Van las intervenciones de Gabriela Liszt del Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones "León Trotsky" y la de Emilio Albamonte, dirigente del PTS y director de la revista Estrategia Internacional. Falta la de Christian Castillo, que está en proceso de carga en www.tvpts.tv.
lunes, 30 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
Si el petróleo y el gas estuvieran bajo control obrero (nota de Raúl Godoy en La Verdad Obrera)
Las sucesivas privatizaciones aplicadas contra nuestros recursos naturales y toda la industria del gas y el petróleo, han dejado a lo largo de estas décadas un tendal de miles y miles de trabajadores desocupados en todo el país. Y los que tuvieron “la suerte” de quedar, lo hicieron perdiendo la mayoría de sus conquistas. Con la tercerización, con los contratos basura, con los mismos “planes sociales”.
Localidades enteras quedaron como tierra arrasada. Esto lo vimos, lo vivimos y lo sufrimos en carne propia. En muchísimas localidades santacruceñas, del Norte argentino y también en Neuquén. Ciudades en otros momentos pujantes, fueron castigadas por la desocupación.
Por eso, no fue casualidad que los movimientos de desocupados nacieran en estos lugares. Mosconi, Tartagal, Plaza Huincul, Cutral Co.
Completo, acá.
viernes, 27 de abril de 2012
Viernes (quehaceres, progresos, novela negra)
Realizando los quehaceres diarios sin pensar en ellos, como se recomienda en El Tao del JKD. Vemos progresar a los seres queridos, que toman formas diversas: Lampone, Mantis Religiosa, Negra Discriminada, Bolchevique de Pelo Rojo y Diosa Anat. Fer dice que Bujarin se colgaba leyendo novelas policiales. Una víctima de la novela negra, lector de novela policial. Las paradojas de la historia crean un siniestro metalenguaje poblado de figuras dramáticas y a la vez ridículas. Los escritores no inventaron nada.
miércoles, 25 de abril de 2012
Una Lección... de antitrotskismo (sobre la Lección Sexta de José M. Aricó)
La verdad es que ya me imaginaba, por comentarios de los amigos, que en este capítulo el autor iba a derrapar. Pero siendo Aricó, tenía alguna expectativa de que no fuera para tanto, en razón de su alto nivel marxista. Aparentemente (y sé que estoy adelantando una conclusión) o no leyó a Trotsky o tergiversó concientemente sus ideas. Trataremos de no hacerla larga, pero vamos a resumir el argumento de Aricó y de paso comentar las operaciones que hace para sostener su posición insólita.
Trotsky fue un cosmopolita (¡y para peor judío!) que partiendo de la categoría del mercado mundial dedujo que Rusia podía tener una revolución democrático burguesa que se transformaría en socialista por ser dirigida por la clase obrera. Basaba su lectura en que el mercado mundial creaba las condiciones para ello. En lugar de explicar las peculiaridades de la formación económico-social rusa como hizo Lenin, Trotsky sobrevaloraba el rol del Estado como agente de un capitalismo que venía de afuera, por lo cual a su vez exageró las condiciones revolucionarias de la clase obrera occidental y subestimó el rol revolucionario del campesinado, al revés que Lenin.
Paradójicamente, Lenin habría exagerado la diferenciación de clases en el campo y subestimado el rol de Estado en el proceso de conformación del capitalismo ruso. O sea que el defecto de Trotsky sería el mérito que faltó a Lenin ¿En qué quedamos?
Los argumentos de Aricó son insostenibles por varios motivos. Confunde mercado con economía mundial. La economía mundial supone un nivel de interdependencia mayor que el mercado y de eso habla Trotsky. En segundo lugar, desconoce precisamente que Trotsky le dedicó especial importancia a las particularidades del desarrollo de Rusia, al punto de que lo que dice que le faltó a Lenin es lo que desarrolló Trotsky. Que Trotsky ubicara este desarrollo particular como parte de la economía mundial (al revés de lo que dice Aricó) le dio más capacidad predictiva a su teoría, que se demostró como la más adecuada para explicar las fuerzas motrices y la mecánica de la revolución rusa.
En tren de desconocer esto, Aricó también se saltea el cambio operado por Lenin en sus Tesis de Abril. En esas tesis, Lenin dice que la "dictadura democrática de obreros y campesinos" que seguían defendiendo los viejos bolcheviques conciliacionistas se había realizado parcialmente después de febrero, pero era una fórmula superada y planteó la orientación de "todo el poder a los soviets". Aricó, corrigiendo el error de la Lección Quinta, rescata la importancia dada por Lenin a los Soviets, pero se olvida de este detalle fundamental, que casualmente selló la confluencia estratégica de Lenin y Trotsky.
