenciales instaladas
fuera de la razón. 
Me llamaste, acercaste la cara
y nos besamos a través del plástico 
transparente: fue un instante.
Las parejas y las revistas literarias
duran casi siempre dos números. 
Sin embargo, de a poco, 
le fuimos ganando terreno al río:
días interminables en los que el caos
tomaba tu forma para envolverme mejor. 

(Para Yaz)