jueves, 29 de enero de 2015

Syriza, izquierda "nacional" y realpolitik


El triunfo de Syriza, la conformación del nuevo gobierno, las primeras medidas anunciadas por Tsipras y sobre todo las especulaciones sobre cómo se van a llevar adelante las negociaciones sobre la deuda, vienen ocupando gran parte de los análisis internacionales, tanto en La Izquierda Diario, como en los medios tradicionales. 

Más allá de la valoración que se pueda hacer de la trayectoria de Syriza, es indudable que su ascenso al gobierno es un hecho novedoso, cuyas consecuencias de fondo no podemos conocer en lo inmediato, sino, por lo menos, en un mediano plazo. 

Intentaremos apuntar algunos elementos para pensar al respecto. 

-En esta nota de Josefina Martínez, en la que analiza la política de alianzas de Tsipras para formar gobierno, se cita este artículo de Stathis Kouvelakis (miembro del ala izquierda de Syriza, diferenciado de Tsipras), quien decía que la integración de los Griegos Independientes al gobierno iba a marcar el fin simbólico de la idea de un gobierno de la izquierda antiausteridad (fue escrita antes de que se haga púbico el acuerdo). Efectivamente, si tuviéramos que caracterizar con algún nombre el gobierno de Tsipras, tendríamos que decir que parece ser una variante de un gobierno de "unidad nacional" (ellos dicen de "salvación social", que por otro lado no es tan distinto....)

No digo esto porque ANEL (Griegos Independientes) sea un partido extremadamente representativo, ni porque la burguesía cierre filas de manera unificada con Syriza (de hecho cayó la bolsa) sino porque teniendo en cuenta que se hundió el PASOK y que las demás fuerzas no se podrían integrar al nuevo gobierno por diversos motivos, el gobierno de Syriza en acuerdo con ANEL es lo más parecido a un gobierno de "unidad nacional" que se puede conseguir en Grecia en la situación actual. Con gobierno de "unidad nacional" me refiero a un acuerdo de dos o más partidos para evitar una situación de colapso. Acá la situación de colapso viene de antes y las expectativas son muy altas, por lo que el gobierno puede seguir siendo visto como algo "nuevo", por más que Tsipras haya incluido a este sector nacionalista de derecha. En resumen, con sus peculiaridades, el nuevo gobierno es más de "unidad nacional" por la alianza que expresa, aunque la política hacia las masas sea de "salvación social". Queda para analizar de acá en adelante la cuestión señalada en su momento por Gramsci, acerca de que todo gobierno de coalición tiene un componente de cesarismo, que puede desarrollarse o no (ver Cuaderno 13 § 27), lo cual en última instancia depende de cómo responda Tsipras a los tres frentes que se le abren: las masas, la troika y su política de alianzas.

-Además del pragmatismo intrínseco a la política burguesa, presente en la alianza para conformar el gobierno, creo que esta política tiene una inspiración claramente "togliattiana", pero en condiciones diferentes a aquellas en las que el "stalinista educado" dirigente del viejo PCI de la segunda posguerra desarrollara su política de alianzas. No obstante su discurso más lavado y moderado, Tsipras se reivindica de la izquierda de "Togliatti, Berlinguer y Gramsci"(sic), donde los dos primeros apellidos encajan mejor con la realpolitik de Tsipras que el último. Togliatti en su momento buscaba la "unidad de todos los antifascistas" o fórmulas por el estilo. Tsipras busca la "unidad contra el ajuste" más allá de las diferencias de fondo. La otra fórmula togliattiana que podríamos recordar es la de "limitación de daños", que se parece mucho a la elección del "mal menor". Y precisamente fue el tercero de la lista de Tsipras, es decir, Gramsci, quien hiciera una crítica bastante aguda de la política de elegir los "males menores":

"Hay siempre un mal menor respecto de aquel predecentemente menor y frente a un peligro mayor respecto de aquel precedentemente mayor. Cada mal mayor deviene menor frente a otro mayor y así al infinito. No se trata por tanto de otra cosa que de la forma que asume el proceso de adaptación a un movimiento regresivo, cuyo desarrollo es conducido por una fuerza eficiente, mientras la fuerza antitética está decidida a capitular progresivamente, en pequeñas etapas, y no de un sólo golpe, lo que llevaría, por el efecto psicológico condensado, a hacer nacer una fuerza competidora activa o a reforzar la ya existente" (C9 §7).

