domingo, 29 de mayo de 2011

Intermezzo (anti) poético


Homenaje

Me dijiste qué lástima que te vas,
cumplís un rol importante acá
porque me ayudas a levantarme.
Fue nuestra última conversa cara a cara
Después le dejamos al teléfono
la transmisión de palabras
entre dos cabezas intraducibles.
El mes siguiente fui a verte 
a tu prisión de tubos y cables.
Aunque no podías hablar
escuchaste con atención la lectura
del primer capítulo del Quijote.
Fue un humilde ejercicio de esgrima
con que el discípulo rindió homenaje al maestro.


 Ronin


Soy pésimo para dibujar. En eso
no me va la paciencia oriental,
pero una vez dibujé
un samurai, con su katana
y su atuendo tradicional.
La psicopedagoga me dijo
que bajara de la palmera.
Después crecí y entendí
que los samurais
eran una casta conservadora.
Y la psicopedagoga
una pelotuda.


Musashi


Me froté las manos y apoyé una en tu frente.
Estabas semiconsciente y te dormiste.
Con mi nula vocación de carcelero
até tus manos a los costados de la cama
con nudos intrascendentes.
Me fui con la vieja a tomar el 7
pensando en tu larga vida
y recordé aquello
de creer en buda y las divinidades
pero no contar con ellos. 


Hagakure

Caer siete veces y levantarme
a la octava. Hacer un último ataque
con la cabeza cortada,
lanzado al combate
como un fantasma vengador.
Convertirme en puro espíritu
por una muerte honorable.
Despertarme
para entrar a laburar a las 7:30


Kamikaze

La novelas de Kawabata
hablan de cómo las costumbres y los jardines
sobreviven a los individuos. 
Ventajas del ceremonial
sobre las metafísicas de la subjetividad.
Por eso los japoneses
dicen los nombres como en la colimba:
Kawabata Yasunari ¡Presente Señor!
Firme al lado de la cocina a gas.



viernes, 27 de mayo de 2011

Texto de ficción ( y no tanto)

Esto lo tenía guardado por ahí. Lo comparto con los amigos entre actividades de la campaña del FIT.



Round O


Terapia

La técnica aprendida en el Liceo era sin duda efectiva. Los oficiales sabían dónde pegar y cómo, había pensado mientras se tomaba una cerveza un rato después de la pelea.

La próxima te mato, 
le dijo a una cara con más sangre que dientes. El tipo había aguantado bastante. Se levantó dos veces por lo menos, pensaba, aunque no retenía los detalles de ese tipo de situaciones.

Igual no había que confundirse. Un tipo que le pega a su mujer es, ante todo, un cobarde y un mal tipo. Su capacidad de recibir un castigo no decía nada sobre su entereza. Además su hermana no tenía por qué cargar con los fracasos de él.

El laberinto “familiar” se había ido enrareciendo con los años. 

El momento más complicado había sido cuando se había enterado de que él, oficial del Ejército Argentino, era en realidad el hijo de dos “subversivos”. Un desgarramiento tenía lugar en su interior. Su naturaleza altruista se rebelaba contra la injusticia que suponía toda la situación. Pero su formación ideológica derechista reaccionaba con repugnancia contra su verdadera identidad. 

Él, que se había esforzado por ser el prototipo de un oficial para contentar a sus apropiadores sin saberlos tales, había consumado en su propia persona la venganza personal de los milicos contra sus verdaderos padres. Todo lo que había aprendido a ser, era en realidad lo contrario de lo que su identidad le marcaba qué era, o que debía ser. Las cosas se habían complicado.

Primero pensó en pegarse un tiro. Pero la idea se disipó rápidamente. No hubiera estado apuntando a la cabeza que merecía la bala. Y mal que mal, él todavía tenía que definir un par de cuestiones gruesas, como para irse sin pena ni gloria. Sin haber enderezado las cosas. Pero apuntar a la cabeza que tenía todos los números también tenía sus problemas. Si mato a estos tipos, voy a tener que ocultar mi identidad para siempre, pensó. 

Finalmente, todo se blanqueó en una noche cualquiera, en la que el coronel retirado que le hacía de padre empuñó una 9 mm contra él y se llevó una muñeca rota y varios moretones. Se fue. Del ejército y de su casa.

Su hermana eligió o hizo como que elegía su identidad tergiversada. Para ella, era mejor hacer de cuenta que no había pasado nada. Su panorama, de todos modos, era bastante peor que el de su hermano. Encerrada en su pequeña jaula de apropiadores y milicos, se había casado con un policía bonaerense.

Le gustaba verlo de uniforme de gala. También le gustaba la prolijidad de su pelo corto. La primera vez que le pegó, no le pareció tan mal después de todo. Mi guerrero quiere sentir que manda, pensaba. Pero esa estupidez no duró mucho. Se había cansado de los malos tratos.

Ella nunca lo había dejado meterse. Justificaba con débiles argumentos a su marido. Pero Martín pensaba que de última, no tenía sentido hacerse el chapulín colorado, si ella se quedaba con el tipo. Sin embargo, esta vez el cana se había pasado de largo.
Se subió a la moto y fue a esperar al cana en la esquina de su casa.

¿A qué venís acá, zurdo de mierda? No parecía una forma amable de recibir al cuñado. Los primeros golpes le ensangrentaron la cara. El cana no podía hacer foco, golpeaba sin precisión, como queriendo descargarse la bronca, pero resignado a la derrota. Lo dejó en el piso, tratando de recuperar el aire y con la cara rota en todo el sentido del término. La próxima te mato, le dijo.


Con los pies

Se hacía de noche. La cerveza acompañaba pero no hacía milagros. Estaba más tranquilo pero sabía que no se iban a arreglar las cosas con una paliza. O capaz que sí.
O capaz que en cualquier momento recibía un tiro en la panza de algún lumpen enviado por su cuñado, ansioso de devolver gentileza por gentileza.

Habiendo roto con su entorno de apropiadores, había aprendido a ver las cosas desde otro punto de vista. Le había costado mucho, pero en última instancia había logrado mantener la disciplina, que para él era algo innegociable con cualquier identidad por asumir. La clase trabajadora es un ejército, porque la burguesía la transforma en un ejército, le había dicho un amigo en una larga noche de conversaciones. Sonaba bien pero no convencía del todo. El capitalismo la concentra, la vuelve homogénea y le da una disciplina. Y si es un ejército dónde están las armas, había contestado. No era fácil pasar de la casta que tiene los fierros al mundo de los que andan mayormente desarmados o armados con escaso poder de fuego.