Junto con esto, hay operaciones auxiliares en las que se confunden los tiempos y los debates. Por ejemplo, la incorporación de los SR de izquierda al Consejo de Comisarios del Pueblo sería expresión de esta sensibilidad de Lenin hacia el campesinado (habiéndose salteado como ya dijimos las Tesis de Abril), política hacia la que Trotsky no tuvo objeción alguna. O las diferencias en Brest Litovsk eran porque Trotsky esperaba el auxilio de la revolución internacional y Lenin no, cuando la diferencia era sobre si primaban los tiempos políticos o los militares para tomar la decisión.
Reproduciendo y bastardeando la idea gramsciana del "cosmopolitismo" de Trotsky opuesto al carácter "nacional" de Lenin (yo admiro a Gramsci pero en esa se pasó de stalinista) hace una fábula digna de un propagandista del PCA, del que fuera expulsado en los orígenes de Pasado y Presente.
Lo demás sobre el particular, ya lo dijo Eduardo acá.
Pero quedan dos cuestiones más que quisiera tomar. La primera es que si la reflexión que hace el autor tiene que ver con las relaciones de economía y política en el marxismo, para aportar a superar desde el marxismo el hiato que el capitalismo establece entre ambos planos y que se expresa en el sindicalismo y el corporativismo, precisamente el pensamiento de Trotsky rompe en ese aspecto con la tradición evolucionista socialdemócrata que Aricó somete a crítica en todas sus lecciones. No solamente por el cuestionamiento de la revolución por etapas que en Rusia implicaba una revolución burguesa con la socialdemocracia como oposición parlamentaria (posición de los mencheviques y también de muchos bolcheviques entre Febrero y Octubre del '17), sino porque al plantear a la clase obrera como sujeto de la revolución democrático-burguesa sienta las bases desde otros presupuestos teóricos para una estrategia hegemónica de la clase obrera como la que delineó Lenin, porque la clase trabajadora no solamente resolvería las tareas que corresponden a su interés de clase entendido de manera coporativa sino las que hacen al "movimiento en su conjunto" como decía Marx.
En segundo lugar, Aricó ni se plantea la cuestión de las consecuencias teóricas de la confluencia estratégica entre Lenin y Trotsky. Efectivamente no hubiera sido muy realista esperar que Lenin hubiese dicho "muchachos, Trotsky tenía razón con su teoría de la revolución permanente", pero lo cierto es que las consecuencias teóricas de la revolución rusa (Trotsky enfatizó la importancia de sus lecciones estratégicas antes de elaborar la versión más completa de su Teoría de la Revolución Permanente) hacía también al marco estratégico posterior a 1917 y la adherencia dogmática del viejo bolchevismo a la concepción de la "dictadura democrática de obreros y campesinos" facilitó la política etapista hacia la revolución china de 1925-1927 y más en general la deriva centrista de la III Internacional después de 1923.
martes, 24 de abril de 2012
El guardián del hielo (Poema de José Watanabe)
Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.
Oh cuidar lo fugaz bajo el sol...
El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil.
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.
No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
yo soy el guardián del hielo.
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.
Oh cuidar lo fugaz bajo el sol...
El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil.
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.
No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
yo soy el guardián del hielo.
lunes, 23 de abril de 2012
Lenin, teoría y política hegemónica (a propósito de las Lecciones Cuarta y Quinta de José Aricó)
En este caso, abordaremos las Lecciones Cuarta y Quinta, que mantienen una continuidad. La sexta la tomaremos en un próximo post, por el debate sobre Trotsky, que requiere detenerse en varias cuestiones.
Aricó rescata, igual que en su Marx y América Latina, los intercambios de Marx y Engels con los populistas rusos, para oponerlos a la filosofía de la historia socialdemócrata, que consideraba que todos los países debían pasar por el mismo proceso que Inglaterra. Aclara que el debate entre marxistas y populistas no era sobre si el capitalismo iba a penetrar y dominar en Rusia, sino acerca del impacto que tendría este proceso en el campo, los tiempos con que se daría y qué sujeto dirigiría la revolución.
