domingo, 8 de mayo de 2011

Gracias, viejo

Era una mañana soleada de algún día de los primeros años de la década del '30. En el campo inmenso de una escuela rural entrerriana, dos chicos de corta edad se comunicaban mediante concienzudos golpes de puño. 

El que salió victorioso, comparecía minutos después frente a la Maestra. "¡Gallito de lata!" le dijo. Unos años después, con diez años de edad y junto a su hermano Sebastián, el gallito de lata se fue con el cura que pasaba cada tanto, para el seminario que tenían los claretianos en la provincia de Córdoba. El gallito de lata adoraba a su hermano Sebastián, pero los curas lo encontraron poco inclinado al estudio y lo mandaron de vuelta a casa. Así que el gallito de lata se tuvo que fumar solito toda la escuela primaria en latín, duchándose con los calzoncillos puestos y rezando para que ganaran los franquistas en la guerra civil española. 

Sebastián se murió en Entre Ríos por un rayo que cayó sobre el almacén en cuya puerta estaba apoyado y el gallito de lata, cuyo nombre era Miguel fue, finalmente, un cuadro de la Iglesia Católica. Estudió en la Universidad Gregoriana de Roma, vivió en Jerusalem y escribió una tesis sobre el concepto de Gracia en San Pablo, con curiosos tintes materialistas. Según el gallito de lata que fue finalmente un cuadro de la Iglesia Católica, la gracia era la guita que juntaba San Pablo entre los cristianos del mundo griego para ayudar a las primeras comunidades que en "tierra santa" se habían quedado sin un mango. 

Y el gallito de lata que fue finalmente un cuadro de la Iglesia Católica y escribió una tesis materialista sobre el concepto de Gracia en San Pablo, como si hubiera querido tener más historias que El Gran Pez, dejó la Iglesia, se casó dos veces y fue mi viejo. Y mi viejo se murió el miércoles pasado en Buenos Aires, mientras yo esperaba el avión en el aeropuerto de la ciudad de Neuquén. Tenía 85 años. Lo enterramos el jueves con mi familia y con la ayuda inapreciable de mis amigos que ayudaron a llevar el cajón para no sobrecargar a las mujeres de la familia.

El gallito de lata, que finalmente fue un cuadro de la Iglesia Católica, escribió una tesis sobre el concepto de Gracia en San Pablo, dejó la Iglesia, se casó dos veces y fue mi viejo, me enseñó el sentido del deber, el espíritu de sacrificio y la disciplina. Año tras año lo escuchaba levantarse a las cinco de la mañana para armarse la vianda e irse a laburar. Me transmitió el rechazo a las injusticias y a ser amable sin callarme la boca cuando no corresponde. Me enseñó a mantener la presencia de ánimo en las peores situaciones, porque según decía había que ser corajudo como los entrerrianos en las guerras civiles del siglo XIX. Estos días he estado intentado poner en práctica sus enseñanzas, como lo hice casi toda mi vida. Espero no haberlo hecho tan mal. 

Gracias por todo, viejo ¡Te vamos a extañar!


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Juan: es hermoso. Me parece que escribis fantastico, lo sabes, pero esto es lo mas lindo que lei de vos, porque se nota que sale del corazon. Es la manera mas linda de agradecer y despedirse. Un beso enorme. Agustina

Anita_Nqn dijo...

QUE FORMA TAN PRODUCTIVA DE ELABORAR LA MUERTE ,JUAN! ME GUSTÓ MUCHO LO QUE ESCRIBISTE, COMO OTRAS TANTAS VECES. TE VAMOS A ESTAR ESPERANDO! ABRAZOS FUERTES! ANITA!

Demian Paredes dijo...

Un abrazo, Juan. Buen recuerdo.

Demian

Anónimo dijo...

Querido Amigo: al leer el relato de la vida de tu viejo me conmovió profundamente reconocer y recordar una expresión que le pertenecía. Tres palabras que sintetizaban su veneración por una vida humilde, honrada y estoica. La abrazaste y lograste -hace ya tiempo- hacerla propia: "presencia de ánimo".
Creo que es lo mejor que puedo repetir en este difícil momento: ¡Presencia de ánimo!
Un gran abrazo a vos, tu mamá y tus hermanas. Te quiere, tu amigo por siempre. Tito

JDM dijo...

Muchas gracias a todos

Danilo dijo...

Fiera, son letras que salen desde el mas grato recuerdo que has elaborado de tu viejo. Una gran alegria leerte en estas lineas tan profundas y sencillas sobre algo tan dificil como la vida. Saludos y te esperamos por acá.

julia dijo...

me emociono mucho juan como contaste la historia de tu viejo, al punto que se me cayeron unos lagrimones...buena forma de sublimar
abrazo grande