En la primera mitad del año 2011 tuve el dudoso honor de participar de una seguidilla de reuniones electorales de las que salía descerebrado. Después vino la muerte de El Gran Pez, o sea mi viejo. El tedio por un lado y un dolor eterno en la panza, por el otro, me impulsaron a escribir con más regularidad.
Decidí entonces reflotar este blog que había estado medianamente activo durante los años 2008 y 2009, con la colaboración de otros compañeros, como Esteban Vedia y Darío Martini, a quienes de paso agradezco sus aportes, destacados y muy necesarios.
La nueva etapa la arrancaba solo. Pero había un pequeño problema. El blog tenía un nombre un poco estrafalario y sobre todo incomprensible. Le había puesto "Polémica Futura" (y todavía estoy tratando de saber qué carajo quería decir). Pero lo peor no es que el nombre no quisiera decir nada: sonaba mal.
Tenía que cambiarlo. Era obvio. Pero como soy mejor para poner apodos que para poner nombres, anduve dando algunas vueltas. Finalmente me decidí.
Sabía que iba a ser un blog de no muchos pero sí muy atentos lectores y lectoras.
Y se iba a llamar Los Galos de Asterix, como la aldea de irreductibles combatientes que resistía al Imperio Romano, que a su vez era metáfora de otra resistencia.
Esta noche, les voy a contar por qué....
Empecé a militar en el PTS en los últimos años del menemismo, después de pasar por distintas actividades sociales, desde ir con gente de la Iglesia a los barrios de la Matanza hasta juntar firmas para el Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio.
Si había algo en lo que todo el mundo tenía acuerdo en esos años, explícito o implícito, era en el fin de la clase obrera (ya lo del fin de la historia estaba más insostenible, pero...). Todo el mundo te hablaba como si fueras un gil, iluso e infeliz por militar.
Estrictamente hablando, estos prejuicios ya eran bastante infundados en ese momento, por dos motivos. La Huelga General francesa del '95 y los procesos de relocalización de capitales que se habían ido al sudeste asiático, generando nuevos ejércitos de trabajadores. Pero bueno, el clima de derrota que había impuesto el menemismo sobre el movimiento obrero, no ayudaba mucho a revertir este sentido común.
Sin embargo, había un batallón de obreros que había resistido. La única fábrica del Estado que no habían podido privatizar. Que tenía una larga tradición de lucha que se remontaba a la resistencia contra la dictadura. Fue la fábrica con más desaparecidos.
Estoy hablando de los obreros del Astillero Río Santiago. Habían evitado la privatización. Habían conquistado un cuerpo de delegados por sector, que garantizaba una representación democrática de las bases, aunque la Junta Interna la tuviera la burocracia sindical.
Menem no logró privatizarlo, por una resistencia despiadada que ofrecieron los trabajadores. En 1992 pasaron a la fama las movilizaciones a la Bolsa de Comercio y a la Sociedad Rural, como parte de la lucha contra los "retiros voluntarios", así como la resistencia contra la ocupación del Astillero por parte del grupo de élite de la Prefectura Albatros que duró 45 días, hasta que los trabajadores, que habían puesto carpas en la entrada del astillero, lograron su retiro.
En en el '93 Menem lo pasó a la órbita de la provincia de Buenos Aires, gobernada entonces por Duhalde, que quería que el ARS fabricara casas premoldeadas. Empezó una nueva lucha que pegó un salto en el '95 cuando fueron despedidos 13 delegados, entre ellos los más combativos. Después vino la lucha en defensa de los contratados, más difícil y más dura, pero que sentó un jalón en la tradición del movimiento obrero de aquellos años, aunque fuera derrotada, en 1996.
Durante 2001 y 2002 promovieron una Coordinadora Regional para unir los distintos movimientos de lucha, incluidos los desocupados.
Estoy comentando superficialmente algunos de los hitos de la lucha del ARS, que seguramente muchos compañeros podrán narrar mucho mejor que yo. Remito para más información al libro coordinado por José Montes Astillero Río Santiago, su historia y su lucha contada por sus trabajadores (Bs. As. 1999, Ed. La Verdad Obrera).
Lo que me interesa destacar es que la experiencia de los obreros del ARS tuvo, en el horno de los '90, un alto valor moral. Me refiero a la moral de combate que transmitía un grupo de obreros resistiendo a capa y espada mientras todo parecía un desbande.
Los militantes del PTS nos formamos, entre otras cosas, aprendiendo de su experiencia, de las lecciones de sus distintas luchas, tanto como de la tradición de los compañeros obreros trotskistas que eran parte de la historia de esa fábrica.
En el año 2008, me regalaron un libro de Guillermo Cieza que se llama Veteranos de Guerra, una historia de sobrevivientes de los '70. Es sobre la experiencias de un grupo de ex JP durante los años '90 en La Plata y en el marco del ascenso y caída del FrePaSo.
En este libro se narraba una escena propia de una movilización de aquellos años en La Plata. No lo tengo a mano, así que no tengo cita textual. Pero decía más o menos así: La columna de los obreros del Astillero avanzaba como una marea de mamelucos azules. Pronunciaban cantos eminentemente pedagógicos como "Duhalde no rompas las pelotas, el Astillero es nuestro, se mira y no se toca". Ahí es cuando un personaje de la novela, que observaba la escena, le dice a otro "Mirá, ahí están los galos de Asterix".
Los galos de Asterix. Una buena síntesis para nombrar a los que durante un período de retroceso generalizado pusieron el pecho y la cabeza para abrir camino a los que después iban a tomar la posta: Zanon, el Subte, Kraft, el sindicalismo de base, Lear.
Durante todo un período, el ARS fue sinónimo de la voluntad del PTS de mantenerse relacionado con el movimiento obrero. No porque fuera la única corriente ahí adentro sino por contar con destacados militantes y dirigentes obreros, como José Montes, entre otros muy destacados compañeros.
Con 32 años de militancia en el Astillero, José Montes es un exponente vivo de esta gran experiencia de lucha y de la fusión entre el marxismo y el movimiento obrero. Pudimos verlo hace poco enfrentando a los gendarmes en una represión brutal que sufrieron los obreros de Lear.
Ayer fue su cumpleaños y me pidió un único obsequio: que explicara por qué este blog se llama Los galos de Asterix, para transmitir de alguna manera un poco de esta tradición de un sector de obreros que se confunde con su propia trayectoria como militante revolucionario.
Esta es la historia.
5 comentarios:
Me gustó mucho! Mechando historia personal con lo mejorcito de las luchas obreras, de por acá. Lindo obsequi para Don Montes, y de paso, para todxs nosotrxs
Muy bueno Juan!
Muy bueno Juan,me emocione hasta las lagrimas, como no recordar esos momentos duros para la clase obrera, pero ahí estaban ellos los obreros del Astilleros mostrando un camino . y nuestros compañeros a la vanguardia de ese proceso Jose Montes, Miguel Lagos, Quique Ferrer y tantos otros. Gracias Juan por este recuerdo !!!
Buenísimo!!!!
Que buen regalo para el negro Montes,para los que venimos de abrir los ojos admirando su resistencia y para los que se arman recién en la miltancia y que urge transmitir de donde se viene.Gracias.
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