Presenta a Lenin como una excepción en el marxismo ruso, en tanto su crítica del punto de vista populista parte de distintas consideraciones teóricas que la socialdemocracia tanto en su vertiente "revisionista" como "ortodoxa": Lenin, basándose en el Libro II de El Capital, retoma la idea de que el capitalismo en su expansión subsume los modos de producción anteriores, dando lugar a combinaciones originales, que pueden estudiarse mediante la categoría de "formación económico-social". De esta forma, la variedad histórica no es la negación de la doctrina ("revisionistas") ni una mera confirmación ("ortodoxos"). El marxismo debe estudiar las peculiaridades del desarrollo histórico que operan al nivel de una formación económico-social determinada que parte desde la estructura de clases hasta la determinación del carácter de la revolución y el sujeto que la dirigirá. Aricó opone este punto de vista histórico concreto al modelo de desarrollo "a la inglesa" extraído por la socialdemocracia del Libro I de El Capital, contra cuya transformación en una filosofía de la historia "suprahistórica" ya alertaba Marx en su carta a la revista rusa Otiechéstvennie Zapiski.
Este rescate de Lenin como teórico es muy atractivo y resulta pertinente porque establece una relación entre teoría y estrategia, en la cual la claridad teórica relativa fue una condición para la formulación de una estrategia adecuada a las condiciones de la lucha de clases en Rusia (hegemonía de la clase obrera en la revolución democrática contra la autocracia, tomando las demandas de todos los sectores oprimidos, como "tribuno del pueblo", según la formulación del ¿Qué Hacer?)
Aricó remarca esta unidad de ciencia y revolución y su expresión en ¿Qué hacer? en el rechazo no de la espontaneidad de la lucha obrera sino del espontaneísmo teórico: "en primer lugar, el hecho de conocer profundamente el análisis que del proceso de reproducción del capital social global hace Marx lo llevó [a Lenin] a excluir de antemano toda hipótesis catastrófica, pero además lo llevó a reconsiderar la relación entre el capital y el trabajo como el punto central de referencia para un reconocimiento analítico del conjunto de las relaciones de clase que existían en una formación económico-social determinada. De allí, entonces la afirmación del carácter irreductiblemente político de la acción de la clase obrera rusa, lo que en ese caso significaba la imposibilidad total de separar la lucha por el socialismo, la lucha por la libertad política, de la lucha económica; en otras palabras la lucha social en Rusia adquiría necesariamente el carácter de una lucha por reivindicaciones económicas y políticas y todo intento de superar esta estrecha relación entre ambas conlleva el riesgo de conducir a una tradeunionización de la clase obrera rusa." (pag 159)
De esta forma, el análisis concreto de la situación concreta que supone la utilización por Lenin del Libro II de El Capital, la categoría de formación económico-social y la explicitación de las condiciones del desarrollo del movimiento obrero en Rusia, le permiten a Lenin adquirir un punto de vista distinto del evolucionismo socialdemócrata que trazaba una continuidad abstracta entre desarrollo del capitalismo, crecimiento numérico del proletariado e influencia de la socialdemocracia.
Aricó intenta resaltar el nexo entre teoría y estrategia cuando sostiene que Lenin concibe la conciencia de clase como conocimiento de la totalidad de las relaciones operantes en la formación económico-social, desplazando del centro la contradicción entre capital y trabajo entendida en forma corporativa. De esta forma, liga la conciencia de clase con la estrategia de hegemonía obrera en la revolución, mediante la conformación de una organización partidaria que se basa en un conocimiento científico de la realidad en la que opera.
Esta lectura, si bien tiene el mérito de buscar el fundamento teórico de la estrategia política de Lenin, es unilateral para dar cuenta del nexo establecido por el propio Lenin acerca de las relaciones entre espontaneidad y conciencia. En efecto, Lenin amplió e introdujo mediaciones en la concepción expresada en el ¿Qué Hacer? después de 1905, ya que la experiencia histórica de la revolución rusa aportó una institución novedosa que no encajaba exactamente ni en el sindicato ni el partido: el soviet, institución clave de la revolución rusa, que expresaba en su propia existencia el pasaje de la lucha económica a la lucha por el poder y Lenin posteriormente incorporaría en su teoría política como base del estado proletario en El Estado y la Revolución. De esta forma, la relación discontinua entre desarrollo del capitalismo, crecimiento de la clase obrera e influencia del marxismo, en que Lenin fundamentaba la necesidad de una estrategia hegemónica que superara el tradeunionismo, se hace más compleja, incorporando la potencialidad creadora de la clase obrera a un nivel en el cual lo "espontáneo" está más cerca de lo "conciente" y el partido actúa con más eficacia en esa mayor proximidad.
