Terminó la semana, entre la batalla de los balances, la novela negra y el estado de autos. Cuando una persona muerta se transforma en un expediente menos, hay que volver a la "confesión" de Marx. Pasó de largo El Gran Pez. El llanto es para los giles, la verdadera tristeza es como un hachazo en la panza que llevamos puesto de acá para allá.
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