lunes, 30 de enero de 2012

Se terminaron las vacaciones



Se terminó la joda. En cualquier momento volvemos con los comentarios inapropiados a los que la gente que lee este blog ya está acostumbrada. 

Principal constatación de los días de descanso: en el terreno del noble arte natatorio, seguimos en la categoría de "mojarrita avanzada". Aunque hemos progresado un poco desde aquella vez hace unos 25 años en que me dijeron ¿Vas a meter la cabeza debajo del agua, corazón de arroz? (tarea que practicaba religiosamente en la pileta de la cocina o el baño para no fallar en la clase), todavía falta mejorar la técnica y nadar de corrido un buen trecho. Estaríamos en "mojarrita de vanguardia" o "muy avanzada", si se me permite la autoevaluación acorde a la pedagogía más democrática.

Seguiremos luchando voluntariosamente tanto en las aguas movidas del atlántico como en las más tranquilas y transparentes de los ríos y lagos patagónicos, a ver si pasamos de cinturón. 

De todas formas, si bien no es una categoría apropiada para un peso semi-pesado, "mojarrita muy avanzada" no es mucho más indigno que "licenciado en CBC" me parece. Al revés ... ¿no será parte de  una misma línea de conducta?

miércoles, 25 de enero de 2012

Reunited

Antes de partir un rato más hacia las tolderías, les dejo un poco de música (aprovechemos antes de que lo prohiba el FBI). Nos veremos la semana que viene...


lunes, 23 de enero de 2012

Intromisión del águila imperial


Esto me acaba de aparecer en lugar de una película que trataba de descargar (si voy a hacerme socio en el video de la vuelta a esta hora me van a correr con una 9 mm). Menos de "Ludibrio y Eutrapelia" (¿se acuerdan?) los acusaron de todo a los de Megaupload. Me había olvidado de esto. (¡¡¡Las vacaciones!!!)

Dicho sea de paso, esas águilas en los escudos, tan marciales y guerreras (me atrevería a decir "varoniles" en su concepción tradicionalísima) me recuerdan que en Los Atormentados, del gran escritor irlandés-yanqui John Connolly, los violines dedicados al abuso de niños andan disfrazados con caretas de pájaros muy parecidas a las de la heráldica del imperialismo yanqui. 

Me parece que voy a correr el riesgo y me voy al video, porque a diferencia de Merrick, villano (se dedica a matar gente) y héroe (se carga a un par de soretes que se lo merecen y lo hace de onda) de la novela de Connolly, no tengo a mano a los pájaros involucrados...

Apegos

Anduve varios días lejos de la civilización y cerca de Poseidón. Si todo sale bien, este será un paso fugaz por la máquina para volver a partir hacia las tolderíasLeo con atención los debates sobre el peronismo y sus circunstancias, en compañía de pava y hornalla, siempre laboriosas. Las vacaciones no solamente son necesarias desde el punto de vista de la salud individual, sino también una prefiguración parcial del mundo que queremos los socialistas. Laburar todos y laburar menos. Tener más tiempo para descansar y para leer, disfrutar del contacto con la naturaleza, estar tranqui con las personas amadas, compartir también algunos ratos con personas desconocidas en un ambiente de cordialidad y de "gauchocracia comunitaria".

Copio para los amigos unas líneas que llevan por título el de este post. Las escribí pensando en un texto de Baudelaire que se llama "Las Muchedumbres" y forma parte de sus Pequeños poemas en prosa. Me gustaba mucho cuando estaba terminando la secundaria y pensaba entrar a la marina mercante, decisión que aborté cuando me percaté de que para surcar los mares en busca de aventuras primero iba a tener que pasar otros cinco años rodeado de muchachos (el colegio de varones había sido suficiente ilustración para mi gusto) y opté por anotarme en la carrera de Letras, más generosa en población femenina que el oficio de ultramar. Ahora, con otros sentidos de pertenencia, sin dejar de gustarme, lo leo con distintos ojos que aquellos de hace década y media y relativizo su reivindicación de la soledad. Fin del prólogo... 

