jueves, 14 de mayo de 2015

Otra vez sobre el FIT y la venganza (no consumada) de Juan B. Justo


Declaración programática del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (2013)

Retomando lo que señala Fernando Rosso en este post y las recientes declaraciones de Paco Pérez  vaticinando un mayor crecimiento del FIT para las elecciones provinciales generales mendocinas y en el marco de que se habla de una posible "interna competitiva" del FIT en las PASO, van unas breves acotaciones.

En Noviembre de 2013 había escrito este post para poner paños fríos a ciertos entusiasmos electoralistas a mi modo de ver un poco inconscientes, presentes principalmente en nuestros socios del Frente de Izquierda. 

Aunque creo que la reflexión se sostiene desde el punto de vista del "método" (es decir mantener una actitud de no ir con la corriente alegremente sin pensar las contradicciones existentes), muchas cosas pasaron con el desarrollo del Frente de Izquierda y de los Trabajadores desde entonces y creo que afortunadamente, la hipótesis de que seríamos víctimas de una suerte de "astucia de la razón reformista" no se ha materializado hasta el momento, por fortuna pero también por virtud; es decir por una práctica política sostenida desde el PTS para construir una izquierda revolucionaria, combativa e inserta en la clase obrera, apoyándonos en esta gran herramienta que es el Frente de Izquierda. Y más en general, porque más allá de las diferencias de práctica política y concepciones estratégicas que hay dentro del FIT, de conjunto sigue siendo un agrupamiento de extrema izquierda para lo que es el espectro político argentino.

Y si bien, visto históricamente, la pasivización kirchnerista (con el punto de apoyo de una situación económica difícil pero no catastrófica) está logrando un fin de ciclo más o menos ordenado si lo comparamos con la despedida del alfonsinismo y el menemismo-alianza, el peso político conquistado por el FIT a nivel nacional, en especial en provincias como Mendoza, seguido de Jujuy, Salta (aunque últimamente con menos caudal de votos) y Neuquén, expresa que persiste una crisis de la política patronal tradicional, que ya no logra representar a un sector significativo de jóvenes, mujeres y trabajadores.

La expresión más clara de este fenómeno es el peso político conquistado por el Frente de Izquierda en Mendoza, donde recientemente el diputado nacional del PTS en el FIT Nicolás del Caño quedó segundo en la elección a intendente, arriba del peronismo, como se muestra en este spot: 



Pienso que al final no hubo "venganza de Juan B. Justo" ni "astucia de la razón reformista", por un aspecto no siempre suficientemente analizado. 

Me refiero a que muchas veces analizamos el crecimiento del FIT como expresión del apoyo de los compañeros y compañeras desencantados con el kirchnerismo, en la línea de que éste generó más relato del que puede bancar (más ahora en pleno affaire Scioli), pero hay otro aspecto muy importante a tener en cuenta: si precisamente muchos de los votantes del FIT en lugares como Mendoza y Jujuy (también en Neuquén, donde sacamos altas votaciones en los barrios de Oeste y Parque Industrial de la capital provincial) tiene que ver con los compañeros y compañeras a los que no les llegaron los "beneficios" de la "década ganada", también hay que resaltar que son precisamente esos compañeros los que no están representados por los sindicatos, que son uno de los pilares claves del Estado argentino, producto de aquella histórica constitución interna del peronismo dentro de las coordenadas señaladas por Portantiero: "sobran sindicatos y falta burguesía nacional". 

No teniendo posibilidad de expresión mediante las otras "organizaciones de la sociedad civil", sin acceso al esparcimiento, los deportes, las actividades culturales o la afiliación sindical, con la burocracia sindical volcada hacia la derecha, el Frente de Izquierda aparece como la principal herramienta para expresar el rechazo a una casta de políticos millonarios garante de las condiciones precarias de millones de compañeros y compañeras, jóvenes que logran trabajar y estudiar a duras penas, trabajadores precarios, mujeres que afrontan la discriminación y el acoso en sus lugares de trabajo y la violencia machista en sus distintos grados en todos los ámbitos de la sociedad.

Lógicamente, para la estrategia marxista, ese apoyo no mediatizado por la cuestión sindical plantea el doble desafío de fortalecer la política de recuperar los sindicatos, a la vez que pelear dentro de ellos por trascender los límites corporativos.

Pero es imporante destacar que el desarrollo del FIT en Mendoza y otras provincias y su peso como actor político nacional, traspasa el terreno electoral y nos plantea la posibilidad de que se esté generando una nueva identidad política en sectores minoritarios todavía pero masivos de la clase obrera, expresada en la figura de Nicolás del Caño y otros compañeros y compañeras, que ya a esta altura podemos afirmar, tendrá un lugar destacado en el próximo período, en el que los límites entre poskirchnerismo y posperonismo posiblemente sean bastante difusos.

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