Cuando vean la necesidad de armarse, los trabajadores conseguirán las armas, le había dicho su amigo. No le pareció una mala respuesta. Tenía razón. Además había fierros disponibles por cualquier lado. Pero le parecía demasiado espontáneo el planteo. Después de todo, el Ejército Rojo había sido un ejército regular de 5 millones de campesinos, cuadros obreros, oficiales bolcheviques y del viejo ejército zarista. Esa constelación se sostenía con una organización y una disciplina ejemplares.

Eso es otra cosa, le contestaba su amigo ¿Cómo otra cosa? No empecemos con la dialéctica. La dialéctica le causaba admiración y desconfianza a la vez. Le parecía a veces un recurso para zafar cuando su amigo no podía explicarse bien.

-Pero Trotsky organizó un ejército ¿sí o no? ¿Vos por qué querés nada más que una milicia?
-Si no podemos hacer una milicia olvidate de hacer un ejército- le dijo el otro.
-Ta bien, vos siempre tenés el último argumento. Ya me rompés las bolas
-Che, aflojale al lenguaje sexista…
-Uhh, listo, cambiemos de tema
-No, gil, te digo en serio ¿Cuándo vas a romper con los milicos?
-¿Por qué no te vas a la puta que te parió? –Martín se largó a reír-
-A mí no me da tanta risa, che…

Al fin y al cabo, lo de él era la acción y no la discusión ideológica. No le atraían para nada las discusiones por el gusto de discutir. Pero necesitaba discutir por discutir. Necesitaba saber. Saber más. Saber cada vez más.

-Che y vos que hablás tanto de la guardia roja y todo eso ¿Estuviste en algún enfrentamiento serio?
-¿Por qué querés saber eso?-dijo el otro, sorprendido
-¿Cómo por qué? Porque de la gente hay que escuchar lo que dice con la boca y mirar lo que hace con los pies…
-¿Con los pies?… nunca me gustó el taekwondo…
-No, boludo, vos sabés lo que te quiero decir, no te hagas el gil… A mí tampoco me gusta el taekwondo, dicho sea de paso…
-Mirá, en primer lugar yo no hablo mucho ni de la guardia roja ni de ninguna otra cosa. Vos me hacés hablar porque te la pasás preguntando. Lo otro, es cuestión de seguridad…
-Ah bueno, listo ¿ahora te hacés el misterioso? ¡Si estás más quemado que yo!
-Cortala un rato, che ¿O me querés interrogar como los milicos?
-Próximo chiste de esos y te arranco la cabeza de una piña ¿Estamos?
-¡Sí, mi teniente!
Martín no se pudo aguantar la risa. Le causaba simpatía el estilo irreverente de su amigo. Ya se había juntado demasiado con gente obediente en el pasado.

Los pibes

Pagaron y se fueron del bar. Se encontraron a las tres en Constitución. A las cinco tenían que estar en la puerta de la fábrica. Se durmieron de a ratos en la hora y media de viaje en colectivo. Cuando llegaron a la puerta, vio a los que se habían concentrado, formados en filas perfectamente organizadas.

Qué disciplina, pensó. Capaz que su amigo tenía razón con eso de que la clase trabajadora era un ejército ¿Pero por qué tardaba tanto en darse cuenta?
La mañana despuntaba lenta y muy fría. Pasaban los mates entre los grupitos. No había peligros a la vista. Pero faltaban cinco minutos para el horario de entrada del primer turno. Los carneros podían venir y como habían dichos los compañeros, había varios que se querían ir a las manos. La distancia perfecta que guardaban las filas de centinelas obreros generaba respeto. Gente venida de los más diversos lugares se había concentrado ahí para acompañar la medida. Sobre el portón mismo de la planta, los trabajadores cantaban y saltaban con sus buzos azules, pero en el mismo salto y el canto, guardaban un orden combativo. El que venga a romper esto va a tener que estar bien organizado, había pensado Martín y miraba a hombres y mujeres formados por igual a la espera de lo que viniese.
Y tenía razón. Los carneros se habían guardado para mejor momento. La lucha desigual de los pibes había pasado una prueba.

Rutina

Trabajar como empleado de seguridad en un hipermercado de Avellaneda no se acercaba mucho a ningún ideal que hubiese perseguido antes o después de conocer su verdadera identidad. En última instancia, prefería eso antes que el infierno del que venía. Además, siempre era mejor ser un laburante que un milico. Los demás trabajadores, sin embargo, lo miraban con desconfianza. No lo conocían, pero desconfiaban de los de seguridad. Así que llevó un tiempo hacerse amigo.

Lo más incómodo era cuando se le ponían a hablar los policías, como si fueran del mismo palo, aunque los canas no ocultaban su desprecio por los que andaban “sin máquina”. Martín, por su parte, después de la “terapia familiar” que tuvo que aplicar en aquella ocasión, no se los bancaba a los canas ni dos minutos.

Se hacían largas las jornadas, de florero en el hiper. Por lo menos no tenía que vestirse como un policía de repuesto, como lo hacen los agentes de las empresas de seguridad. La camisa blanca era digna y discreta. Al principio le dieron una gorrita pero se la fue olvidando sistemáticamente hasta que dejaron de exigirle su uso. Prefería quedar de noche en el depósito, así podía dedicar el turno completo a leer. De hecho, el que le había ofrecido ese trabajo, había pensado en él porque lo había visto con libros varias veces, sin saber sobre su formación militar. Si te gusta leer, te viene bien el laburo. No tenés que hacer nada, le había dicho el tipo. Para trabajar tercerizado y con medio sueldo en negro, sin duda, es necesario ser un intelectual, había pensado.
Y se reía solo mientras enhebraba la sentencia en largas noches de lectura.

Reflexiones 

Le parecía que era mucho más fácil para la gente compartir con los marxistas un reclamo puntual que las ideas más de fondo. Eso no dejaba de tener sus contradicciones. Sentía que la gente usaba a los militantes cuando los necesitaba y que los dejaba de lado cuando había logrado lo que quería. 

Las experiencias por las que pasaba su amigo en el sindicato docente le servían de apoyo para su escepticismo.
La gente de carne y hueso que protagonizaba la lucha de clases no siempre quería motorizar la historia o mejor dicho, no quería conducirla al mismo lugar que los marxistas. 