Ir de vacaciones solo es parecido a esos retiros espirituales para "encontrarse a sí mismo". Y si lo que encuentro no me gusta ¿che facciamo? ¿Lo arreglamo' mano a mano? ¿Qué hacer con el silencio de los monjes reivindicado por Baudelaire después de los primeros 45 minutos a partir de los cuales se transforma en bullicio ajeno? El espíritu es vacío, pero mi cuerpo de 80 kilos tiene ciertas dificultades para evaporarse. Después de perderme en el agua y la sal, leer de un tirón todas las novelas de Chandler, atajar una vieja copa con el pie y cenar rodeado de extraños que olvidaron los precintos para maniatar a sus hijos, pienso en lo que mucho que me gustan las caras conocidas y en que eso de poblar la soledad y estar solo en la multitud es puro chamuyo, aunque lo haya escrito un poeta francés con mucha labia.

Después llegaron la Turca y Natacha y no me quejé más. 
  

miércoles, 11 de enero de 2012

En medio de los cien mil objetos

Leo en Los Lemmings y otros (Santiago Arcos Editor, 2010) de Fabián Casas (que oportunamente me regalara la Bruja Buena) un relato que se llama "M.D. divaga sobre un trastorno" y transcribo un poquito para los amigos: 

Una vez el japonés Uzu me contó una historia increíble... Me acuerdo como si fuera hoy ... Estábamos en el zaguán de la casa de Andrés, era de noche... Esteee... Cuenta la historia de un samurai muy grosso, que se llamaba Bokuden... Yo me lo imagino a este Bokuden como esos japoneses de las películas de guerra que pasaban en Sábados de Super Acción .. ¿Se acuerda, doc?... Bueno, Bokuden, decía Uzu, iba en una barca muy chica, cruzando un inmenso lago, con varias personas... Vendedores... Y entre ellos otro samurai... Con la mente en blanco ... Sentado con los brazos cruzados.... Este samurai era un fanfa tremendo, decía Uzu... Y ¿vio que los fanfas no se bancan que uno no les dé bola? Entonces éste se paró y le dijo a Bokuden: puedo ver por tu espada que sois un samurai ¡y te reto a una pelea de espadas!... Bokuden ni pispeó... El samurai fanfa se puso en llamas: os mataré maldito cobarde si no me contestáis, le dijo... El Japonés lo contaba así, como los gallegos... Entonces Bokuden le dijo que él practicaba el arte de la no espada... ¿la caza doc? El arte-de-la-no-espada dijo Uzu que dijo Bokuden... El otro se retobó más ¡no sé qué es eso pero te reto a duelo igual! Entonces Bokuden se paró y le dijo que iba a pelear con él, pero que no iba a usar su espada ya que practicaba el arte de la no espada. Y también le dijo que era mejor que esperaran a llegar a tierra para pelear. El samurai fanfa se salía de la vaina porque se daba cuenta de que Bokuden lo estaba chamuyando... La gente que estaba en la barca estaba mosca... Finalmente Bokuden le pidió al que remaba que se acercara a la tierra para que pudieran pelear... Cuando el bote estaba a un toque de la arena el samurai fanfa saltó de la barca al mismo tiempo que desenvainaba y le gritó a Bokuden: forro, ¡tus días están contados! Bokuden ni se inmutó, aún arriba de la barca desenvainó su espada y se la dio al barquero y le pidió a éste el remo. Lo clavó en la arena y empujó hacia atrás... Dándole dirección al bote de una manera violentísima... De nuevo hacia el corazón del lago... el samurai fanfa se quedó de piedra viendo como Bokuden y la barca se alejaban... Mientras el fanfa se hacía cada vez más chico en la arena, y cuando ya su silueta casi cabía en un chocolatín Jack, Bokuden le gritó: ¡ése es el arte de la no espada!

.... A veces, cuando me imagino que estoy solo... (...) ... cuando me doy cuenta de que el universo es un lugar de mierda y se me inclina la cancha porque me melaron a full... pienso en Bokuden... en la forma en que Uzu lo contaba... estábamos en el zaguán... era de noche y afuera garuaba...  ¿Quién es el que se mantiene completamente solo, sin compañía, en medio de los cien mil objetos? Gritaba Uzu para arengarnos. ¡Nosooootros! contestábamos a coro aunque no entendíamos de qué poronga hablaba... ¡Nosooootros! Se me pone la piel de arpillera, ¡toque, doc, toque!