Una vez más el "togliattismo" se muestra como una mala versión "realista" de la teoría política gramsciana. 

De todos modos, esto no quiere decir que las masas obreras y populares griegas vean lo que hace Tsipras y digan "ah, ¡qué togliattiano de derecha!". Por el contrario, es posible que el gobierno gane mucha popularidad con las medidas que está anunciando a partir de que se constituya el nuevo parlamento, como la suba del salario mínimo y el restablecimiento de las negociaciones con los sindicatos o la reconexión de la luz a todos los que habían sido desconectados. Los trabajadores y el pueblo de Grecia tienen que ir haciendo su propia experiencia, sin dudas con la colaboración de los sectores que se reivindican clasistas y revolucionarios

-Por último, la cuestión político-estratégica y teórica. En noviembre del año pasado tuvimos la posibilidad de escuchar a Stathis Kouvelakis (citado más arriba) a propósito de las perspectivas de la izquierda "anticapitalista" europea en una charla realizada en el marco de la onceava Conferencia anual de Historical Materialism. Sobre ese debate, planteamos algunos cuestiones en La Izquierda Diario e Ideas de Izquierda

Nos quedó en el tintero una cuestión planteada por Kouvelakis, que por razones de espacio y porque él mismo no lo desarrollara en su exposición: la hipótesis estratégica de Gobierno Obrero de la Tercera Internacional, como marco de referencia para intervenir en un gobierno de Syriza. 

Más allá de si la forma en que Kouvelakis utiliza esta comparación es oportunista o no (suena parecido a lo que decía Daniel Bensaïd en su conocido texto sobre el retorno de la cuestión político-estratégica), creo que la diferencia principal es de las situaciones históricas concretas. 

La idea del Gobierno Obrero fue pensada por la Tercera Internacional como continuidad de la táctica del Frente Unico obrero, para plantear la posibilidad de un gobierno de coalición entre el PC y la izquierda socialdemócrata, desde el cual promover la acción revolucionaria de la clase obrera hasta llegar a la instancia de toma del poder a escala nacional, en especial en Alemania, aunque podía ser aplicable a otros países de Europa Occidental.

Las condiciones de retroceso del ascenso de lucha de clases 1917/21 obligaban a políticas de Frente Unico. El crecimiento del Partido Comunista y la continuidad de una poderosa clase obrera organizada en sindicatos y dirigida por un reformismo obrero (la socialdemocracia) en condiciones de crisis, permitían pensar la táctica de Gobierno Obrero como una pieza fundamental de una estrategia revolucionaria (para más información, ver acá y acá).

En las condiciones actuales, en que la clase obrera tiene más peso social pero menos organización política independiente, es muy poco probable que desde la participación en una experiencia gubernamental de izquierda reformista puedan crearse condiciones para desarrollar la movilización revolucionaria de la clase trabajadora y los sectores populares

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En este artículo, habíamos planteado con Fernando Rosso, que si bien en la actualidad no existe un "bloqueo" de la revolución permanente como el de la segunda posguerra (revoluciones en la periferia, crecimiento económico en las metrópolis, PCI y PCF en Italia y Francia y orden mundial pactado entre E.E.U.U. y la U.R.S.S.), el límite se da por la falta de radicalización y porque la clase trabajadora actúa diluída en movimientos "populares", "sociales" o "democráticos". Creo que esto se expresa a su vez en las experiencias de Syriza y PODEMOS, a través de un mecanismo que podríamos denominar "la transformación de luchas democráticas en ciudadanas". Desde este punto de vista la dinámica de la situación podría considerarse como "pre-estratégica" o "pre-permanentista". 