Entonces, entre el frío desenvolvimiento de los modos de producción y los grandes fuegos de la lucha de clases quedaba un hueco, que era el de la propia subjetividad de sus protagonistas. Ahí su amigo tenía razón sólo en parte.

Para que la clase trabajadora fuera realmente un ejército, tenía que pasar por el aprendizaje del fuego y del acero. La condición de clase no necesariamente era conciencia de clase. Y ese aprendizaje, él lo sabía mejor que nadie, requería de un estado mayor y de oficiales.

Cuando llegó a esa conclusión, se dio cuenta de que la peor parte era para él. Si él tenía claridad de que la realidad del capitalismo era la explotación y la degradación, ¿no estaba obligado a intentar conducir a los demás hacia las mismas conclusiones?

¿Y cómo podía hacerlo sin entrar en esa relación un poco utilitaria que la gente establecía con la militancia para lograr ciertas cosas y nada más? Así era por el momento y no iba a mejorar las cosas manteniéndose al margen.

Esa madrugada, salió del trabajo y se fue para su casa. Se hizo unos mates. Rosamonte amargo cambiaba la perspectiva del cansancio. Se tiró un rato. A las 7.30 llamó a su amigo y le dijo: Quiero entrar al partido.


Bloody Sunday

-Me agarraste medio dormido, le dijo el otro.
-Cómo ¿no era que se juntaban a las 6 antes de entrar a la fábrica?
-No jodas, boludo. Charlemos, contame lo que estabas pensando…
-¿Vos viste Bloody Sunday?
-¿Bloody Sunday? La película sobre la represión en Irlanda…
-Esa ¿la viste?
-Sí, la ví ¿Qué tiene?
-¿Qué le falta a los manifestantes?
-De todo-dijo el otro- Ni siquiera está bien organizada la marcha…
-Y los ingleses, en cambio, tienen tropa, cuadros y oficiales, además de fierros…
-Sí, tienen una organización superior. Tienen un estado mayor que conduce la acción, tienen tropas especiales, tienen todo…
-Bueno, lo que te quiero decir es que ya entendí. Quiero ser del partido.
-No me jodas....

martes, 24 de mayo de 2011

Declaración, opiniones y debates sobre el Frente de Izquierda y los Trabajadores


Transcribo del Blog de Debates del IPS




Las próximas elecciones nacionales se darán en el marco de la nueva ley electoral con la que el kirchnerismo, apoyado en esto por todos los partidos del régimen, busca imponer una proscripción a la izquierda. Quieren evitar que las luchas obreras y populares tengan una expresión en el escenario electoral. En este contexto la conformación del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, que prsenta la fórmula presidencial Altamira (PO) – Castillo (PTS) ha suscitado numerosas adhesiones de intelectuales, docentes y profesionales, que se han pronunciado en una declaración que en apenas dos semanas ya cuenta con cientos de firmas.


Plantear la necesidad de impulsar el voto al frente sirve para denunciar este ataque antidemocrático, derrotar la proscripción y señalar la importancia de la constitución de una alternativa política de independencia de clase, que le de una expresión política electoral unitaria a las fuerzas que protagonizan las luchas de los trabajadores y el pueblo, y especialmente al sindicalismo de base que enfrenta a la burocracia sindical.


Además de la declaración, a la que se suman día a día nuevas firmas, en el campo intelectual se ha iniciado un debate sobre las perspectivas del frente en el escenario político nacional, que contrasta con el derrotero de la intelectualidad kirchnerista.


A continuación, reproducimos la declaración y las opiniones que hemos recibido, A todos los autores les agradecemos su contribución al Blog de Debate del IPS.


















Lectura de medianoche

La Bruja Buena me regaló Los Lemmings y otros cuando estuve en Buenos Aires y enterré a mi viejo. Cuando lo leí me acordé de vos, me dijo. Mi hermana para no ser menos, me regaló la restante obra publicada de Fabián Casas, Boedo (todos los poemas), Veteranos del Pánico y Ocio (yo ya tenía Ensayos Bonsai). Dos datos importantes: gracias a las mujeres sigo en relación con la literatura y gracias a la literatura sigo en relación con el barrio.

Hoy, después de una jornada un poco extensa, me puse a leer en voz alta los poemas compilados en Boedo para hacerle un mimo a la Turca que está enferma.

Transcribo para los amigos uno que me hizo interrumpir la lectura... 


A los pies de la cama de mi viejo

Sentado a los pies de la cama de mi viejo
contemplo su cuerpo desnudo y dormido.
Está bien papá, ya han pasado muchos años
y es bueno que duermas un poco.
A través de la ventana se escucha el ladrido de un
            perro.
Me cruzo de brazos en la penumbra de la habitación
y detengo mis ojos en la figura del campeón del mundo:
De pie señores, un poco de respeto para los hombres
                                                            como mi viejo.
que doblegaron sus vidas en trabajos miserables.
No todos podemos zafar de la agonía de la época
                                                                              y así
en este momento
a los pies de la cama de mi viejo
yo también prefiero morir antes que envejecer.

(Tuca, 1990)

sábado, 21 de mayo de 2011

Sobre el Frente de Izquierda y de los Trabajadores y la vigencia del imaginario revolucionario

La carta de apoyo al Frente de Izquierda y los Trabajadores de Eduardo Grüner plantea la necesidad de un debate sobre las prácticas e ideas de la izquierda, entre ellas sobre la vigencia de los objetivos revolucionarios y las implicancias del concepto de revolución como tal:
"El recordado Nicolás Casullo solía insistir (para lamentarlo, si yo lo entendí bien) en que el imaginario revolucionario había desaparecido, y él se hacía cargo de ese duro hecho. Yo también trato de hacerme cargo. Sólo que también trato de no ceder en ese deseo imaginario (como diría algún amigo lacaniano), aunque lo pensara imposible –todavía no lo pienso, aunque sí pienso que una de las grandes deudas de la izquierda es una discusión a fondo de qué significa hoy el concepto de revolución -, o al menos tan a largo plazo que excederá mi ciclo vital: 'pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad', para reiterar la canónica frase de Gramsci. Tener lo que aparece 'imposible' como medida, en el peor de los casos, puede ser un excelente criterio correctivo para 'lo que hay'; y en el mejor, puede ser una apuesta y un incentivo para reconstruir ese imaginario, con todas las complejidades y 'actualizaciones' que sean necesarias y ensayando corregir los errores del pasado, algo que solamente la participación masiva puede lograr: como ha dicho alguien, cuando malintencionadamente se le atribuye a Maquiavelo la canónica frase sobre la política como 'arte de lo posible', se suele olvidar que el 'arte' es también, y sobre todo, la creación de lo posible, de lo todavía no existente."