(Yo también tuve un amigo japonés y dos coreanos, pero el primero era muy callado y los otros dos unos verseros bárbaros. Se guardaron toda la sabiduría budista, parece...)

martes, 10 de enero de 2012

Kadish

Ayer leí de un tirón Kadish, el último libro de Andrés Rivera. Antes de arrancar, el autor aclara que Kadish es una oración "que pronuncian los judíos -los judíos creyentes, por supuesto- en homenaje a personas que amaron con una intensidad excepcional."

Me gustó, como siempre me gusta lo que escribe Rivera, aunque no coincido con su visión de Trotsky. Sin embargo, lo que quería resaltar no es el contenido textual del libro, que en parte retoma temas de Estaqueados y otros textos anteriores protagonizados por Arturo Reedson y Natalia Duval, sino un "espíritu" que transmite. 

Me puse a pensar principalmente en lo que significa la vejez para un militante revolucionario (o para un escritor de ultraizquierda que fue militante obrero en una época hostil como es Rivera). 

Si bien no es asunto mío, el viejo no debe vivir mal. Pero no se trata de eso. Se trata de eso que Hegel llamaba Er-Innerung (no estoy seguro si está bien escrito pero no tengo a mano la Fenomenología para revisar), esa forma de recordar interiorizando la experiencia, que para Hegel se resolvía en el Espíritu Absoluto, que se conoce a sí mismo más allá de una objetividad superada, pero para los sujetos de carne y hueso requiere una transmisión de la experiencia en los demás. 

Mi viejo, que no fue marxista ni revolucionario, transitó una vejez de creciente decadencia. Pero se acordaba perfectamente de imágenes enteras del pasado. Nuestra vejez, si llegamos ¿será algo parecido? ¿Una suma de los combates que dimos, bien o mal, pero con todo lo que teníamos? ¿Una oración, religiosa o laica, hacia las personas que amamos todo lo que pudimos?

Me parece que será un poco de las dos cosas, si llegamos. Sin ninguna duda, no será una etapa de arrepentimientos...

Y cuando toque, aunque soy trosko y por ende ateo, me pondré en posición de zazen para pensar en todos los que dejaron sus marcas en esta vida minúscula, pero vivida con la mayor energía...

lunes, 9 de enero de 2012

Al diablo con los ricos

Ayer arranqué las vacaciones. Disfruté de la buena (aunque inquietante) compañía del detective Marlowe y una vez más constaté leyendo El Sueño Eterno que Raymond Chandler era un gran escritor. Retrató con ironía y desprecio las sordideces de las "clases altas" norteamericanas en plena época de prepotencia yanqui. 

Al diablo con los ricos, piensa Marlowe, mientras se mete en un lío tras otro, trabajando para esa gente extravagante y sin escrúpulos. Mi desconocimiento casi total del tema me impide afirmar de manera categórica que haya un cierto trasfondo puritano anglosajón en la impugnación por Chandler del reviente de la burguesía decadentista. Algo de eso hay, de todos modos (quizás haya bibliotecas enteras sobre el tema, pero me gusta más la literatura que el análisis de la literatura). 

Pero lo más interesante (y a su vez obvio) es que si corremos la vista de las páginas de "Todo Marlowe" a la realidad actual, seguimos en plena época de la novela negra: la violencia gangsteril como continuación del lucro capitalista por otros medios es la mejor prueba de ello. Y esta violencia cruel al servicio de la acumulación de capital por medios ilícitos ha tomado formas cada vez más aberrantes, bien retratadas por John Connolly y Stieg Larsson en novelas como Los atormentados y Millenium.

viernes, 6 de enero de 2012

Dos, tres, muchas, miles de Lisbeth Salander



Estoy por terminar el primer libro de la trilogía de Millenium, del afamado escritor Stieg Larsson. 


Con mi clásica ansiedad sagitariana (aclaro que no creo en el horóscopo, pero no le encuentro otra explicación), quisiera adelantar la principal conclusión que se me ocurre de la lectura de este libro (bien escrito, atrapante y con data interesante, aunque con ciertos ribetes democratudos, sobre todo del personaje Mikael Blomkvist): 


Como parte de la minoritaria oposición a la conducción oficial del gremio masculino (que nos ha hundido en el barro y nos tiene jugando en la D), me parece que tendría que haber unas cientos de miles de Lisbeth Salander. 