De esta forma, el análisis concreto de la situación concreta que supone la utilización por Lenin del Libro II de El Capital, la categoría de formación económico-social y la explicitación de las condiciones del desarrollo del movimiento obrero en Rusia, le permiten a Lenin adquirir un punto de vista distinto del evolucionismo socialdemócrata que trazaba una continuidad abstracta entre desarrollo del capitalismo, crecimiento numérico del proletariado e influencia de la socialdemocracia.
Aricó intenta resaltar el nexo entre teoría y estrategia cuando sostiene que Lenin concibe la conciencia de clase como conocimiento de la totalidad de las relaciones operantes en la formación económico-social, desplazando del centro la contradicción entre capital y trabajo entendida en forma corporativa. De esta forma, liga la conciencia de clase con la estrategia de hegemonía obrera en la revolución, mediante la conformación de una organización partidaria que se basa en un conocimiento científico de la realidad en la que opera.
Esta lectura, si bien tiene el mérito de buscar el fundamento teórico de la estrategia política de Lenin, es unilateral para dar cuenta del nexo establecido por el propio Lenin acerca de las relaciones entre espontaneidad y conciencia. En efecto, Lenin amplió e introdujo mediaciones en la concepción expresada en el ¿Qué Hacer? después de 1905, ya que la experiencia histórica de la revolución rusa aportó una institución novedosa que no encajaba exactamente ni en el sindicato ni el partido: el soviet, institución clave de la revolución rusa, que expresaba en su propia existencia el pasaje de la lucha económica a la lucha por el poder y Lenin posteriormente incorporaría en su teoría política como base del estado proletario en El Estado y la Revolución. De esta forma, la relación discontinua entre desarrollo del capitalismo, crecimiento de la clase obrera e influencia del marxismo, en que Lenin fundamentaba la necesidad de una estrategia hegemónica que superara el tradeunionismo, se hace más compleja, incorporando la potencialidad creadora de la clase obrera a un nivel en el cual lo "espontáneo" está más cerca de lo "conciente" y el partido actúa con más eficacia en esa mayor proximidad.
viernes, 20 de abril de 2012
Viernes (efeméride)
Semana larga. Somos un grupo de gente que soluciona todo tipo de problemas ¿Le suena? Cumpleaños de El Gran Pez. Las costumbres y los objetos sobreviven a las personas, igual que la pertenencia a un clan que mezcla cine, literatura y códigos guerreros.
jueves, 19 de abril de 2012
miércoles, 18 de abril de 2012
lunes, 16 de abril de 2012
La "expropiación" de YPF y el nuevo escenario político
Acá, el texto completo del proyecto de ley anunciado hoy por CFK. Acá, el comunicado del PTS al respecto. La medida, no es, parafraseando a Trotsky, "socialista, ni comunista" pero tampoco se puede calificar de una medida de "defensa nacional altamente progresista", como definió Trotsky las expropiaciones del petróleo realizadas por Cárdenas en 1940.
Yendo al texto mismo de la ley, el proyecto no define la renacionalización y reestatización de YPF, sino la compra por el Estado nacional del 51% de las acciones del total de la compañía, representado en igual porcentaje de acciones "clase D" (según el estatuto de YPF, todas aquellas convertidas en tales por transferencias de acciones "A" del Estado nacional, "B" de tenedores de bonos o titulares de acreencias por regalías o "C" de empleados en el régimen de Propiedad Privada Participada), pertenecientes a Repsol, que se subdividirá en 51% para el Estado nacional y 49% para los gobiernos provinciales. La expropiación será con pago, la empresa seguirá siendo una Sociedad Anónima y tendrá como método la asociación con el capital privado "nacional o extranjero" (Art 2, Art 3 Inciso c), Art. 17) para distintos objetivos que van desde el principal de garantizar el autoabastecimiento energético hasta el más mínimo de garantizar la continuidad jurídica y operativa de la empresa, pasando por la exploración y explotación de hidrocarburos no convencionales. Repsol mantendrá un ínfimo porcentaje, Eskenazi alrededor del 20%, y un 17% será capital flotante en la Bolsa.
O sea que los fachos que dicen que esto es "socialismo" y los progres que dicen que es todo el "socialismo que se puede conseguir", mejor lean el texto de la ley, que es una expropiación con pago en miras a nuevas asociaciones con el capital extranjero.
