Un amigo me dijo hace varios días respecto del itinerario de debates seguido en este Blog:
"Venías dándole a lo estratégico, luego arrancaste con las lecciones de Aricó, y después amagaste con Kosik o algo así, después retomaste lo estratégico (debate con Petruccelli, Aiziczon e izquierda independiente) y ahora volvés a Filo. Es decir, vos venías dando una discusión por un lado y después te dispersás".
"Venías dándole a lo estratégico, luego arrancaste con las lecciones de Aricó, y después amagaste con Kosik o algo así, después retomaste lo estratégico (debate con Petruccelli, Aiziczon e izquierda independiente) y ahora volvés a Filo. Es decir, vos venías dando una discusión por un lado y después te dispersás".
¿Y qué le puedo decir? Tiene razón...
Pero las búsquedas teóricas no siempre siguen líneas rectas. Cuando uno intuye una conexión que existe pero no la tiene del todo clara, hay que seguir hurgando. Y de lo que estoy convencido es de que la reflexión sobre los problemas estratégicos del marxismo requiere como complemento otra sobre sus problemas filosóficos, aunque no sepa aún fundamentarlo suficientemente, para lo cual debería servir este post.
Como se dice acá, el cambio del siglo XIX a la época del imperialismo, guerra mundial y revolución rusa mediante, implica también un cambio en el marxismo, en que se empieza a hablar nuevamente de estrategia, mientras en el período de la Segunda Internacional se hablaba principalmente de táctica. Trotsky realiza una crítica durísima de los "viejos bolcheviques" que no llevaron hasta el final esta conclusión y dieron lugar a las primeras derrotas de la Internacional Comunista debidas no a la debilidad de los partidos comunistas (como las de 1918-21 en Europa Occidental), sino a los errores garrafales de la dirección, como en los procesos de Alemania de 1923, el Comité Anglo Ruso en Gran Bretaña (1926) y la Revolución China (1925-28), todo lo cual empeoró con la creciente burocratización que llevó al stalinismo.
Sin embargo, esta distinción del carácter predominantemente estratégico del marxismo en el siglo XX, no llevaba a Trotsky a postular una ruptura entre el marxismo de Marx y Engels y el de la III Internacional. Por eso polemizaba con las interpretaciones que separaban artificialmente el "leninismo" del marxismo.
Habiendo colaborado activamente en los desastres antes mencionados, Stalin, Bujarin y Zinoviev coincidieron en la siguiente formulación, citada por Trotsky acá (pág. 162 ): “el leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria. Más exactamente, el leninismo es la teoría y la táctica de la revolución proletaria en general y la teoría y la táctica de la dictadura del proletariado en particular”.
Trotsky denunciaba este enfoque como funcional a un punto de vista que oscurecía la continuidad entre el pensamiento de Lenin y el de Marx-Engels, para postular un marxismo de la época imperialista partidario del "socialismo en un solo país". El fundador de la IV Internacional sostenía que desde el punto de vista teórico, ni el método dialéctico, ni la concepción materialista de la historia ni la crítica de la economía política habían perdido vigencia con el surgimiento del "leninismo", por lo cual no tenía sentido la separación dogmática entre el marxismo de la época pre imperialista y el de la época imperialista.
Habiendo colaborado activamente en los desastres antes mencionados, Stalin, Bujarin y Zinoviev coincidieron en la siguiente formulación, citada por Trotsky acá (pág. 162 ): “el leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria. Más exactamente, el leninismo es la teoría y la táctica de la revolución proletaria en general y la teoría y la táctica de la dictadura del proletariado en particular”.
Trotsky denunciaba este enfoque como funcional a un punto de vista que oscurecía la continuidad entre el pensamiento de Lenin y el de Marx-Engels, para postular un marxismo de la época imperialista partidario del "socialismo en un solo país". El fundador de la IV Internacional sostenía que desde el punto de vista teórico, ni el método dialéctico, ni la concepción materialista de la historia ni la crítica de la economía política habían perdido vigencia con el surgimiento del "leninismo", por lo cual no tenía sentido la separación dogmática entre el marxismo de la época pre imperialista y el de la época imperialista.
Aunque tiene razón Trotsky acerca de que este cambio no modificaba los fundamentos más profundos del marxismo desde el punto de vista teórico, sí es cierto que implicaba una ruptura con los lineamientos principales bajo los cuales se interpretó el marxismo en la Segunda Internacional y por esa vía abrió debates sobre de qué modo recuperar los contenidos genuinos del marxismo como teoría revolucionaria.
Porque en cierto sentido (y no siempre de la misma forma) el "marxismo de la Segunda Internacional" fue un componente "por izquierda" del proceso de modernización bajo la expansión capitalista de la segunda mitad del siglo XIX, lo cual hizo que sectores no muy agraciados en el terreno de las ideas emparentaran directamente a Marx con Spencer y otros más sólidos ideológicamente mantuvieran la ortodoxia, aunque de hecho ambos sectores compartieran una "ideología del progreso" más o menos parecida.
Por eso, durante los años '20 los comunistas debatieron los problemas de la URSS y la revolución en Occidente, pero también sobre el destino histórico del marxismo y su relación con la filosofía.
3 comentarios:
Ud. dice "Cuando se plantea la lucha por hacerse con el poder y construir un nuevo tipo de Estado, esta circunstancia resalta la necesidad de retomar la compresión del marxismo como teoría de la revolución y junto con ello deja pendiente una recuperación del "lado activo" del marxismo de forma tal que contra todo cientificismo, el conocimiento científico fuese un medio para mejor luchar por la emancipación del proletariado y no un aporte de éste a la modernización". Bien, de acuerdo con el "lado activo", pero el conocimiento científico hizo la suya: siguió la senda de la técnica (ergo: del capital) y el pensamiento político se alejó de toda relación con aquel ideal de "ciencia" como modo de dar cuenta de lo social (eso aparece clarito en las 2 primeras lecciones de Aricó). Por eso talló Heidegger (que leyó a Marx), y por eso digo: ¿qué parte de la ciencia actual es tomada en el pensamiento político de izquierdas?...piense ud en qué se dice hoy sobre teoría del conocimiento, por ej...nada (y recuerde cómo y con quienes Lenin discutía en sus Cuadernos Filosóficos). Por eso su recorrido filosófico, insisto, debe llegar de algún modo a la actualidad. La inmanencia y todo eso...aunque mucho no nos guste. Y así, quizá, ud pueda afinar más el debate estratégico. Saludos, el amigo.
Buenas, sobre la inmanencia y el marxismo, lo remito a mi artículo "La ortodoxia que no fue" publicado en la última Estrategia Internacional, que tiene un apartado sobre el tema específico.
A mí me gusta "la inmanencia y todo eso". La dificultad que tengo es que por ejemplo leo el libro de Macherey y pienso "¿A qué Spinoza leyó este tipo?" Ta todo mediatizado por Althusser y Deleueze...
Pero quién sabe, en una de esas llego a los '60/'70 (del siglo XVII)....
¿y qué no está mediatizado?
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