En este contexto, podríamos pensar que la conquista de la independencia política de la clase obrera, debería ser una tarea de primer orden para las organizaciones revolucionarias de Grecia, como lo es en la Argentina.

martes, 27 de enero de 2015

Proyecto de reforma de Inteligencia: una maniobra en el fin de ciclo




Por Fernando Rosso

Un anuncio que llega de contragolpe ante la crisis aguda por la muerte del fiscal Nisman. El doble discurso de un Gobierno que siempre se apoyó en los espías, las patotas sindicales y represores como Berni o Milani; y ahora dice que quiere “democratizar” los aparatos de inteligencia.

viernes, 23 de enero de 2015

Caso Nisman: de la novela policial al escenario político


Por Fernando Rosso

Algunas conclusiones sobre un crimen que cambió el escenario. Las consecuencias políticas sobre el gobierno, el régimen y el Estado. Una muestra más del fracaso de la “lucha contra las corporaciones”. El desprestigio de los servicios y la oportunidad de esta crisis.

domingo, 11 de enero de 2015

Charlie Hebdo: el futuro que llegó



Fernando Rosso y Juan Dal Maso

La cobertura de La Izquierda Diario sobre el atentado contra la revista "progresista" Charlie Hebdo viene mostrando los hechos, las movilizaciones de repudio, la posterior muerte de los sospechosos, la política de los gobiernos para consagrar la unidad nacional reaccionaria en Francia y en Europa en su conjunto, y publicando distintos análisis. Ya vendrán las denuncias contra PODEMOS y Syriza por no ser lo suficientemente antiterroristas… Aunque la formación del Estado Español se está esforzando para lo contrario y anuncia que su “responsable internacional” estará presente en la marcha de este domingo en París en representación del partido.

Aportamos una reflexión en tres planos, que consideramos importantes: el estratégico-programático, uno que podríamos denominar ideológico-cultural y un tercero, histórico-filosófico.

Sobre la cuestión estratégica y programática: 

En su ponencia presentada en un Congreso realizado en Brasil sobre los 150 años de la Primera Internacional -a la que accedimos por gentileza de las compañeras Andrea D'Atri y Celeste Murillo-, el intelectual italiano Pietro Basso señalaba que el fenómeno de la inmigración (que ha crecido exponencialmente desde hace algunos años) y la relación entre nativos e inmigrantes en las metrópolis es un problema estratégico del movimiento obrero desde la época de Marx en adelante. Marx mismo había tomado con especial énfasis la cuestión irlandesa en sus múltiples aspectos, incluyendo la división de los proletarios irlandeses e ingleses en todos los centros industriales británicos. Basso también dice que además de los obvios motivos de explotación por los cuales el capitalismo se beneficia de la presencia de los inmigrantes sin papeles (mano de obra a bajo costo) y las tendencias xenófobas alentadas por la extrema derecha (y no tan extrema) la convivencia de trabajadores de todos los colores y países recrea las bases para el internacionalismo proletario. 

Totalmente acertado su planteo, ya que la contracara de la unidad nacional reaccionaria, que busca efectuarse tras un discurso republicano (que incluso rechaza aliarse a la ultraderecha de Marine Le Pen), es una suerte de "cosmopolitismo de los ghettos", como se puede ver en París, tanto en la banlieue como en barrios un poco más cercanos al centro de la ciudad, considerados de "máxima peligrosidad" por el sólo hecho de que sus habitantes son de origen africano. 

En este sentido, si pensamos el rol que asignaba Trotsky a los sindicatos dentro de una estrategia proletaria en Europa Occidental como instituciones de democracia obrera conquistadas luchando bajo y contra la dominación de la burguesía (Gramsci diría trincheras) son precisamente los sindicatos y organizaciones obreras los que debieran plantear una política independiente de los gobiernos y sectores reaccionarios, reclamando la unidad de toda la clase trabajadora más allá de las diferencias étnicas, religiosas y "administrativas" (con o sin papeles) contra el curso represivo y la política de austeridad. Si las conducciones burocráticas de los mismos no lo tienen en su agenda e incluso participan de la unidad reaccionaria, es una batalla elemental de las organizaciones de la extrema izquierda y clasistas en los sindicatos, como exigencia para lograr la unidad de la clase obrera.