Aclarado este tema, analicemos un poco el escenario político que se abre. Con esta política el gobierno retoma a su manera un punto de la agenda histórica de la centroizquierda de filiación peronista, luego de arrancar el año en el centroderecha (sintonía fina) y haber pasado por sucesivas crisis políticas (Escándalo en la legislatura de Santa Cruz, crisis política por salida a la luz del Proyecto X de Gendarmería, consecuencias políticas del crimen social de Once, escándalo de Boudou y salida de Righi, entre los más importantes). Es sintomático en este sentido que distintos referentes de la centroizquierda y también grupos populistas salgan a apoyar la "expropiación" de CFK.
Dependerá de la resistencia que opongan Repsol y el Estado español si el tema abre nuevas crisis políticas y mayor polarización social o se terminará arreglando con una negociación sobre los términos del pago de las acciones de Repsol. Sin embargo, esta expropiación amañada abre varias discusiones que deben ser aprovechadas por los trabajadores y el pueblo. Por ejemplo, si CFK puede "expropiar" YPF ¿por qué el gobernador Sapag no puede completar el trámite de la ley de expropiación de Zanon? Y más en general todas las empresas recuperadas por sus trabajadores pueden y deben pasar a la ofensiva por sus reivindicaciones. Volviendo al caso de YPF ¿por qué indemnizar a la Repsol, que ya se dio el gusto de saquear nuestro petróleo hasta el hartazgo? ¿por qué no se puede estatizar al 100% bajo control de los trabajadores? El efecto en lo inmediato será de politización hacia la izquierda de amplias franjas de jóvenes y trabajadores.
En cuanto al rumbo del gobierno, la medida confirma su carácter bonapartista. El gobierno oscila entre la derecha y la izquierda, pivoteando desde el centro, a fin de mejor sostener el respaldo popular (resentido tras la masacre de Once) y ampliarlo en la medida de lo posible, con el limitante de que después del 54% de los votos es más difícil subir que bajar. Sin embargo, la medida no es tomada como parte de una respuesta "por izquierda" a la presión del imperialismo (Cárdenas) sino como un intento de retomar la iniciativa política de parte del propio gobierno, dejando atrás una alianza con una empresa que hasta hace muy poco era uno de sus principales socios. Así como el gobierno no puede hacer una expropiación al 100% y sin pago, que violaría su defensa de la propiedad privada, tampoco puede basar su "gobernabilidad" en medidas ubicadas a la izquierda del espectro político burgués. Necesita abarcar lo más posible de la centroderecha y la centroizquierda y toma alternativamente rumbo hacia un lado o el otro según las relaciones de fuerzas, pero de conjunto queda hoy como un gobierno con una política mayoritariamente conservadora, apuntalada por algunas medidas ligadas a la agenda histórica del "progresismo".
Expropiación sin pago del 100% de YPF bajo gestión de sus trabajadores (comunicado de prensa del PTS)
¡NI UN PESO DE LA ANSES NI DE LAS RESERVAS DEL BANCO CENTRAL PARA LOS SAQUEADORES DE REPSOL!
Expropiación sin pago del 100% de YPF bajo gestión de sus trabajadores
Fecha: Lunes 16 de abril de 2012
(PTS, 16-04-2012) Ante el anuncio de la presidente Cristina Fernández de Kirchner del envío de una ley al Congreso para que el estado tome el control del 51% de YPF, Christian Castillo, dirigente nacional del PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) y ex candidato a vicepresidente por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, señaló que “no se puede premiar a Repsol pagándole con la plata de los jubilados, que en un 80% cobran una jubilación mínima de hambre, o con las reservas del Banco Central, después de años de saqueo. Desde el PTS planteamos que YPF en su conjunto debe ser expropiada sin pago y gestionada por sus propios trabajadores. Repsol giró en estos años en concepto de utilidades desde nuestro país casi 14 mil millones de dólares, dinero que utilizó para ampliar los negocios de la empresa en otros países, mientras dejaba de lado las tareas de exploración de nuevos pozos, algo indispensable para mantener el nivel de las reservas. Su ganancia neta, es decir descontando lo que puso por la compra de la empresa, fue nada más y nada menos que de 8 mil millones de dólares. El kirchnerismo no solo avaló activamente en su momento la privatización de YPF sino que en los nueve años que lleva en el poder fue cómplice del saqueo practicado por Repsol y otras empresas imperialistas y bendijo a Eskenazi para que se haga con el 25% de las acciones de la empresa sin poner prácticamente un solo peso, ya que pagó su parte con las mismas utilidades de la empresa. Rechazamos todas las amenazas del gobierno imperialista español y de sus socios de la Unión Europea. A la vez denunciamos que el gobierno no solo se apresta a pagarles a los saqueadores sino que su busca la asociación del estado con otras empresas imperialistas, siguiendo el modelo de Petrobrás, que dejaría en poder de nuevos saqueadores gran parte parte de la renta petrolera y gasífera.”
