martes, 12 de julio de 2011

Sobre las elecciones porteñas y la "crisis política"

A pesar de las autocríticas de los blogueros peronistas, que pueden leerse haciendo click en los links ubicados en el costado derecho de esta página, lo cierto es que el triunfo de Macri (que casi seguro se consolidará como tal en el balotaje) está inscripto en las mismas condiciones que marcan la tendencia al triunfo de los oficialismos, incluido el del gobierno de Cristina Kirchner: estabilidad económica, consumo de los sectores medios, conservadorismo político en función de mantener ambos indicadores previos.

Desde este punto de vista, el hecho de que la oposición patronal salga a "colgarse" de Macri (como Alfonsín y Carrió) muestra más la falta de un centro de gravedad de este sector que algún tipo de instinto político, dado que las condiciones que garantizaron el triunfo de Macri a nivel municipal son las mismas que bloquean su posibilidad de proyectarse a nivel nacional.

Nuestros aliados del PO plantearon que el resultado de las elecciones porteñas abre una crisis política para el gobierno.

En función de los elementos enumerados más arriba, yo sería más cauto en el pronóstico, pero sí me parece que se ponen de manifiesto elementos de la crisis política pre-existentes, que tienen que ver con la crisis del sistema de partidos que estalló en el 2001 y que se expresa en el caso de la oposición patronal en la debilidad de la UCR como partido nacional, la dispersión de la centroizquierda y en la ausencia de figuras políticas nacionales de peso aunque fuera lejanamente comparables a la del oficialismo.

Lo que sí puede tomarse como un elemento nuevo es la poca gravitación de los candidatos mediáticos tipo Coalición Cívica y en menor medida el propio Pino Solanas, cuyo tercer lugar en la elección municipal es el resultado de una deserción a nivel nacional, y su espacio pasa por más rupturas que los personajes de la vida de Brian.

Por el lado del oficialismo, hay una contradicción entre los centos de gravedad del peronismo tradicional (jefes territoriales y burocracia sindical) y el llamado "kirchnerismo puro" que desde el punto de vista de sus bases de apoyo estructurales es un clavel del aire.

Sin la base de sustentación del aparato peronista, al kirchnerismo le queda la figura de Cristina, el manejo del aparato estatal central y las condiciones de estabilidad económica. No es poco cosa, pero no deja de tener sus contradicciones.

En cuanto al Frente de Izquierda y de los Trabajadores, en un escenario electoral muy difícil, lo logrado es un  piso para dar la lucha contra la proscripción de cara a las primarias. Es deseable que Zamora adopte una posición de principios sumando a la campaña del FIT, con lo cual estaremos más cerca del objetivo de derrotar la proscripción, pero lo central es hacer una gran campaña de masas en todo el país, ampliando a escala nacional lo que hicimos en Neuquén.

Si bien en Neuquén el prestigio conquistado por más de una década de lucha por los dirigentes ceramistas tuvo un efecto multiplicador sumado al de la unidad de la izquierda clasista y no en todos lados la izquierda tiene conquistados esos elementos de "hegemonía" social, lo cierto es que la campaña casa por casa fue fundamental para hacer conocidas las candidaturas del FIT, junto con la agitación en los medios masivos y la presencia callejera.

Todos esos factores permitieron conquistar una banca en la legislatura provincial, incluso en una situación conservadora que en rasgos generales es muy parecida a la de la CABA o a nivel nacional.

Vamos entonces por una gran campaña de masas para derrotar la proscripción de las primarias y ubicar al FIT como una de las principales fuerzas políticas a nivel nacional.

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