Antes de volver a escribir sobre todos los bardos que hay en la realidad (hay para elegir), aprovecho para compartir una escena de Reservoir Dogs de Quentin Tarantino, que viene al caso por ciertos debates en los que vengo participando durante las últimas sobremesas en bares y restaurantes. A raíz de las mismas me ha sido asignado el apodo de "Abanderado de los Mozos", por oponerme a ciertos comportamientos peguyis que ingenuamente creía superados por los últimos años de crecimiento económico. Hagan abstracción por favor de ciertos contenidos reaccionarios de los comentarios que hacen los muchachos (es una película de Tarantino y se supone que son gangsters).
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