Secretaría de Prensa del PTS - Partido de los Trabajadores Socialistas en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores
viernes, 13 de abril de 2012
Viernes (bajo el signo de Lisbeth Salander)
Semana despareja entre la práctica budista de dejarse estar en la enfermedad y la lectura compulsiva de los infortunios de Lisbeth Salander, erigida en una especie de hada protectora. ¿Otra mina más que te proteja? comentario irónico del que se dice el contenido pero no el autor. Cumpleaños de Julio y el Seba, que pilotean la dialéctica hostil de buenas y malas rachas con estilo y van recopilando material para nuevas conversaciones. Similitudes entre La Reina en el Palacio de las Corrientes de Aire y La Vuelta de Martín Fierro. Debe tener Salander escuela, iglesia y derechos. Son los límites del progresismo políticamente correcto...
martes, 10 de abril de 2012
Escaramuza por la dialéctica (a propósito de la Lección Tercera de José M. Aricó)
Debo reconocer que el "iluminismo" que criticamos acá y acá fue bastante matizado por José Aricó en su Lección Tercera, que continúa los temas de la segunda. Especialmente la idea que rescatábamos de Engels y Trotsky sobre el desfasaje entre la economía y la política de masas, es de algún modo planteada por Aricó cuando sostiene que la socialdemocracia del Siglo XIX no percibió que la época estaba cambiando, salvo Bernstein pero con conclusiones incorrectas, y que esto sucede porque la conciencia de los hombres va por detrás del desarrollo de los hechos y más en particular por la adaptación de la socialdemocracia alemana al sistema político prusiano. También resulta interesante la discusión sobre la lectura bernsteiniana de la contradicción entre igualdad política y desigualdad social, que lleva a postular una contradicción entre la democracia burguesa y el capitalismo, liquidando el núcleo crítico de la teoría de Marx, que plantea que la contradicción entre "constitución y capitalismo" recorre a la constitución misma.
A propósito de esta discusión, Aricó explica que el trabajo abstracto no es una categoría producto de una abstracción mental, sino que el trabajo deviene abstracto en una sociedad basada en el intercambio de mercancías, por lo cual no es una categoría externa al proceso histórico, que cumpliría la función de mejor explicar algo de manera racional sino una construcción teórica producto del develamiento de una relación social. Desde este ángulo, Aricó traza la crítica tanto de las corrientes reformistas que ubicaron la desigualdad social en el terreno de la desigualdad en el consumo y no en el de la producción de plusvalor, como de la socialdemocracia que interpretó en clave del materialismo pre-marxista la teoría de Marx y perdió de vista su crítica del fetichismo y la alienación.
Al final del capítulo, hay una breve explicación de Aricó sobre la esterilidad de las "leyes de la dialéctica" como forma abstracta de cualquier tipo de movimiento, en un sentido similar a la crítica realizada por Marx de la dialéctica hegeliana en Miseria de la Filosofía. Si bien en líneas generales puede suscribirse esta crítica, que se aplica en primer término a los manuales de filosofía confeccionados por los stalinistas, vuelve a quedar planteada la discusión sobre la relación entre Marx y la dialéctica, que Aricó había tomado alrededor de cuestiones de contenido en la Lección Primera y que el marxista cordobés busca resolver planteando que lo central en Marx es la dialéctica de los análisis históricos concretos y las formaciones económico-sociales concretas.
Más allá de que se considere a Hegel el creador de una "lógica de la pasión" (como decía Héctor Raurich) o un pecho-frío que ve silogismos por todas partes (como dicen los anti-hegelianos y autonomistas), la dialéctica de Marx no deja de estar emparentada con la de Hegel y el propio ejemplo que presenta Aricó alrededor de la categoría de trabajo abstracto sirve para plantear la discusión.
En primer lugar, Marx busca poner en evidencia el mecanismo por el cual relaciones entre los hombres se vuelven independientes de su voluntad y aparecen como relaciones entre cosas. Para esta tarea, el materialismo ilustrado, que remite las ideas a su base material no es suficiente, sino que es necesario explicar "el desgarramiento de la base consigo misma" como dice Marx en las Tesis sobre Feuerbach.