Resulta pertinente la discusión, porque hace décadas que el horizonte de la revolución desapareció del mapa, por lo menos de las grandes masas trabajadoras. Los núcleos revolucionarios que resistieron, como el PTS en Argentina y la FT a nivel internacional, intentaron retomar las líneas centrales del pensamiento de Trotsky y el marxismo clásico, frente a un trotskismo que en la segunda posguerra se había adaptado a las condiciones impuestas por el acuerdo entre la URSS y EEUU y después de la caída del Muro de Berlín habían caído en una desorientación estratégica fenomenal, que trajo consigo un escepticismo brutal respecto de las capacidades de lucha revolucionaria del proletariado y toda clase de lecturas que eternizaban las condiciones de la derrota, transformando el período de “restauración burguesa” si no en el fin de la historia por lo menos en el “ya no más” de la lucha de clases. Sobre esto polemizamos incluso con Casullo en la revista Lucha de Clases.

Del '95 para acá han ido mejorando las condiciones, tanto en el debate ideológico, como en el crecimiento de las organizaciones de izquierda en el movimiento obrero o incluso a nivel electoral. Sin embargo, lo que plantea Grüner sobre la necesidad de reconstruir el imaginario revolucionario sigue pendiente, sobre todo porque no es un problema teórico exclusivamente, sino también práctico, de influencia en la clase trabajadora y los sectores populares. Desde este punto de vista la lucha ideológica y teórica, junto con la reflexión y discusión estratégica son centrales para que la lucha política pueda tener una densidad capaz de cuestionar los sentidos comunes impuestos en las últimas décadas.
Ya pasada la primera década del Siglo XXI, podemos trazar un balance de las corrientes que vinieron a hegemonizar el panorama de la izquierda después de la ofensiva neoliberal.

El autonomismo apareció en un momento (acá sobre todo después del 2001 al 2003) como una alternativa de izquierda no dogmática, basada en la participación de base y en la creación de espacios de acción política fuera de la órbita estatal. Muchos de sus componentes terminaron apoyando el fenómeno de gobiernos progresistas latinoamericanos desde los "movimientos sociales".

El autonomismo demostró su impotencia porque su "antiestatalismo" era en realidad una renuncia a enfrentar el poder del estado burgués. Y el reformismo en su versión latinoamericana ha demostrado su impotencia para romper con el imperialismo y desarrollar los movimientos de masas en los que decía apoyarse y que en muchos casos ha llegado hasta reprimir en Argentina, Venezuela, Bolivia y Brasil.

El ascenso y reflujo de estas experiencias ha sido cruzado por la falta evidente de un debate estratégico serio. Tanto los partidarios de la multitud creando una esfera pública no estatal como los estadólatras que abonaron la idea de que el Estado es el sujeto de los cambios progresivos a favor del pueblo, jamás se preguntaron sobre cuál es el carácter del enfrentamiento de fondo que cruza a la sociedad, cuál es el carácter de clase del Estado y cuál es la forma de mejor luchar contra éste último. Por eso, ciertos autonomistas del 2001-2003 son los kirchneristas rabiosos del 2008-2011, como el caso de la agrupación estudiantil neuquina Grafa Negra, que ahora es 6,7,8 Facebook….

En suma, creo que una primera discusión que se puede promover desde el ámbito intelectual relacionado con el Frente de Izquierda es sobre el carácter de clase del Estado y sobre cuál es la estrategia para enfrentarlo (lo cual pone en juego fundamentos del imaginario revolucionario del que habla Grüner).

El kirchnerismo instaló la idea (cierto que no es nueva) de que el Estado es el instrumento de los cambios a favor del pueblo. Sin embargo, esta idea ha chocado con la realidad en aspectos centrales: la continuidad del aparato represivo (aunque se juzgue a algunos genocidas por delitos puntuales) y la persecución y represión a los activistas del sindicalismo de base, como en el caso de Kraft, donde el aparato estatal "nacional y popular" se puso al servicio del multimillonario norteamericano Warren Buffet. La represión a los compañeros de los pueblos originarios, con la participación vergonzosa de La Cámpora es otro ejemplo. Estos ejemplos, junto al discurso gubernamental contra los reclamos gremiales y las causas a los activistas de base, muestran que el kirchnerismo defiende dos relaciones jerárquicas centrales en la constitución de la autoridad del Estado argentino: el despojo a los pueblos originarios y la represión al movimiento obrero con direcciones clasistas. Y sucede que en última instancia, el kirchnerismo fue el fenómeno que desde la crisis del régimen político posterior al 2001, desplegó una iniciativa febril para la recomposición del poder estatal. Como dice Grüner, ponen todas las fichas a la estabilización de un país burgués normal. Y cuando acuden a la represión directa para garantizarlo, están mostrando que el Estado, lejos de ser un órgano neutral, es el instrumento de la clase dominante contra los trabajadores y el pueblo, por más que asuma una retórica democrática la mayoría de las veces.


En cuanto a la discusión estratégica, la experiencia de las "asambleas populares" demostró en su momento los límites de una "democracia de las clases medias" o del "piquete y cacerola", experiencias que tuvieron sus aspectos progresivos, pero carecían de la fuerza social para imponer la mayor parte de sus aspiraciones.


En las peleas entre Moyano y Cristina, más allá de la coyuntura electoral, se ve lo que decía Portantiero sobre que al peronismo le sobran sindicatos y le falta burguesía nacional. Durante los últimos años se ha hecho cada vez más claro el peso que tiene la clase trabajadora como actor social en la política argentina, aunque sea distorsionadamente a través del poder de la burocracia de la CGT.  Ya nadie discute la importancia ni el peso de los asalariados como sector clave de cualquier proyecto político. Y los fenómenos sociales más importantes de los últimos años, que se mantuvieron y conquistaron posiciones de independencia de clase, tienen que ver con los trabajadores asalariados y la práctica del sindicalismo de base: Zanon, Kraft, ferroviarios del Roca, sectores clasistas del Subte, entre otros. 