En cuanto a la cuestión ideológico – cultural (religiosa): 

Un atentado brutal contra periodistas para "vengar al profeta", como bien se dijo, es algo totalmente oscurantista y reaccionario y brinda razones a la reacción islamofóbica interesada del Estado francés y los imperialismos europeos que están en búsqueda rabiosa de un “otro”, a quien responsabilizar por su propia crisis. Sin embargo, el laicismo liberal y autoritario del Estado francés, que busca relegitimarse, junto con la policía, el gobierno, etc., no es más "progresista".

Para decirlo provocativamente, es tan ideológica la creencia religiosa en Mahoma como la creencia no menos “religiosa” en los valores supremos y supraterrenales de la democracia liberal occidental. Ambas son "falsas conciencias" fundadas en motivos dogmáticos, algunos más extravagantes que otros. Y si el Islam es el opio del pueblo musulmán, la democracia liberal es la pasta que receta el psiquiatra-burgués al ciudadano occidental (o el tratamiento psicoanalítico interminable según los cánones argentinos y porteños, criticados implacablemente por Salvador Benesdra).

En este contexto, el ateísmo irreconciliable del marxismo es un poco más "soreliano" que "ilustrado". No cree en los mitos, pero reconoce su génesis y su función histórica, es decir intenta comprender por qué la gente cree en ellos, para combatirlos tanto en el terreno ideológico, como y fundamentalmente, en el suelo de las bases materiales que le dan sustento. 

Por eso Lenin escribió: La lucha contra la religión no puede limitarse ni reducirse a la prédica ideológica abstracta; hay que vincular esta lucha a la actividad práctica concreta del movimiento de clases, que tiende a eliminar las raíces sociales de la religión. ¿Por qué persiste la religión entre los sectores atrasados del proletariado urbano, entre las vastas capas semiproletarias y entre la masa campesina? Por la ignorancia del pueblo, responderán el progresista burgués, el radical o el materialista burgués. En consecuencia, ¡abajo la religión y viva el ateísmo!, la difusión de las concepciones ateístas es nuestra tarea principal. El marxista dice: No es cierto. Semejante opinión es una ficción cultural superficial, burguesa, limitada. Semejante opinión no es profunda y explica las raíces de la religión de un modo no materialista, sino idealista. En los países capitalistas contemporáneos, estas raíces son, principalmente, sociales. La raíz más profunda de la religión en nuestros tiempos es la opresión social de las masas trabajadoras, su aparente impotencia total frente a las fuerzas ciegas del capitalismo, que cada día, cada hora causa a los trabajadores sufrimientos y martirios mil veces más horrorosos y salvajes que cualquier acontecimiento extraordinario, como las guerras, los terremotos, etc. "El miedo creó a los dioses". 

En esto, Lenin seguía a Marx, que en sus Tesis sobre Feuerbach ya había explicado que después de criticar la "alienación religiosa" falta hacer lo fundamental, es decir explicar las contradicciones sociales que le dan origen y subvertirlas en la práctica.

No cederle “ni tantico así” de poder al Estado imperialista (y a ningún Estado) para atacar a las libertades democráticas, entre ellas la libertad de expresión, no es sinónimo de abstenerse de la crítica al contenido político de las manifestaciones periodísticas de Charlie Hebdo, más aún cuando en el último tiempo había tomado al Islam como uno de los blancos predilectos de su sátira. Y con mayor razón cuando esta religión es a la que adhieren sectores mayoritarios de pueblos oprimidos, que son blanco de ataque de la guerra “antiterrorista”. Con muchas razones para la impotencia frente a las fuerzas ciegas y salvajes (¡Palestina!) que desata un sistema decadente y bárbaro.

Para ejemplificar, no es lo mismo la crítica satírica y artística al catolicismo en la Argentina (León Ferrari) que a la misma religión, pongamos por caso, en Irlanda del Norte. Allí se convirtió en forma ideológica de los que se oponían a la opresión inglesa y en legítima demanda democrática para ejercerla “libremente”. 

Si esta crítica ideológica toma formas artísticas, como es el caso de Charlie Hebdo, ese mismo contenido político-artístico no está eximido de la crítica. Las mismas convicciones del combate contra cualquier tipo censura estatal y contra los bárbaros actos de terrorismo del fueron víctimas, habilitan la crítica.

