Como ya dijeron nuestros candidatos Jorge Altamira y Christian Castillo, vamos a seguir denunciando este sistema antidemocrático de filtro contra las minorías, entre cuyas víctimas se encuentra hoy el espacio de Pino Solanas. Para leer el comunicado del PTS, hacer click acá.
Respecto de los números generales, si se repitiera este resultado del FPV, Cristina ganaría en primera vuelta. La idea de Duhalde, de que esta primaria era una interna de la oposición, resulta dudosa porque cada sector de la oposición patronal dinamitó los puentes que tenía con el otro, salvo que Duhalde se bajara para apoyar a Alfonsín.
La dificultad adicional que tiene la oposición burguesa es que el voto anti K se ha mostrado fuerte en las elecciones provinciales, pero ha pesado poco en esta elección nacional, abonando la idea de que por un lado hay una tendencia al triunfo de los oficialismos y por otro que ese voto anti K tiene expresiones regionales parciales, pero no confluye en una representación política de carácter nacional, de forma tal que muchos de los que votan contra los candidatos de Cristina en elecciones provinciales o municipales, votarán por Cristina en Octubre, como lo hicieron ayer.
En cuanto al Frente de Izquierda y de los Trabajadores, hemos obtenido una importante victoria táctica. Porque logramos superar el piso con el cual se nos pretendía borrar de las elecciones de Octubre pero también porque instalamos la idea de que la izquierda política es la única que plantea la defensa de derechos elementales de los trabajadores, que se han visto postergados durante todos estos años de "crecimiento" económico bajo el kirchnerismo, como la lucha por el salario igual a la canasta familiar, contra la tercerización laboral, por el 82% para los jubilados, entre otros puntos.
Esas dos ideas se instalaron durante la campaña del FIT y permitieron llegar a superar holgadamente el piso del 1.5%, consolidando a su vez las performances anteriores en lugares como Córdoba y Neuquén, donde obtuvimos o mantuvimos bancas legislativas.
El interrogante que queda es cuánto de esto podrá expresarse en Octubre. Es decir, los votos que afluyeron al FIT por el argumento democrático de enfrentar la proscripción ¿se repetirán en la elección presidencial?
Es probable que no, pero no me animo a pronosticar respecto de cuánto bajará nuestro caudal de votos, en función de lo que decía más arriba: la campaña tuvo un carácter democrático pero también de clase, ligando la lucha contra la proscripción a la lucha por la defensa de los derechos de los trabajadores.
Muchos pueden habernos votado para que pasemos y votar otra cosa en Octubre, pero hasta después del 23 no sabremos cuántos fueron.
Lo importante, de cualquier modo, es que este paso adelante nos deja en mejores condiciones, no sólo para las elecciones de Octubre, sino sobre todo como un actor político que a nivel nacional tiene una influencia social mucho mayor a su caudal de votos, a través del peso conquistado en el sindicalismo de base, el movimiento estudiantil combativo y la intelectualidad. Al servicio de esa construcción estratégica, está planteado orientar esta victoria táctica.
3 comentarios:
Hay que ver cuanto pega el hecho de que queda la idea que Cristina gana en la primera vuelta y de hecho puede arrastrarse un voto a izquierda por esfumarse el "peligro de derecha".
Hay que profundizar la campaña para votar candidatos de los trabajadores, que denuncie el carácter de degeneración a travéz de prevendas y privilegios del régimen democrático burgués y seguir con la campaña por el sueldo obrero para todos los cargos y el aporte a los fondos de lucha de los trabajadores.
Hayu que profundizar la idea de que la izquierda es la única fuerza que no está corrompida y que puede utilizar los espacios superestructurales para favorecer la lucha por las demandas del pueblo pobre y trabajador.
También creo que hay que reforzar de alguna manera, que solo la izquierda, tiene la aspiración de existir, y nos lo merecemos, porque fuimos los únicos que denunciamos la proscripción, siendo nosotros una corriente anticapitalista y no adaptada al regimen burgues. Cosa que no sucedió con Proyecto Sur, que es parte del régimen ocupando un espacio de centroizquierda, proscripto de hecho, y sin pegar un solo grito. Muchos piensan que nos merecemos participar de las elecciones porque "es necesaria la izquierda en el régimen de partidos", pero nosotros nos lo merecemos porque luchamos hasta las últimas consecuencias CONTRA este régimen, y CONTRA el gobierno. Eso demuestra nuestra voluntad inquebrantable de de existir porque tenemos una estrategia revolucionaria, eso nos hace luchar por existir y para triunfar, por supuesto.
