Plácido Miguel
Después de la jubilación
papá se dedicó a tomar
la sombra del eucalipto
la dendrolatría dice él
la adoración del árbol.
Cuando era nena fumaba las
hojas enroscadas o las metía
en agua para vahos medicinales.
El verano pasado, ya con el andador
lo acompañé las tardes
antes de irme al laburo.
Ahora miramos en la cama
el libro de los árboles
gigantes y miniaturas
solitarios abrazados y en hileras.
Hombres vestidos de rojo
se paran al lado para que dimensionemos
los troncos tan increíeblemente inmensos
o pequeños.
Papá me pide que le cuente
las historias que acompañan las fotos.
En el planeta
hay muchos muchos baobabs
como en El Principito.
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