miércoles, 14 de septiembre de 2011

Sobre el lenguaje "militar" de Antonio Gramsci



De los debates que venimos haciendo en este blog y el de Fernando Rosso  sobre los problemas de la estrategia marxista y la política del FIT, me fue quedando en el tintero un asunto teórico que intentaré abordar en este post. 

En su momento comenté acá que la falta de reflexión estratégica impuso en la izquierda una suerte de "posicionalismo absoluto", que funciona como un "espíritu de época". 

De ese enfoque fueron referentes teóricos los gramscianos argentinos en particular, pero cruza a importantes sectores que se reivindican de izquierda, sea porque lo defienden conscientemente, sea porque en la práctica se dedican a "ocupar espacios" por fuera de una estrategia revolucionaria que una las "operaciones aisladas" en un plan de combate contra la patronal y el estado. 

Algo de este debate se expresa también en las polémicas con todos aquellos que, desde posiciones de centroizquierda más o menos conservadoras en el terreno sindical, defienden la política de "acumulación de fuerzas" gradual y siguiendo programas mínimos o haciendo acuerdos con sectores de la burocracia, fundamentando esto en que las "condiciones" no dan para otra cosa. Tal el caso de la Agrupación Naranja de ATEN, que conduce la seccional capital y que trajo hace unos años a Rolando Astarita a disertar sobre el tema. 

Volviendo entonces al tema de la estrategia, esta parece ser una época con muchos partidarios de la "guerra de posiciones" por oposición a la "guerra de maniobras", para utilizar la terminología gramsciana elevada a estrategia socialdemócrata por Portantiero y Aricó. Sobre esto hemos planteado varias cuestiones que intentaremos no repetir, dado que más abajo copio un link donde se puede leer una crítica detallada al respecto.

Lo que me había quedado en el tintero es el abordaje del uso que hace Gramsci de la expresión "guerra de posiciones" y sus implicancias para el debate de estrategias en el marxismo. 

Porque la utilización de estos términos "militares" por Gramsci plantea varias dificultades. Hace un par de años, este humilde servidor encaró acá un comentario crítico de las hipótesis estratégicas de los Cuadernos de la Cárcel y de la concepción política de los gramscianos argentinos. En ese artículo, abordamos la filiación que estableció J.C. Portantiero entre Gramsci y Mao en su ya clásico trabajo Los Usos de Gramsci:

Mao es un firme partidario de la división tajante entre la revolución en las colonias, en las que sostiene una política de conciliación de clases y en los países centrales, en los que plantea una larga lucha legal sindical y parlamentaria hasta estar en condiciones de tomar el poder.

Al igual que Gramsci para Italia, Mao intenta analizar las particularidades de la sociedad China. Tanto la concepción de la guerra de posiciones como la de la guerra popular prolongada comparten una perspectiva de largo aliento para la lucha revolucionaria. Y de alguna forma, la guerra prolongada es, en el terreno político, una guerra de posiciones. Pero desde el ángulo militar, Mao sostiene la inutilidad de la guerra de posiciones desde el punto de vista estratégico para la guerra revolucionaria china. Su estrategia es de guerra prolongada, su táctica es la guerra de movimiento, su método la guerra de aniquilamiento. 

Gramsci pone el eje de sus reflexiones en Europa Occidental y la primacía de la guerra de posiciones no necesariamente se aplica al mundo colonial y semicolonial. En este sentido, Mao podría ser “gramsciano” en occidente y Gramsci “maoísta” en China. Sin embargo hay dos diferencias sustanciales: En el caso de Gramsci el uso de términos tomados del arte militar combina lo conceptual con lo metafórico y no implica la reducción de la política a la guerra. La guerra de posiciones es una “guerra” en la cual el momento “político-militar” es fundamental pero subordinado a la lucha política. Por el contrario, para Mao, la forma específica de la lucha de clases china es la guerra. 

Bueno, si bien lo que antecede me parece correcto en términos generales y como parte de una polémica contra la interpretación de Portantiero, que ligaba a Gramsci con Mao para adscribirlo a una corriente policlasista, este "sentido metafórico y conceptual" de los términos militares en el lenguaje gramsciano es lo que me interesa problematizar en esta ocasión.  

Porque si bien Gramsci evita la "reducción de la política a la guerra", su teorización tiende a crear el efecto contrario: militarizar el lenguaje político de una forma que tiende a diluir la diferencia entre lucha política y guerra civil. 

En este sentido, creo que es importante destacar que en los Cuadernos de la Cárcel se utiliza mucho más el concepto de "ciencia política" que el de "estrategia". Esto tiene que ver con que Gramsci considera que el aporte clave de Lenin al marxismo es la "teoría de la hegemonía" que identifica con la política de Lenin para sostener la alianza obrero-campesina en la URSS frente al descontento de los campesinos (NEP) y con la táctica de Frente Único a nivel de Europa Occidental para ganar peso en la base obrera de la socialdemocracia, adoptada por la Internacional Comunista en 1921.

Si bien Gramsci teoriza sobre los distintos planos de las relaciones de fuerzas, otorgando un peso importante a las relaciones de fuerzas militares (que subdivide en sus aspectos político-militar  y técnico militar), la generalización del esquema de la "guerra de posiciones" como concepto clave de la teoría política y su oposición a la "guerra de maniobras", tiende a ubicar muy lejos la perspectiva de la guerra civil, con lo cual la "guerra de posiciones" es una "guerra" en la cual la lucha política acumulativa es predominante casi todo el tiempo. 

Este enfoque, con sus debilidades, es el que los gramscianos argentinos elevaron a una estrategia gradualista socialdemócrata, inspirados en Palmiro Togliatti. Y a decir verdad, en la práctica y aunque sea parcialmente, tiene más seguidores de los que se reconocen como tales. 

1 comentario:

cb dijo...

ta bueno el post.

en tono bloguero me parece agregar que la guerra de posiciones elevada a estrategia de los reformistas, se basa en sostener una relacion de fuerzas que fue obtenida con la lucha, es decir con la maniobra. la maniobra, son las acciones que buscan romper el status quo. o lo que klausewits es la ofensiva.

la maniobra siempre es precedida por una "lucha de posicion". el truco cinico de los reformistas es separar uno de otro. aislar a la posicion de la maniobra equivale en klausewits a sostener una guerra defensiva y nunca realizar la "accion positiva" o la ofensiva. que permite vencer.

la trampa teorica de la "guerra de posicion" como estrategia consiste en extirpar la maniobra o la ofensiva de cada lucha del proletariado. es decir nunca proponerse vencer. por eso los reformistas pierden todas las huelgas.

saluti, carlosb.