Aprovecho este post de mi amigo JDM para aportar unas líneas. Se abren varias discusiones luego de haber pasado holgadamente “los 400.000”. Hay un plano más táctico – electoral, que es muy importante aprovechar como demostró la reciente campaña, pero que no nos puede hacer perder de vista nuestros objetivos a largo plazo, es decir, estratégicos. El compañero Altamira ya cantó retruco luego de este importante paso y desafió: ahora vamos por consolidar a la izquierda como fuerza política nacional, y en octubre a obtener bancas en el Congreso y Legislaturas provinciales. ¿Es ello posible? Puede ser. No descarto la idea que plantea el compañero Leucipo de que la fragmentación de la oposción patronal y la sensación de “paseo” que pueden ser las elecciones de octubre para Kristina, sume votos a la izquierda (compensando de alguna manera los votos puramente “democráticos” que tuvimos el 14).
Ahora bien, tranquilamente podría darse el escenario de que en octubre (siempre suponiendo que la crisis no pegue de lleno en la Argentina hasta entonces, lo que cambiaría considerablemente el escenario) bajáramos la performance electoral y nos vuelvan a acusar de “marginales”. Si bien en lo personal creo que supimos utilizar las primarias para denunciar la proscripción a un nivel de masas e instalar a la izquierda clasista como nunca antes (IU levantaba claramente una política de colaboración de clases) y en octubre opino que mantendremos en parte esta "llegada", está dentro de las posibilidades políticas un retroceso electoral respecto a agosto, dado el clima conservador (en el sentido de mantener el status quo votando a los oficialismos, con relativa independencia de la postura ideológica del partido de gobierno -el fundamento del "voto cruzado"- que muy bien describió el compañero Fernando Rosso en su blog).
¿A qué voy? A que desde la izquierda logramos en un sentido “acortar la brecha” entre nuestro peso político “por abajo” y nuestra expresión electoral “por arriba”, como al menos yo desde mi militancia desde mediados de los grises y menemistas ‘90 a esta parte no veía. A diferencia de las elecciones de octubre del 2001, donde la izquierda obtuvo muchos votos, esta vez no fue un “espacio” electoral que abrió la situación de crisis orgánica (la izquierda tenía menos peso por abajo que ahora, incluso en el movimiento piquetero que tuvo su “pico” en 2002-2003) sino que fue la campaña militante (con una política acertada) y años de militancia “por abajo” conquistando posiciones la que permitió hacernos un lugar en medio de una situación donde prima el conservadurismo (lo mismo ocurrió en Neuquén, donde nos abrimos un camino basado en años de lucha, ocupación y gestión obrera de Zanon, combinado con la militancia de una vanguardia importante, centralmente en ATEN).
Pero este peso conquistado por abajo, todavía es insuficiente y no tiene una relación directa con los 500.000 que nos votaron (lo que sería una influencia para nada despreciable). Creo que ahí debemos poner la mirada: aprovechar este triunfo electoral, muy importante pero táctico al fin, y por supuesto tratar de ganar nuevas posiciones en octubre como las conquistadas en Neuquén y Córdoba, pero lo central es utilizar estas conquistas para ganar posiciones estratégicas: la construcción de una corriente revolucionaria que sea parte orgánica del “mundo obrero” y con una gran juventud trabajadora y estudiantil.
En octubre podemos mantener los 500.000 (o superarlos) o podemos caer en el caudal electoral, pero incluso esta última variante (la más “pesimista”) no cambia el hecho de que, si bien todavía insuficiente, la izquierda (y el PTS en particular) viene ganando peso en el movimiento obrero. Prepararse para los momentos de “crisis catastrófica” (2001) en los momentos previos, con lazos profundos en el movimiento obrero, esa es la tarea me parece. Volvamos a usar la tribuna electoral con este objetivo.
PD: hay que pensar para este objetivo a partir del FU que significa el FIT, pero ya este “comentario” se me hizo demasiado largo. La próxima.
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