Copio para los amigos una nota de Lucho Aguilar que aporta una buena reflexión histórica para apuntalar la campaña por la libertad de los compañeros de Las Heras:
9 de abril de 1927, Boston, Estados Unidos. Bartolomé Vanzetti aprisiona con sus manos de vendedor de pescado el sombrero que lleva para la ocasión. Hoy es un día importante: el juez va a dictar su sentencia. Tras un juicio absurdo, plagado de torturas y falsos testigos, tras siete años de cárcel, es condenado a la silla eléctrica por un crimen que no cometió. Entonces las palabras de Vanzetti enmudecen la sala. “Si no hubiera sido por esto, podría haber vivido mi vida hasta el final, hablando en las esquinas a los hombres desdeñosos. Habría muerto, desconocido, inadvertido, fracasado. Ahora no hemos fracasado. Esta es nuestra carrera y nuestro triunfo.¡Nuestras palabras, nuestras vidas, nuestros dolores, no son nada! El último momento nos pertenece, la agonía es nuestro triunfo”.
Completo, acá.