Unas líneas, en tren de difundir este post de Fernando Rosso, que me pareció muy bueno. Porque comparar el fin del menemismo con el fin de kirchnerismo, permite poner las cosas en una perspectiva más histórica, ya que estos diez años de gobiernos kirchneristas se pasaron rápido pero a su vez me parecen una eternidad.
Partiendo de que me pareció muy bueno el "uso" de la lectura del libro de Piva (que lamentablemente no leí) para comparar los respectivos "fines de ciclo", quisiera agregar algunos elementos:
-Si la hegemonía del menemismo fue una "hegemonía débil" ¿cómo caracterizar la "hegemonía kirchernista"? No sé qué nombre ponerle, pero si la del menemismo tuvo un elemento clave en la hiperdesocupación, la del kirchnerismo lo tuvo en el vacío que dejó la crisis del sistema político post 2001 por un lado y la unidad burguesa post devaluación donde todos hacían buenas ganancias por el otro, pero partió de condiciones políticas de extrema debilidad (22% de los votos), logrando después mayor consenso a partir de la generalización del crecimiento económico, mediante gestos "decisionistas" (palabra de moda en 2003, no sé si se acuerdan que hasta el más gil citaba a Carl Schmitt), que le permitieron encarar la recomposición de la autoridad estatal (con las contradicciones que dice FR) para pasar a ser luego la primacía de una "minoría significativa", más significativa que el resto (crisis del campo) y después la carambola de la muerte de NK que dio una nueva mística, etc.
-Una diferencia importante entre los dos fines de ciclo es la situación del peronismo. El único que apoyó a Duhalde en el fin del menemismo fue Moyano. El resto jugó para la Alianza y más en general el peronismo estaba cuestionado, identificado con el menemismo, que tenía el desgaste de dos gobiernos seguidos. En este caso, el peronismo está ubicado ambiguamente como continuidad y alternativa al cristinismo y por eso CFK le hace chicanas a Scioli sobre la joyería Bulgari, pero ambos negocian condiciones, etc. Y Scioli por su parte se ubica como un sector más conservador y dialoguista, pero no rompe. Para resumir, hay más posiblidades de continuidad del partido de gobierno (la fantasía de Macri de que Durán Barba lo va a llevar con buenas chances al 2015 me da risa) y por ende de una relativa estabilidad política, aunque con muchas contradicciones. Pero frente a una crisis más aguda, no es lo mismo el PJ que la UCR.
-La diferencia en el nivel de recomposición del movimiento obrero entre un fin de ciclo y otro es notable. Sin embargo, aunque el 20N mostró una generalización del descontento obrero y a riesgo de tirar un análisis de trazo grueso, me parece que la mayoría de la clase trabajadora considera al gobierno como el "mal menor" comparado con la oposición patronal, que está pintada al óleo.
-Al final Fernando plantea la importancia de la preparación estratégica de la izquierda. Me parece que en este punto, hay que tener en cuenta que el FIT va a tener buenas posibilidades electorales, como se dijo hace un tiempito acá. La posibilidad de la emergencia política de una izquierda con cierto apoyo popular, pero con predominancia de las corrientes trotskistas, plantea muchos interrogantes, sobre todo el principal que tiene que ver con hasta dónde puede empezar a ser un factor actuante en la política nacional si al FIT le va bien en las elecciones de este año, ya que coincidiría con un mayor desarrollo de la experiencia de la clase trabajadora con el kirchnerismo (que en cierto modo es el peronismo realmente existente o se va a incluir en él como se trasluce de lo que se dice acá) y sería un punto de apoyo para el desarrollo del clasismo en el movimento obrero.
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