"Así, la crítica de los cielos se transforma en crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica de la ley, y la crítica de la teología en la crítica de la política", como dijera Marx.

Esto es, rastrear las raíces profundas de la religión como ideología, las condiciones de opresión y explotación de gran parte del mundo árabe e islámico, el uso de sus burguesías locales y el abuso del imperialismo mundial.

En cuanto a la cuestión histórico-filosófica: 

La imagen de un atentado bárbaro "medieval" contra un semanario de humor político con ribetes "posmodernos" es, de por sí, una trastocación de cualquier sentido del tiempo histórico. Parafraseando a los Redondos, el futuro llegó hace rato... y es un retroceso. 

Si el marxismo del siglo XX permite analizar el imperialismo como reacción en toda la línea (Lenin) o como combinación de reacción y reconfiguraciones del poder estatal-societal que garantizan la duración de un sistema en crisis orgánica, incluso con alguna pose "progresista" (Antonio Gramsci), desde ambas lecturas se abre la posibilidad de una descomposición del tiempo histórico: el tiempo lineal y vacío del "progreso" deja su lugar a una temporalidad en proceso de descomposición, donde el pasado y el presente se superponen y crean combinaciones originales que pueden resultar aberrantes. En este contexto, la teoría de la revolución permanente de León Trotsky (basada a su vez en otra teoría, la del desarrollo desigual y combinado) presta un marco de referencia para pensar la reversión de una temporalidad que no para de retroceder por el "lado malo" de la historia. La condición es que el sujeto histórico proletario vuelva por sus fueros, con la bandera de un nuevo internacionalismo concreto.

sábado, 10 de enero de 2015

Francia: del oscurantismo a la reacción





Desde el miércoles a la mañana la hipocresía tiene un nombre: los valores de la república. Sobre estos “valores” (y sí, las comillas están más que justificadas) se está construyendo la unión nacional, la unión sagrada. Sí, ¡sagrada!, como en la Primera Guerra Mundial. Frente al ataque asesino, oscurantista, en nombre del “Islam” (y las comillas también valen), se monta la unión sagrada. Pero los valores, valores son. De universales no tienen nada. Pero sirven para cubrir una nueva guerra o, mejor dicho, una nueva cruzada.

Completo en La Izquierda Diario

martes, 6 de enero de 2015

Syriza, PODEMOS y la curiosa resurrección de Palmiro Togliatti

                               


Durante el último tiempo han venido creciendo las expectativas por las experiencias de Syriza y Podemos, sobre todo ahora que parece que dentro de muy poco Syriza podría ganar las elecciones en Grecia. 

En este caso, me interesa analizar un fenómeno ideológico ligado a estas expectativas que es el interés en parte de cierta izquierda por "revalorizar" la experiencia del comunismo italiano de la segunda posguerra, o sea, el Partido Comunista de Italia, dirigido por Palmiro Togliatti y un grupo de fieles servidores, en general y la tentativa del "eurocomunismo", encabezada por Enrico Berlinguer en los '70, en particular; es decir la estrategia de desarrollar partidos comunistas con base de masas, con una política "populista" o "de clases medias" y con la perspectiva de llegar al poder por elecciones o integrar gobiernos surgidos de estas, en los marcos de la democracia capitalista, como "alternativa" al "modelo soviético".

En líneas generales, lo que hemos planteado sobre los límites de PODEMOS para autodefinirse como "fenómeno populista" se aplica a los paralelismos que pueden hacerse con el PCI o el eurocomunismo, tanto para PODEMOS como para Syriza, aunque estos últimos son más "clásicos" y menos "pospolíticos". 

Pero más allá de si los ejemplos históricos guardan relación con las experiencias actuales o no, no deja de llamar la atención el rescate en sí de experiencias como el eurocomunismo o el PCI de Togliatti más de conjunto (para una valoración más profunda aunque "togliattiana de izquierda" ver El Sastre de Ulm de Lucio Magri).

