A propósito de la lectura crítica de Nicolás González Varela sobre el libro El marxismo de Gramsci. Notas de lectura sobre los Cuadernos de la cárcel (Bs. As., Ed. IPS, 2016).
Nicolás González Varela se ha tomado el trabajo de realizar, en cuatro entregas [1], un extenso comentario sobre mi pequeño libro titulado El marxismo de Gramsci. Notas de lectura sobre los Cuadernos de la cárcel. Estoy muy agradecido por su valoración positiva del libro, así como por su iniciativa de utilizarlo como disparador para volver a pensar las afinidades entre las teorías de Trotsky y Gramsci, reflexión sobre la que hago una apuesta, cuestionando la supuesta incompatibilidad entre hegemonía y revolución permanente.
Nicolás (en adelante NGV) realiza asimismo algunas críticas muy pertinentes para profundizar el debate, sobre las que quiero detenerme para continuar la reflexión común. Estas críticas están centradas en dos temas: la cuestión de la posición de Gramsci sobre el stalinismo y los debates sobre la transición en la URSS y la problemática de la hegemonía y las relaciones de fuerzas. Hay otras cuestiones puntuales a las que no nos referiremos porque no ocupan un lugar central en los argumentos del propio NGV [2].