En segundo lugar, Marx une el conocimiento científico con el develamiento de una relación social que se presenta como transparente pero es opaca y esconde su verdadera naturaleza. Y esa "verdadera naturaleza" incluye su apariencia "falsa". Esto remite a la relación entre certeza y verdad elaborada por Hegel y retomada por Karel Kosik en su Dialéctica de lo concreto, la cual se basa a su vez en El Capital.
En tercer término, hay una relación en Marx entre el "concreto pensado" y el "concreto real": si bien para Marx, a diferencia de Hegel, no son lo mismo, la construcción teórica responde a la necesidad de dar una explicación científica de un proceso real. En este sentido, la teoría no es una mera interpretación y tampoco es el reflejo de lo que ocurre fuera de la consciencia, sino la construcción de categorías determinadas que existen previamente como prácticas histórico-sociales, que la teoría somete a crítica (por ejemplo el trabajo abstracto), con independencia de que el orden en que se expone la teoría no necesariamente repite el proceso histórico (diferencia entre enfoque lógico e histórico que también se plantea en la Fenomenología del Espíritu cuando se alude a la presentación de la cultura bajo la forma de conos de sombras que resumen la experiencia previa de la humanidad).
En resumen, la dialéctica puesta en práctica por Marx está emparentada con la de Hegel pero no juega el rol de una justificación de la filosofía de la historia. Por el contrario, es un arma poderosa para la crítica del fetichismo.
Como Aricó tiende a adjudicarle a Engels la posición del stalinismo, me parece que cabe meter algunos elementos más sobre este tema.
La "concepción general dialéctica" de la que se burla Aricó, supuestamente postulada por Engels desde una lectura positivista (expuesta en un libro polémico y en otro que el autor no publicó, o sea el Anti-Duhring y la Dialéctica de la Naturaleza), obedece a la relación de afinidad del marxismo con el proceso de secularización y avance de la ciencia en detrimento de la religión. Que la "concepción general dialéctica" así como la "filosofía de la praxis" no hayan pasado de ciertos fundamentos planteados en Las Tesis sobre Feuerbach o el mismo Anti-Duhring (muchos de estos últimos rescatados por el "anti-engelsiano" Gramsci en sus Cuadernos de la Cárcel) y no se hayan podido desarrollar en términos de una "cosmovisión" completa, se debe por un lado a que el carácter histórico del marxismo implica también su carácter incompleto, lo cual es condición indispensable para que dé nuevos desarrollos teóricos y por otro a que las ciencias están en manos en su mayor parte de personas más o menos enemigas del marxismo y la dialéctica, con lo cual la confluencia deseada por Engels se ha dado sólo parcialmente y en caso muy contados. Al respecto algo dijimos acá.
Entonces, retomando lo que decía Mihailo Markovic, la apuesta más difícil para el marxismo es encontrar un punto de equilibrio entre el total escepticismo respecto a todo principio unificador de las ciencias y la idea de la dialéctica como un conjunto de leyes acríticas del universo, la naturaleza y la sociedad. Para esto es necesario poner de relieve los matices y tensiones internas del concepto de "ciencia" en Marx. Pero ese es tema de otro post.
lunes, 9 de abril de 2012
Viernes (diferido)
Fin de semana largo, recopilando noticias de compañeros que van a visitar a su familia y se encuentran con la Guardia de Infantería custodiando los barrios sin luz ni agua, en una curiosa versión del Nunca Menos. Las "catástrofes naturales" tienen un particular instinto para caer de un lado específico de la división territorial de clases.
sábado, 7 de abril de 2012
jueves, 5 de abril de 2012
Una crítica "iluminista" de la historia del marxismo (sobre la Lección Segunda de José Aricó)
La Lección Segunda toma con bastante eficacia una discusión metodológica acerca de que el método de Marx no era un a priori, dentro del cual se injertan luego los contenidos, a la manera de las monografías universitarias. Aricó desarrolla bien cómo Marx trabaja con una hipótesis (que el funcionamiento del capitalismo supone una contradicción insalvable que se expresa como lucha de clases), pero la comprueba a través de la crítica de la economía política, que devela el misterio del fetichismo de la mercancía y la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, condición de posibilidad para la transformación revolucionaria de la sociedad burguesa.
La discusión de que El Capital no es un proyecto terminado, dado que Marx no cumplió su plan original que llegaba hasta el mercado mundial y el Estado, presente en la primera lección y también en la segunda, si bien es correcta no necesariamente lleva a la misma conclusión de Aricó: que los marxistas lo creyeron "terminado" y por eso lo tomaron como una Biblia interpretada en clave positivista, de la cual extrajeron una serie de leyes naturales.
