Serie Economía Marxista: 2ª entrega
Un vez más: valor de uso y valor
En la anterior entrega definíamos a la mercancía como la unidad entre valor de uso y valor (de cambio). Y decíamos que la fuente de valor es el trabajo y también que el valor de uso y el valor de cambio son completamente independientes. Sin embargo debemos aclarar que es el mismo trabajo humano el que otorga valor de uso y valor a las mercancías. Esto es lo que Marx llamaba carácter dual del trabajo contenido en las mercancías y que permitía justamente la unidad entre valor y valor de uso.
Trabajo útil y trabajo abstracto
Como trabajo útil, el trabajo es condición de la existencia humana, ya que es el trabajo que le otorga utilidad a las mercancías. El trabajo útil es trabajo de carpintero, tornero, mecánico o albañil. Cuando nos preguntamos sobre él, indagamos sobre el cómo se hicieron las mercancías o sobre qué son las mercancías de las que hablamos, atendemos a sus cualidades. Asimismo el valor de uso, la utilidad, es el sustrato material del valor de cambio. Esto significa que las mercancías no pueden enfrentarse unas a otras si no tienen trabajos útiles diferentes. Cambiar dos cosas de la misma utilidad no tiene sentido, debo cambiarla por otra cosa.
El otro aspecto del trabajo contenido en las mercancías es el trabajo abstracto. Este es el representado en el valor, y más específicamente, en la magnitud de ese valor. Así como con el trabajo útil nos preguntábamos con respecto al qué y al cómo, aquí nos preguntamos con respecto al cuanto. Ya qué para medir una magnitud debemos cuantificarla. Si decíamos que las mercancías se expresan como valores, para poder intercambiarlas debemos atender no ya a su utilidad, sino a su cantidad, a la magnitud de trabajo que tienen contenido en ellas. Y para que el valor aparezca debemos abstraernos de las cualidades especificas de las mercancías, es decir de su trabajo útil representado en el valor de uso.
A riesgo de quedar repetitivos: para intercambiar dos mercancías debo buscar que tienen en común, ¿es el trabajo especifico que les da utilidad social?, no; sino el trabajo abstractamente humano que me permite establecer una relación cuantitativa con las demás mercancías. Esto no debe ser entendido de manera tal que el trabajo es una vez trabajo útil y otra vez trabajo abstracto, sino que el propio trabajo, bajo la forma capitalista de producción, es a la vez trabajo útil, concreto, trabajo de carpintero, etc., que da utilidad a los objetos, y al mismo tiempo, trabajo abstracto, que otorga valor social a las mercancías.
Riqueza y valor
Este planteo de Marx sobre el carácter dual o bifacetico del trabajo le permitió descubrir que una cantidad mayor de valores de uso constituirá una cantidad mayor de riqueza material, pero que, a la masa creciente de riqueza material puede corresponderle una reducción simultánea de su magnitud de valor. ¿Por qué? Porque, como dijimos antes, porque el valor (su magnitud) es independiente de valor de uso, el valor se determina en relación a la cantidad de trabajo humano abstracto, el valor de uso en relación al trabajo útil concreto.
Supongamos que tenemos un trabajo útil que produce equis mercancía, si la fuerza productiva del trabajo aumentara, aumentarían los valores de uso producidos. Si la fuerza productiva del trabajo disminuyera, disminuirían los valores de uso. Es decir entre los valores de uso y la fuerza productiva del trabajo hay una relación directa.
En cambio, por el contrario, un cambio en la fuerza productiva del trabajo en nada afecta el trabajo representado en el valor. El mismo trabajo, por más que cambie la fuerza productiva del trabajo, rinde siempre la misma magnitud de valor. Pero en el mismo espacio de tiempo suministra valores de uso en diferentes cantidades.
Esto tiene una importancia decisiva desde el punto de vista histórico porque demuestra el carácter específicamente capitalista de la producción de mercancías, pero no de los valores de uso. Es más, demuestra que en la forma mercantil de los valore de uso esta contenida también la posibilidad del desarrollo de una producción de valores de uso en forma no mercantil, es decir, no capitalista. Y que el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo bien puede ser puesto al servicio de satisfacer las necesidades humanas (valores de uso-riqueza material) y no necesariamente al servicio de la producción de valores.