El Frente puede ser un instrumento para profundizar la discusión política en estos sectores. Y como plantean los compañeros ceramistas que son candidatos del Frente en Neuquén, es una herramienta para plantear la necesidad de la independencia política de la clase trabajadora, no como referentes sindicales que incursionan en política, sino como tribunos de la clase planteando una política “hegemónica”, que levante las reivindicaciones de los sectores oprimidos de la sociedad cuyo interés coincide con el de los trabajadores, como los pobres de las grandes barriadas, los pueblos originarios, los movimientos de mujeres, la juventud, entre otros.


Yendo entonces al tema de la revolución, partimos del fracaso del autonomismo tanto como del reformismo, que intentaron de algún modo ofrecer modelos alternativos al del marxismo clásico. El balance de ambas experiencias permite constatar dos cosas claves: No se puede triunfar sin tomar el poder del estado ni se puede poner el aparato del estado burgués al servicio del pueblo. Queda entonces discutir la estrategia de toma del poder por la clase trabajadora y las condiciones para su vigencia.

En la actualidad la vigencia de una estrategia de toma del poder por la clase trabajadora, incluye la reflexión sobre temas que son propios de la época que transitamos:

-El mundo actual es mucho más urbano que el de las revoluciones del Siglo XX. Esto hace que los asalariados tengan mucho más peso numérico y social. Por ejemplo, por tomar el caso de Argentina tengamos en cuenta los problemas que genera en la maquinaria capitalista  un paro del subte en Buenos Aires o de los ferrocarriles que comunican la CABA con el GBA.  

-Para constituir una alianza social que permita vencer al enemigo, la clase trabajadora cuenta con los pobres de las grandes barriadas populares (muchos de ellos aunque son asalariados no se reconocen como trabajadores en razón de su situación absolutamente precaria), que crecieron exponencialmente durante las últimas décadas. Es un desafío establecer una relación con este sector, que ha quedado por fuera de la mieles del "crecimiento" kirchnerista. La experiencia de Soldati mostró la importancia que tiene este sector para el "partido del  orden". La movilización que realizaron los referentes del sindicalismo de base en su apoyo mostró en un pequeño ejemplo la unidad que hay que construir. Esta es una lucha muy dura contra la burocracia sindical y a veces, en segundo plano, contra la propia base de los trabajadores que tienen algunas conquistas y ven en el hermano pobre, sin techo o inmigrante la foto de lo que no quieren volver a ser.  Desde ya que están también las capas medias urbanas, pero la necesidad de lograr su apoyo es algo que está más conversado.

-Los bajos niveles de violencia en la lucha de clases actual dificultan la comprensión de que la burguesía defiende sus posiciones conquistadas mediante una guerra de clase solapada contra los trabajadores y el pueblo. En este sentido, el trecho a recorrer es largo y requiere de una combinación de formas varias de lucha social, política, sindical e incluso militar. Hay un primer paso inevitable que requiere la comprensión de que la lucha sindical no alcanza y que es necesaria la lucha política. Pero la lucha política plantea el enfrentamiento contra el estado y por ende la cuestión político-militar. Ligar la definición del carácter de clase del Estado junto con la de que transitamos las luchas como escuelas de guerra en la perspectiva de una guerra de clases, lejos de cualquier deriva militarista, debería permitir profundizar la perspectiva estratégica de las luchas políticas que tenemos planteadas.

-Lo anterior plantea necesariamente qué tipo de práctica desarrolla la izquierda trotskista en el movimiento obrero, la juventud, incluso entre la propia intelectualidad. La práctica de las organizaciones revolucionarias, tendientes a constituir a la clase trabajadora como sujeto revolucionario con capacidad de acaudillar a millones de oprimidos/as, debe incorporar desde sus niveles más elementales cuestiones centrales para la constitución de un estado de transición o (como se dice ahora) poscapitalista, empezando por el desarrollo de las instancias de organización de base, la práctica de la libertad de tendencias en las organizaciones de masas que permite elevar los niveles de discusión política, la revocabilidad de los delegados y el funcionamiento a través de mandatos, la rotación de los dirigentes para que vuelvan a trabajar y se prueben nuevos cuadros obreros/as como se hace en el Sindicato Ceramista neuquino, el aliento al debate ideológico y la elaboración teórica, por poner algunos ejemplos claves. Pero de conjunto, la ideología y la práctica política tienen que tener una orientación estratégica, es decir apuntar en lo cotidiano a expresar la estrategia por la que luchamos.

El debate está abierto y es una buena oportunidad para profundizar elementos de reflexión que hace mucho tiempo no se debaten en la mayoría de la intelectualidad y la izquierda partidaria.

miércoles, 18 de mayo de 2011

El MPN quiere deslegitimar las luchas de los estatales (y Mariano Mansilla se despega)

Los diarios de la región difundieron el día de hoy declaraciones de Bertoya, Brillo y Quiroga contra las luchas de Salud y auxiliares de servicio. Argumentan que el reclamo es político y a favor de Farizano, igualando los cálculos electorales de algunos burócratas con las aspiraciones absolutamente legítimas de los trabajadores.

Mansilla salió a responder con esta carta, que no tiene desperdicio, porque le pasa factura a Sapag, entre otras cosas, por la mano que la conducción de la CTA y el UNE le dieron al partido provincial cuando Sobisch estuvo a punto de caer en el 2007. 

Más allá de la tensión existente entre el aparato sindical de ATE y el "ala política" que preferiría que no haya tanto conflicto para que el MPN no pueda "dejar pegado" al UNE con los cortes de ruta, ambos comparten la política de que la lucha no pase de un reclamo corporativo parcial, para después "castigar al MPN con los votos". 

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores es el único que apoya sin condiciones la lucha de los compañeros y compañeras estatales y propone unirlas en un paro provincial hasta derrotar a Sapag y lograr las demandas de vivienda, salud, educación y salarios.

martes, 17 de mayo de 2011

Otra vez sobre los sindicatos y la política argentina

La nota publicada ayer por Carlos Pagni en La Nación  dice que la idea de pelearse en la coyuntura con Moyano para conseguir más votos de la clase media es para Cristina un arma de doble filo. Pagni sugiere que un Moyano en la oposición, volviendo a armar el MTA sería letal por el poder de fuego de los sindicatos que controla en cuanto a su capacidad de paralizar el funcionamiento normal del país (recordemos que el objetivo de un país normal es una niña bonita del discurso oficial).

