Semana de evocación de la muerte y malas nuevas. Desde el año pasado, La Parca insiste en imponernos su inquietante compañía. Gladys dice que hay que llamarla Lx Pxrcx, pero si me va a llevar alguna vez, como es seguro, prefiero que sea mujer. Nos vamos acostumbrando a despedir amigos y compañeros. Reflexión perdida en alguna de las visitas al barrio: a veces es mejor no cruzarse con viejos amigos para no terminar hablando de los pibes que se murieron y transformar Boedo en un jardín de piedra. Con los compañeros es distinto. Lo que compartimos queda como acervo en la lucha por la redención de los vencidos, como con Liliana y Polo.
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