La manifestación del valor: el dinero
Marx partió de la relación de intercambio o del valor de cambio para descubrir el valor de las mercancías, oculto en esa relación. Es decir, el valor aparece como la relación entre dos cosas, dos mercancías, pero en realidad es el curriculum vitae de esa mercancía, es decir, el trabajo humano en ella objetivado. Pero hasta ahora no hablamos más que de mercancías que se relacionan con otras mercancías, como en el trueque primitivo. Sin embargo, en las sociedades de desarrollo mercantil el valor de las mercancías se expresa por medio de su precio, su denominación monetaria o dineraria, por medio del dinero. ¿Pero qué es el dinero? La utilidad del dinero es nula, sólo sirve para los fines del intercambio mercantil, pero cómo. Para responder ello es necesario ver cómo se manifiesta el valor en el dinero, para ello, vamos a desarrollar todas las formas de expresiones de valor existentes en las mercancías, desde la más simple hasta la más desarrollada, el dinero.
En primer lugar esta la forma simple o singular de valor. Es la forma en que se vinculan dos mercancías, por ejemplo el trueque: X mercancía A = Y mercancía B, o X m A vale Y m B. Llamamos valor relativo a “A” y equivalente a “B”, o sea que “A” se expresa en “B”, o “A = B”, o “B” sirve para expresar el valor de “A”. Expresa también una relación de magnitudes, por ejemplo, 15 metros de tela = 1 saco. En esta relación entre valor relativo y equivalente queda oculta la relación de valor, ya que lo único que parece valer es el equivalente, en esta relación A (tela) sólo expresa valor de uso, y B (saco) sólo valor.
En segundo lugar esta la forma total o desplegada de valor. En esta forma el valor relativo (15 metros de tela) se relaciona con el mundo de las mercancías como su equivalente, es decir se expresa en 1 saco, en 10 kg. de té, en 2 onzas de oro, en ½ tonelada de hierro o en cualquier otra mercancía. Aquí se vuelve obvio, contra lo que siguen pensando los economistas burgueses, es que no es el intercambio el que origina el valor de la mercancía, sino a la inversa, es el valor de la mercancía el que rige sus relaciones de intercambio.
En tercer lugar encontramos a la forma general de valor. En ella múltiples valores relativos se expresan en un solo equivalente: 1 saco = 15 metros de tela, 10 kg de té = 15 metros de tela, 20 kg. de café = 15 metros de tela, 1 kg. de trigo = 15 metros de tela, 2 onzas de oro = 15 metros de tela, ½ tonelada de hierro = 15 metros de tela, X mercancía A = 15 metros de tela, etcétera. En este caso, el equivalente actúa como encarnación visible del trabajo humano. Una mercancía solo alcanza la expresión general de valor porqué, simultáneamente, todas las demás mercancías expresan su valor en el mismo equivalente.
En cuarto y último lugar llegamos a la forma dinero, que es cuando el oro u otro metal precioso alcanza el lugar del equivalente, así el equivalente general se ha sellado socialmente. Como se ve de la forma general a la forma dinero lo único que varía es la forma del equivalente general. Así el secreto del origen y función del dinero empezaba a quedar resuelto.
Algunas aclaraciones finales. En primer lugar Marx buscaba plantear los elementos básicos, fundamentales, del funcionamiento del capitalismo, y no explicar elementos tales como la emisión monetaria, la inflación, etc. fenómenos de mucha relevancia económica en los últimos 50 años y que desarrollaremos hacia el final de esta serie, una vez que veamos el sistema crediticio y bancario. Y en segundo lugar aquí nos referimos a lo esencial de lo que Marx dijo sobre el dinero, porque lo que él buscaba aclarar eran dos elementos fundamentales: uno el origen del valor como producto de las relaciones sociales de producción, lo que es lo mismo que decir que el valor mercantil tiene su origen en el trabajo humano; y dos, como la forma dinero y la forma mercantil de los valores ocultaban este origen social del valor (a ello llamó el fetichismo de la mercancía, que será examinado en la próxima entrega).
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