Mi impresión es que más allá de la coyuntura y teniendo en cuenta lo que venimos denunciando respecto del creciente alineamiento del gobierno con los planteos empresarios, el gobierno necesita cambiar la relación con la burocracia sindical, no en el sentido de dejar de apoyarse en ella, sino en el de que ésta se juegue a una política pro-patronal abierta (nada de participación en las ganancias, aceptación sin más de aumentos miserables aún más que los que algunos gremios han ido aceptando, etc). 

Moyano ha construido un discurso de defensa de las conquistas logradas "gracias al gobierno", junto con su pasado "anti-menemista" con lo cual Gerardo Martínez sería mucho mejor para una tarea de esas características, mientras para Moyano sería por lo menos hoy inaceptable ser un burócrata subordinado en una CGT conducida por Martínez, mucho menos si pudiera ir preso por las causas que le siguen los jueces afines al gobierno. 

Si la interna peronista que hoy toma forma en la crisis de la relación entre el gobierno y la CGT se expresara en rupturas y realineamientos en la burocracia sindical, con el crecimiento de la hostilidad empresaria hacia los reclamos obreros y con el sindicalismo de base golpeando los flancos de la burocracia y las patronales, la situación podría volverse mucho más explosiva en términos de lucha de clases y de crisis política. 

domingo, 15 de mayo de 2011

Los domingos a la tarde se nota que ya no somos chicos

Es una típica tarde de domingo patagónica soledad solari, de esas en que a la hora de la siesta no vuela ni una mosca por miedo a que la caguen a trompadas los durmientes. Tiene esta tarde algo porteño: un cielo gris, con un dejo de humedad que pinta transformarse en garúa de un momento a otro. Mails van y vienen por el Frente de Izquierda. Hago una pausa y pienso en escenas de mi infancia y sus protagonistas: Néstor, que fue el único que vino a mi cumpleaños de 6 con un par de medias y salvó las papas. Después creció, jugó muy mal al fútbol, chocó contra una vidriera con la moto y terminó de asesor de un diputado del PJ. Hace cinco años, me lo crucé por la calle y no me reconoció. El Negro Jorge, que me prestaba el Western Bar y me pedía que lo acompañara hasta Acoyte y Rivadavia a comprar mentolados More. Por el camino me contaba sus conquistas en St. Thomas, que para mí con varios años menos parecían relatos de Marco Polo. El chino, que un día apareció de la nada,  le pateó la cara a Néstor, volvió de la colimba hecho un ropero, diciendo que se iba a meter en un templo Shaolin por Ramos Mejía y a los pocos meses parecía un esqueleto. No lo ví más. Espero que no se haya muerto. Martín Morales, que lo cacheteó al Peruano por decirle "puto". Ale Crespo, que iba a Torino en Boedo y le decía al mozo que buscara cambio porque iba a pagar con plata grande y un día se murió en un accidente en moto. Radamés, Javier y otros con los que íbamos a todos lados y jugábamos con la Comodore 64. Mi amigo Tito, con quien almorcé el otro día en un bodegón del bajo porteño, constatando ambos que ya no somos chicos.

Para todos ellos, esta canción que habla sobre cómo lo que aprendimos en el campo de juego nos sirvió para pelearla afuera de grandes.


Las elecciones en Neuquén, la crisis de la oposición patronal y las perspectivas del Frente de Izquierda y los Trabajadores

El gobernador Jorge Sapag opina que gana caminando. La buena situación económica de la provincia, el descubrimiento del megayacimiento de gas y la buena imagen que tiene en amplios sectores de la población son sus cartas. Mientras la conducción de la CTA busca pegar las luchas estatales a la campaña electoral de Farizano (discurso de Contreras la semana pasada), el gobernador dice que las luchas estatales son un clásico y que no hay ningún problema con ellas, para generar la idea que no lo desgastan. Tan agrandado está, que en vez de usar el triunfo del MPN en Chos Malal para "crear tendencia", dice que es importante pero no influye en la situación provincial. Hasta acá ha logrado evitar que haya polarización con el frente encabezado por Farizano y hacer una campaña basada en mostrar los "logros" de su gestión, al punto que Mauriño se pregunta hoy en el diario Río Negro si hay MPN por 50 años más y añade que en los cuarteles del intendente municipal se discute la necesidad de una campaña más agresiva. Mientras Farizano reclama el cambio de "matriz productiva", el MPN saca de la galera un megayacimiento. Desde el punto de vista electoral, parece un argumento más contundente, no? 
En su momento discutimos contra la idea, muy difundida en la base de los gremios docente y estatal, de que la forma de terminar con la hegemonía emepenista fuera la de hacer un frente de la oposición patronal. Polemizamos con la conducción de la CTA, que el año pasado se dedicó a tirar baldes de agua fría contra las luchas de docentes y estatales, con el argumento de que el 2010 no era un año para luchar. Contrariamente a su "estrategia" de bolsillo de garantizar la paz social en 2010 para hacer luchas de desgaste en 2011 y apuntalar así la performance del frentón radical-peronista-UNE, lo cierto es que esta política solamente sirvió para garantizar la estabilidad que necesitaba Sapag para posicionarse hacia la reelección. Bien se puede argumentar que al UNE le interesa más ganar la intendencia de Neuquén que llevar a Farizano a la gobernación, pero en esencia es la misma política de hacer de "oposición a Su Majestad".  
A esto contrapusimos en su momento la idea de construir una alianza social entre los trabajadores combativos enrolados en los gremios estatales, los trabajadores ceramistas, los jóvenes de grandes barriadas y la base de los trabajadores petroleros: "La única forma de 'terminar' verdaderamente con el régimen del MPN es con la movilización sistemática e independiente de los trabajadores y el pueblo de Neuquén, uniendo lo que el MPN y la oposición patronal dividen: los trabajadores petroleros, industriales, estatales y los jóvenes de las grandes barriadas pauperizadas. Todo lo demás es verso."
Esa idea de unidad de los sectores combativos del movimiento obrero, con los trabajadores con peso en los sectores estratégicos de la provincia y las masas de las grandes barriadas populares, es la que expresan las candidaturas del Frente de Izquierda. Contra las listas de centroizquierda que hablan incluso limitadamente de aumentar las regalías, pero tienen solamente candidatos personalistas sin respaldo de fuerza social alguna, la unidad de candidatos de la vanguardia docente como Patricia Jure, Graciela Frañol y Angélica Lagunas y ceramistas como Alejandro López y Raúl Godoy genera el apoyo de un amplio sector de la vanguardia y los sectores progresistas de Neuquén, mientras que las candidaturas ceramistas ganan apoyo en los barrios, incluso en aquellos que controla el MPN, por el respeto a la trayectoria de los dirigentes ceramistas, que encabezaron una lucha emblemática para todo el pueblo de Neuquén, que puso la fábrica al servicio de la comunidad, junto a los jóvenes, los desocupados, los compañeros del pueblo mapuche y todos los que sufren este sistema. 
Está planteado que esa simpatía que une a los sectores combativos y politizados y a un segmento importante de los barrios contra el gobierno y la oposición patronal tenga su expresión en una voz propia de los trabajadores en la Legislatura. ¡Vamos con esa! 