Y digo que no deja de llamar la atención precisamente porque (como se ve en el propio libro de Magri) si uno está dispuesto a reivindicar en todo o en parte a Togliatti y el PCI, un poco también tiene que reivindicar a Stalin, que fue quien planteara el marco estratégico (Frente Popular del VII Congreso de la Internacional Comunista) a partir del cual se estructura, dígase o no, la estrategia de Togliatti a la salida de la guerra, empezando por el desarme de los partisanos, la colaboración en la transición y la extrema moderación de los comunistas en los inicios de la República italiana, que en los hechos violaba los contenidos de su "avanzada" Constitución. La reivindicación del "eurocomunismo" permite en apariencia reivindicar a Togliatti y sus sucesores, despegándose del stalinismo, pero no permite en modo alguno separar al "eurocomunismo" de sus antecedentes stalinistas (aunque sea un "stalinismo educado" como el de Togliatti). 

Creo que una de las razones de esta curiosa resurrección radica precisamente en la falta de continuidad de las ideas marxistas y revolucionarias, así como en la falta de un balance y conclusiones serios sobre la experiencia del '68 europeo, del que parece haber sacado más conclusiones la derecha que la izquierda, que cambió la estrategia por el "aprovechamiento de oportunidades". En suma una banalización de la historia del siglo XX, cuyas alternativas dramáticas son leídas en clave "electoral".

La segunda cuestión a considerar es la de una cierta retrogradación teórica que surge del hecho siguiente: la reivindicación de Togliatti y/o el eurocomunismo va acompañada de alguna cita de autoridad extraída de Gramsci, buscando ubicar al comunista sardo como "padre de la criatura" por lo menos desde el punto de vista intelectual. 

El propio Alexis Tsipras (en la foto) hacía campaña por Twitter en Italia para las elecciones europeas diciendo "La Izquierda de Togliatti, Gramsci y Berlinguer está de vuelta en Italia y llegó para quedarse". Más recientemente, Pablo Iglesias hizo su defensa de Syriza con la correspondiente "cita" de Gramsci,

Esta operación ideológica debe ser combatida con fuerza, porque incluso dándole en parte la razón a Magri, que dice que Togliatti no falsificó la obra de Gramsci sino que hizo una publicación intencionalmente orientada a justificar una política (para mí opuesta por el vértice a la perspectiva de Gramsci), lo cierto es que una reapropiación de Gramsci por los "reformismos realmente existentes" les daría una apariencia de "solidez teórica" que en realidad no tienen, al mismo tiempo que sería teóricamente improductiva desde el punto de vista de la recomposición del marxismo.

Hemos dicho en otra ocasión que en los '60 o '70 hubiera sido casi imposible decir "Trotsky y Gramsci" porque hubiera sido "Trotsky y Togliatti". Más allá de la duración que pueda tener el fenómeno de nuevo interés por el eurocomunismo (que en definitiva estará ligado a las performances de Syriza y PODEMOS que no hay que subestimar incluso desde el punto de vista de las expectativas que pueden generar en las masas populares, más allá de los dirigentes), está planteada una lucha ideológica fuerte contra el intento de reconstrucción de un "marxismo" reformista (que ni siquiera promueve la acción de masas para conseguir reformas), el cual intenta cubrirse de uno u otro modo con el prestigio del autor de los Cuadernos de la Cárcel.

Sympathy for the devil


sábado, 3 de enero de 2015

La "ortodoxia" que no fue

Imagen gentileza Gramscimania.info.ve

Le agradezco a la gente del blog Marx desde Cero que haya republicado este artículo que escribí durante todo el 2009 y 2010, corrigiendo, revisando, volviendo a corregir y revisar y finalmente fue publicado en el verano de 2011 en la revista Estrategia Internacional.

Más allá de algunas cuestiones que se podrían corregir o mejorar (por ejemplo en ese momento no había leído bien el libro de Peter D. Thomas The Gramscian Moment con lo cual me quedó un poco incompleta la discusión sobre la inmanencia, que después retomamos en este blog), creo que es bastante útil para ubicar el contexto de los debates del Cuaderno 11 y algunos temas polémicos como la objetividad según Gramsci y otros. 

viernes, 2 de enero de 2015

Groove Family Cyco

Para ponerle energía a los primeros días del año, con una banda monumental que recordarán los de mi edad...