Retomando la escritura sobre temas "filosóficos", quisiera volver sobre la "nueva inmanencia" en el marxismo, que tratamos anteriormente acá, acá y acá (ver acá, definición de inmanente en pocas palabras).
La cuestión de la "nueva inmanencia" o el "nuevo concepto de inmanencia" del que habla Gramsci como característico del marxismo tiene una gran importancia teórica porque está ligada a la definición del lugar del marxismo en la historia de la cultura occidental y en qué sentido continúa o rompe con las anteriores filosofías o concepciones del mundo. En ese marco, hemos dicho en otras oportunidades que debe ponerse en relación con el "nuevo materialismo" anunciado por Marx en sus Tesis sobre Feuerbach, para retomar la reflexión sobre el materialismo de Marx en un contexto en que es atacado tanto por la praxis, como por la dialéctica como por su realismo, desde posiciones inficionadas por el giro lingüístico, el posmodernismo, el posmarxismo, etc.
A su vez, la cuestión de la "nueva inmanencia" pone en relación estos fundamentos histórico-filosóficos, con la problemática de la unidad teórico-práctica del marxismo, es decir que la "nueva inmanencia" no es solamente un "nuevo concepto" sino una nueva forma de relación de la teoría con la práctica.
Entonces, destacamos dos sentidos más habituales que se le da a la idea de "un nuevo concepto de inmanencia":
1) como nueva síntesis teórica que supera y contiene las famosas "tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo", que a su vez crea una nueva "cientificidad" y nuevas "legalidades" (como las leyes tendenciales).
2) como una relación "inmanente" entre teoría e historia, por la cual el materialismo histórico se vuelve expresión de una clase históricamente situada que lucha por su hegemonía (la cual de algún modo es la base para la lectura de Peter D. Thomas que sostiene inmanencia = teoría).
Buscamos incorporar un tercer sentido, que está contenido de alguna manera en los otros dos, pero poniéndolo de relieve se vuelve más comprensible la discusión, que es el del pasaje de la filosofía a la política subvirtiendo la relación histórica anterior entre teoría y práctica, en el sentido de lo señalado por Gramsci en el C11 § 49, en el marco de una reflexión sobre la "traducibilidad" de los lenguajes de la revolución francesa y la filosofía clásica alemana, cuando interpreta la Tesis XI señalando que "la filosofía debe convertirse en política (...) para seguir siendo filosofía".
Y es en el libro O Laboratório de Gramsci - Filosofía, História E Política, de Alvaro Bianchi (Campinas, Alameda Editorial, 2008, 320pgs.) donde podemos encontrar un aporte interesante para pensar este tema de la "nueva inmanencia" desde el ángulo del pasaje de la filosofía a la política.
Debatiendo sobre el abordaje realizado por Gramsci acerca de la obra de Maquiavelo, Bianchi sostiene que lo que permite dar una unidad de propósito al conjunto de reflexiones sobre Maquiavelo presentes en los Cuadernos es la pregunta "¿cuál es el lugar de la actividad política en la filosofía de la praxis?" (Bianchi, pág. 150)
Si retomamos la cuestión de la "nueva inmanencia" uniendo el criterio de traducibilidad planteado por Gramsci entre filosofía y política como clave de interpretación de la Tesis XI, a la luz de la pregunta que Bianchi rescata como central en la reflexión de Gramsci sobre Maquiavelo, podemos redefinir el "nuevo concepto de inmanencia" como una nueva unidad teoría/práctica que es consustancial a la actividad política revolucionaria.
Esta interpretación de la nueva inmanencia/nuevo materialismo como una nueva forma de relación entre la teoría y la práctica, tiene consecuencias teóricas, históricas y políticas y plantea la pregunta de cuál es lugar de la actividad política en el marxismo, entendida esta como "creación de nuevas relaciones de fuerzas" (C13 § 16, citado por Bianchi, pág. 153). Dicho sea de paso, ver acá y acá reflexiones de Emmanuel Barot sobre el marxismo y Maquiavelo.
Si bien la respuesta es de algún modo "obvia", porque el lugar de la política en la "filosofía de la praxis" es central, volver a pensar este tema permite retomar a su vez el del lugar de la estrategia en el marxismo, que hace a uno de los principales cambios del marxismo durante el Siglo XX.
En este marco, una de las áreas de "divergencias y convergencias" entre Trotsky y Gramsci a explorar teóricamente es la relación entre la concepción de la política como ciencia autónoma de los Cuadernos de la Cárcel y la estrategia como rasgo central del marxismo revolucionario del Siglo XX, presente en Stalin el Gran Organizador de Derrotas y las obras posteriores de León Trotsky.
Hay diferencias evidentes entre ambos enfoques, empezando por el tipo de "lecciones estratégicas" muy distintas que elabora cada uno, que los llevan en diversas direcciones.
Sin embargo, la existencia de un posible paralelismo entre la reflexión gramsciana sobre el lugar de la política y la de Trotsky sobre el lugar de la estrategia en el marxismo, puede ponernos ante la punta de un iceberg: avanzar en una nueva comprensión de los elementos de "teoría de la política" presentes en las obras de Trotsky durante los años de entreguerras (acá y acá se puede ver algo sobre el Estado y los sindicatos y acá algo sobre las relaciones entre hegemonía y revolución permanente), para fortalecer la lectura de su obra desde el punto de vista de un marxismo estratégico.
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