jueves, 12 de mayo de 2011

Cristina contra Moyano o las vicisitudes del "modelo sindical argentino"



Dijo Cristina y La Nación lo difunde con cierto entusiasmo "Cuando a una organización sindical le importa lo que le pasa solamente a sus afiliados toma actitudes que termina perjudicando a la sociedad. Entonces deja de ser un sindicato para transformarse en una corporación". Hoy escuché en la radio que Tomada llama a desdramatizar las paritarias. Los gorilas del Diario Río Negro publican hoy una nota que dice Obreros de la poda piden nada menos que el 38% de aumento, tirándose en contra de trabajadores que ganan 90 mangos por día y laburan palo y palo. 

Hay un clima en el cual un amplio frente patronal que va desde el gobierno hasta las cámaras empresariales quiere aprovechar el desprestigio de la burocracia sindical para deslegitimar los reclamos obreros. Toman como ejemplo a Gerardo Martínez, a quién se menciona como candidato de los K para reemplazar a Moyano, que acepta mansamente un 25% de aumento. Y dado que esta vez no hizo campaña pública contra los inmigrantes, Martínez podría ser considerado un progresista K en lo sucesivo, nunca se sabe. 

La propia Cristina había ubicado a Pedraza como referente del mejor "modelo sindical" argentino. Ahora le soltaron la mano y se multiplican las tensiones con Moyano. Esto no impide que el gobierno aliente las causas penales contra los compañeros de Kraft, Zanon, Siderca, Fate o deje pasar los despidos como en Donnelley. Ni siquiera le da la personería a la CTA, lo cual no impide que Yasky se haga vocero del gobierno en los medios nacionales. 

Es decir, el gobierno quiere de mínima limitar el poder de Moyano, dándole más lugar a sus adversarios en la interna de la burocracia (Martínez) y de máxima correr el eje de poder de la burocracia hacia gremios con menos poder de negociación y  apoyarse en un sector todavía más dócil (lo cual es ya mucho decir), preparándose para lo que se viene y tratando de salvarle las papas a las patronales en las actuales paritarias. 

El kirchnerismo profundiza de esta forma la contradicción que tiene en la base obrera. No tiene una JTP que se pelee con la burocracia, sino una JSP que reivindica a Rucci y a Cristina al mismo tiempo. Recostarse sobre un sector todavía más empresario de la burocracia, no haría más que profundizar esta contradicción. 

En este marco, el sindicalismo de base empieza a tener muchos más oídos en todos los lugares de trabajo. Y el Frente de Izquierda y los Trabajadores tiene la posibilidad de constituirse en una herramienta que hagan suya miles de trabajadores que en todo el país empiezan a ver críticamente el giro a la derecha del gobierno. 


PD: No tomo en cuenta por ahora el coqueteo que hizo la Presidenta con la posibilidad de no ser candidata, porque por ahora no parece factible. Si eso ocurriera, se abriría una crisis política interesante. 

miércoles, 11 de mayo de 2011

Sobre la situación de los trabajadores, los sindicatos y la política que se viene


El planteo de Cristina contra la CGT, que salen a festejar críticamente Morales Solá y otros es parte de la interna del peronismo en un sistema político que desde el punto de vista burgués es claramente "PJ-dependiente" como ya dijimos en un post anterior. Sin embargo, más allá de la discusión política entre las facciones del peronismo en que se sostiene el actual gobierno, donde los gobernadores por un lado y los progres K por el otro aparecen enfrentados con Moyano, lo cierto es que más allá de la coyuntura, hay una discusión abierta entre el gobierno, las patronales y la burocracia, sobre cómo lidiar con los reclamos salariales ahora y hacia el próximo mandato. No en vano, los llamados a la moderación de Cristina, coinciden con los que ya vienen haciendo en este sentido las propias entidades empresarias. 


Este post de Artemio López incluye información de gran utilidad, sobre todo porque es dicha por un partidario del gobierno, por ejemplo "... sobre 7,5 millones de trabajadores formal-privados, el 30% que más gana se distribuye el 64,4% de la masa salarial total, en tanto el 30% que menos gana accede al 9,8% de la masa salarial formal privada total. Esta brecha salarial entre estratos de trabajadores tan significativa es producto de la diversidad del sistema productivo, pero también resulta impulsada por las modalidades dominantes de representación gremial, y debiera ser tenida en cuenta al analizar las causas de la continuidad en el tiempo del patrón de inequidad y, aun más, el sostenimiento de niveles de pobreza superiores al 25% de la población, incluso en situación de virtual pleno empleo."



Prosigue: "(...) En este punto, la sobrerepresentación de los grandes empresarios nacionales y transnacionales resulta la contracara de la modalidad dominante de sobre representación gremial de los trabajadores formales de la cúspide de la pirámide salarial." 


Artemio concluye reclamando al estado que refuerce su rol de mediador para evitar que las patronales lesionen derechos de los trabajadores formales e incluso que no siga agrandándose la distancia entre éstos últimos y los que están en condiciones de informalidad y precariedad. 


Sin embargo, el gobierno viene planteando cada vez más que los sindicatos tienen que reclamar menos y con métodos más "civilizados", como Cristina dijo el día de ayer con su planteo de "bajar la conflictividad", lo cual va más en el sentido de fortalecer el polo empresario que el sindical, de cara al próximo mandato. 


Ni hablar de las causas penales contra el sindicalismo de base y los sectores clasistas y más combativos.