Y el mundo sería un lugar más igualitario (aunque más peligroso para algunos)...

domingo, 1 de enero de 2012

Los imponderables, la incertidumbre y la coyuntura estratégica

La represión y la crisis política en Santa Cruz primero y la muerte de Soria después son indicios más que elocuentes de que el 2012 va a ser un año movido. La primera marcó un retroceso para la política del gobierno nacional hacia los trabajadores estatales y mostró una crisis que combina la política derechista en curso, su contradicción con el discurso "progre" de la juventud del cristinismo y la resistencia de los trabajadores. 

La segunda deja un gobierno provincial muy debilitado, con un gobernador del Frente Grande (Weretilnek) escoltado por el aparato del PJ y un plan antiobrero recién aprobado en la legislatura que habrá que ver si pueden aplicar (cuentan siempre a su favor con los pechos más fríos del mundo que ostenta la burocracia sindical local). Sapag, por su parte, tendrá que pensar mejor si trata de hacer lo mismo que Soria, según como le vaya al gobierno rionegrino que queda, teniendo en cuenta que el nivel de beligerancia de los trabajadores neuquinos es mucho mayor que el de sus hermanos de clase del otro lado del puente.

La muerte de Soria fue uno de esos imponderables que surgen desde fuera de la política y se transforman en hechos políticos. 

La crisis que se abre en Río Negro, en lo inmediato puede no tener implicancias nacionales muy significativas, pero con la única condición de que el escenario de Santa Cruz no se repita en otras provincias durante el 2012 (cosa que parece difícil en función de los magros salarios de estatales y docentes, aunque por ejemplo en Neuquén la burocracia kirchnerista de ATEN provincial ya pactó el aumento del 17% en dos cuotas contra su propia base y a tono con la política oficial). 

Sea por imponderables que surgen o por el duro acero de las relaciones de fuerzas, la política tiene un alto componente de incertidumbre, sobre todo cuando se trata de pasar ataques a las conquistas de los trabajadores, que por esas mañas que tenemos los  asalariados, solemos ser renuentes a que nos dejen "en bolas". Y los imponderables, tanto como la incertidumbre resuelta en retrocesos pueden generar más crisis política. 

En ese marco de posibles y más grandes crisis políticas por arriba, reside una importante oportunidad para el desarrollo del sindicalismo de base y clasista, que tenga como expresión en la vida política nacional a una izquierda enraizada en la clase trabajadora. Será esta una importante tarea para el FIT.

El peronismo ha construido, trabajosamente y utilizando el aparato estatal, un amplio entramado para reducir la incertidumbre a los mínimos aceptables según los vaivenes de la situación internacional y la marcha de la economía, compuesto de los aparatos sindicales, territoriales y policiales. En épocas de vacas gordas, la tarea les resulta más sencilla y el poder parece reducirse a una buena planilla de Excell, como se dice en la blogósfera mazorquera, en referencia a la contabilización de guita y votos.

Cristina Kirchner viene dando señales de querer tomar distancia de ese entramado que la sostiene con mutuos recelos, empezando por Moyano en particular pero con el objetivo de limar el poder de negociación de los sindicatos e imponer un ataque en regla a las condiciones de vida de la clase trabajadora como objetivo de fondo.

Sin embargo, los primeros datos que surgen en este comienzo de año, parecen indicar que el gobierno equivocó la lectura de la coyuntura estratégica, es decir leyó la coyuntura de gran fortaleza que implica el 54% de los votos como una resolución del problema estratégico de cuál es su base de sustentación en el largo plazo. De esta forma emprende ataques contra los trabajadores al mismo tiempo que contra el aparato que le ha servido hasta acá para contenerlos. Y si bien el aparato peronista necesita a Cristina Kirchner y se ha colgado de su popularidad, tan cierto como eso es que la presidente no tiene con qué reemplazarlo, salvo que quiera elevar la incertidumbre de la política a niveles aún mayores. 

Y, como dice el detective Marlowe, gran artesano de la incertidumbre, héroe y antihéroe de la novela negra, no hay peor trampa que la que uno se tiende a sí mismo