El llamado "período de sistematización" posterior a la muerte de Marx y coincidente en parte con los últimos años de Engels es expresión por sí mismo de que, más allá de las mejores o peores lecturas de El Capital, marxistas como Plejanov o Antonio Labriola, además de Engels obviamente, consideraron necesario desarrollar la teoría marxista en distintos aspectos no del todo sistematizados por Marx.
La interpretación "evolucionista y gradualista" (nótese que desde este ángulo, tanto Bernstein como Kautsky compartían la idea de el proletariado nadaba con la corriente del desarrollo histórico) tiene más que ver con una adaptación a las varias décadas de crecimiento del capitalismo en que se consolidó la socialdemocracia que con ciertos obstáculos epistemológicos, existentes, pero no más fuertes que las fuerzas materiales a las que estaba sometida la evolución del movimiento socialista.
Teniendo en cuenta lo anterior, no parece hacer justicia a Engels la afirmación de que los socialistas tomaron el Anti-Duhring como una Biblia, por oposición a El Capital, adjudicando a Engels un espíritu positivista y evolucionista del que Marx carecía. Baste recordar que el Anti-Duhring es una obra polémica y no una exposición dogmática de puntos de vistas abstractos, al punto de que muchas de sus discusiones son incomprensibles sin tener en cuenta la polémica con Duhring, que dicho sea de paso, repetía muchos lugares comunes contra la dialéctica, el materialismo y el marxismo, que todavía mucha gente sostiene sin sonrojo alguno.
En este sentido, el Prólogo a la edición de 1895 de La Lucha de clases en Francia, que Aricó toma como central para definir el evolucionismo socialdemócrata, es tratado superficialmente, en tanto que Engels en ese texto no hizo más que pasar en limpio conclusiones de las experiencias de lucha de clases de los años previos. Aricó lo toma como punto de partida de los desarrollos de Bernstein, pero subestima la calidad distinta de las posiciones de Engels y la de Bernstein: mientras Engels hacía hincapié en la táctica, Bernstein planteaba una liquidación de la estrategia de poder obrero (que en esa época no tenía el desarrollo que tuvo después con la Tercera Internacional). El razonamiento de que si la táctica debe cambiar es porque la estrategia se demostró errónea, es a primera vista falaz, en tanto las relaciones de táctica y estrategia no tienen una jerarquía reversible. La estrategia prima sobre la táctica y puede permanecer intocada en tanto las tácticas pueden modificarse con más libertad, siempre y cuando el marco estratégico se mantenga igual.
Visto retrospectivamente, el marco estratégico de la II Internacional estaba cambiando por la consolidación del imperialismo, pero esto se manifestaría con toda crudeza recién en el estallido de la Primera Guerra Mundial. Siguiendo la propia idea de Engels, retomada por Trotsky, de que la política está siempre rezagada respecto de los procesos de la economía, la "foto" que planteaba Engels en su prólogo (táctica electoral y crecimiento orgánico), se volvió parte de un movimiento socialista, que se adaptó a la "película" del desarrollo capitalista, anulándose como partido revolucionario. Esta desigualdad entre el desarrollo del capitalismo y el del marxismo como teoría y movimiento social, remite a la separación entre economía y política en el capitalismo que dicho sea de paso motiva la reflexión de Aricó. Y está en la base de las dificultades que tiene la clase obrera para dotarse de un estado mayor y se harán patentes en los primeros años de la Tercera Internacional, que tuvo que lidiar al mismo tiempo con el estallido de la revolución y el de la socialdemocracia
Por último, me parece que Aricó (contrariamente a sus propias concepciones manifiestas) tiende a desarrollar una crítica "iluminista" del marxismo posterior a Marx: ubica la ignorancia del verdadero sentido del proyecto teórico de Marx en El Capital como la causa de los errores "fatalistas" y "derrumbistas" de la II y la III Internacional respectivamente. Además de que esto implica hacer abstracción de los desarrollos teóricos de ambas corrientes (no eran Marx, pero alguna deben haber pegado, ¿no?), le asigna valor nulo a la relación entre el cuerpo teórico del marxismo y su desarrollo como corriente política, en el cual un problema central es el de las relaciones de oposición e integración con la sociedad burguesa de la segunda mitad del Siglo XIX, que plantea la necesidad de revolarizar la cuestión de la estrategia en el marxismo, tarea acometida por Lenin, Trotsky y la III Internacional en pleno Sturm und Drang de la revolución.
miércoles, 4 de abril de 2012
martes, 3 de abril de 2012
lunes, 2 de abril de 2012
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