Pero si el polo gubernamental aparece mucho más cerca de los empresarios que de los obreros, la burocracia sindical tampoco está mejor parada. Contra los fanáticos del movimiento obrero organizado, como Abel y Manolo Bargue, la situación descrita por Artemio, muestra a las claras que la CGT no cumple el rol de una central obrera nacional que se planta a realizar una discusión de conjunto con las patronales, sino que por el contrario, limita sus funciones a establecer un cierto techo salarial para las paritarias, que luego se negocian por sector, con el claro perjuicio para los sectores más débiles de las organizaciones sindicales. Garantiza de esta forma la división al interior del movimiento obrero, entre los propios sindicalizados y entre los sindicalizados y los que trabajan bajo formas diversas de trabajo precario y en negro.

En este marco, más allá de que para ganar el voto de la clase media gorila venga bien pelearse con Moyano, lo importante es que el gobierno de Cristina se ubica más cerca del sector empresario contra los reclamos de los trabajadores, con lo cual el gobierno y las patronales se encontrarán cada vez más unidos en defensa de "el patrón de inequidad" que Artemio López llama a revertir, al mismo gobierno que lo sostiene y del cual es un defensor entusiasta.








martes, 10 de mayo de 2011

Otra vez sobre el problema de la "hegemonía kirchnerista"

Estaba releyendo el post de mi amigo Fernando Rosso  porque la primera vez que lo leí me quedé pensando sobre el problema de la "hegemonía" kirchnerista. Fernando plantea que las condiciones para aplicar ciertas categorías de Gramsci a un país como la Argentina son limitadas. El propio Gramsci lo entendía así, porque consideraba a América Latina en una fase de Kulturkampf. Portantiero le buscó la vuelta con la categoría de "capitalismo periférico", diciendo que Argentina es una combinación de Oriente y Occidente, por lo cual en nuestro país se imponen una estrategia de guerra de posiciones y una política policlasista. 

Pero creo que respecto del kirchnerismo, lo más adecuado es lo contrario de lo que se dice en los ambientes K.  El fenómeno político del kirchnerismo es precisamente el producto de una "crisis orgánica" es decir de una crisis de hegemonía que combinó, a fines de 2001, la crisis política y la crisis económica. 

Después de la devaluación, la recomposición económica, permitió pilotear la crisis política, una vez resuleta la crisis económica, pero a partir del 2008 se hizo más claro que el kirchnerismo tenía limitaciones en su capacidad de hegemonizar, lo cual resolvió haciendo más política de centroizquierda primero y con un giro a la derecha después de la muerte de Kirchner. 

Lo que aparece como una "hegemonía" kirchnerista es el resultado de una "crisis de hegemonía" de conjunto, es decir de una crisis del sistema político de partidos, que desde el punto de vista burgués, tiene solamente al PJ (con todas sus tensiones internas) como partido del orden y de la contención al mismo tiempo, frente a una oposición relativamente desagregada y débil y con una clase dominante dividida en torno a líneas corporativas (los sojeros contra las retenciones y los industriales contra los aumentos de salarios) o participando de la expoliación de los recursos como los capitales "nacionales" asociados a las privatizadas. 

Uno de Fabián Casas para despedirme del barrio y la familia por ahora

Va un poema del gran escritor de nuestro Barrio....

A mitad de la noche

Me levanto a mitad de la noche con mucha sed
Mi viejo duerme, mis hermanos duermen
Estoy desnudo en el medio del patio
y tengo la sensación de que las cosas no me reconocen.
Parece que detrás de mí nada hubiese concluido.
Pero estoy otra vez en el lugar donde nací.
El viaje del Salmón
en una época dura.
Pienso esto y abro  la heladera:
un poco de luz desde las cosas
que se mantienen frías. 

lunes, 9 de mayo de 2011

Elecciones y recomposición del régimen político.

Mientras intento honrar mis deberes familiares, quisiera meter algunas líneas de política para compartir con los amigos/as. 

Esta nota de Pagni en La Nación agarra bien las disyuntivas que se plantean hacia las primarias para el gobierno nacional y los radicales.No hace para nada justicia al Frente de Izquierda, pero bue...

Sin embargo quería señalar que me parece que Pagni encara mucho el análisis de la ley electoral y las primarias solamente en función de lo que se viene para Octubre. Y creo que si lo vemos más de largo plazo, hubo dos discusiones que agitó el kirhcnerismo en distintos momentos, no llegando a concretar ninguna: ir a un sistema de partidos con una coalición de centroizquierda y otra de centroderecha (cosa que no ocurrió), luego de lo cual salieron con la política de reconstruir algún tipo de bipartidismo, de lo cual la ley de reforma política era expresión. Esto último tampoco está ocurriendo, porque el partido radical por sí solo es muy débil para ser la oposición al peronismo en el poder y por ende necesita ir a alianzas que le suman por un lado y le restan por el otro como las que menciona Pagni, las cuales le quitan fisonomía como partido de un supuesto nuevo bipartidismo. O sea que en la coyuntura se puede ver una parte de un problema de fondo que es que el sistema político de partidos desde el punto de vista burgués sigue siendo "PJ-dependiente" (con todas las contradicciones entre los gobernadores, los intendentes, los progres K y la burocracia sindical) y está muy lejos de haber logrado un sistema tanto o más sólido que el bipartidismo que estalló por los aires en Diciembre de 2001.

Desde este punto de vista, el Frente de Izquierda y los Trabajadores puede constituirse en un fenómeno político con proyección nacional que pegue en ese flanco débil, como parte de una política de desarrollo del sindicalismo de base en el movimiento obrero y los sectores combativos en el movimiento estudiantil y juvenil. Haremos el mejor esfuerzo en ese sentido....

Poema de mi hermana Daniela para mi viejo

Se puede leer  acá pero aprovecho para copiarlo....  

Plácido Miguel
Después de la jubilación

papá se dedicó a tomar

la sombra del eucalipto

la dendrolatría dice él

la adoración del árbol.

Cuando era nena fumaba las

hojas enroscadas o las metía

en agua para vahos medicinales.

El verano pasado, ya con el andador

lo acompañé  las tardes

antes de irme al laburo.

Ahora miramos en la cama

el libro de los árboles

gigantes y miniaturas

solitarios abrazados y en hileras.

Hombres vestidos de rojo

se paran al lado para que dimensionemos

los troncos tan increíeblemente inmensos

o pequeños.

Papá me pide que le cuente

las historias que acompañan las fotos.

En el planeta

hay muchos muchos baobabs

como en El Principito.