martes, 30 de junio de 2015

Con los trabajadores y el pueblo de Grecia contra la Troika



La “troika” bajo la dirección del gobierno alemán y la gran banca imperialista, ha puesto a Grecia contra la espada y la pared. A pesar de las concesiones del gobierno de Syriza, que presentó un plan de recortes que un 90% contemplaba las exigencias de los acreedores, la Europa del capital y el FMI no se dieron por satisfechos. Quieren una rendición total del pueblo griego. No a al chantaje imperialista contra el pueblo griego. No al pago de la deuda y a los planes de austeridad. Reproducimos a continuación la declaración de la Fracción Trotskysta Cuarta Internacional (FT - CI).

lunes, 29 de junio de 2015

Dossier Syriza-PODEMOS

siri

Ante el agravamiento de la situación en Grecia y en el marco del rechazo a la política de la Troika de arrodillar al pueblo griego, a la que el gobierno de Tsipras ha venido haciendo disitintas concesiones; así como ante la creciente orientación de PODEMOS hacia el "centro" ("centralidad del tablero" según Iglesias), compartimos con los lectores de Los Galos de Asterix una compilación de artículos sobre los fenómenos políticos de Syriza y PODEMOS, como aporte a la reflexión. 

Los artículos están ordenados por fecha, del más reciente al más antiguo y se agregan las versiones en otros idiomas cuando existen. 








viernes, 26 de junio de 2015

La Potencia del Maestro Ignorante (sobre un libro de Jacques Rancière)

No suelo adjetivar en exceso cuando comento libros (ej. "un brillante libro de..."), pero El Maestro Ignorante de Jacques Rancière me pareció realmente un libro fabuloso. 

Rancière rescata la experiencia de Joseph Jacotot, intelectual igualitarista radical que, estando exiliado en Bélgica, en 1818  enseñó el francés a los estudiantes de la Universidad de Lovaina, sin saber una palabra de flamenco, solamente con una versión bilingüe del Telémaco de Fénelon

Rancière, que en La lección de Althusser había criticado con ferocidad a la "casta" de intelectuales universitarios autodefinidos como depositarios del saber, reivindica con entusiasmo y admiración la concepción desarrollada por Jacotot y su "método de enseñanza universal", cuya máxima era "se puede enseñar lo que se ignora", la cual se remitía a la premisa más revolucionaria del "método": la igualdad de las inteligencias.

Desde esta concepción ultra igualitarista, Rancière defiende, comentando e interpretando a Jacotot, un método alternativo al del "maestro explicador" (que sabe) y le enseña al alumno ignorante (que no sabe), que es el que el progresismo iluminista reproducía, con las mejores intenciones de "instruir" al "hombre del pueblo", pero extendiendo hasta el infinito la desigualdad entre el que sabe y el que no. 

El "maestro ignorante" no busca "enseñar" sino espolear la voluntad del alumno para que aprenda por sus propios medios (como todo ser humano tiene que hacer hasta que alguien le dice que en vez de aprender solo necesita alguien que le explique). La relación "pedagógica" no se establece entre una inteligencia superior y una inferior sino entre dos voluntades y dos inteligencias: 

En el acto de enseñar y aprender hay dos voluntades y dos inteligencias. Se llamará atontamiento a su coincidencia. En la situación experimental creada por Jacotot, el alumno estaba vinculado a una voluntad, la de Jacotot, y a una inteligencia, la del libro, enteramente distintas. Se llamará emancipación a la diferencia conocida y mantenida de las dos relaciones, al acto de una inteligencia que sólo obedece a sí misma, aunque la voluntad obedezca a otra voluntad (...) se puede enseñar lo que se ignora si se emancipa al alumno, es decir si se le obliga a usar su propia inteligencia. Maestro es el que encierra a una inteligencia en el círculo arbitrario de dónde sólo saldrá cuando se haga necesario para ella misma. Para emancipar a un ignorante, es necesario y suficiente con estar uno mismo emancipado, es decir, con ser consciente del verdadero poder del espíritu humano.

En un contexto en que las políticas educativas nacionales e internacionales realizan la curiosa (aunque no tanto) yuxtaposición de una educación primaria y secundaria que sirve principalmente para después ir a buscar trabajo y una educación universitaria con fuerte inclinación a la autolegimitación del academicismo, la voz solitaria de Jacotot, rescatada por Rancière no deja de ser interesante. 

Su interés sobrepasa el que puedan tener los compañeros y compañeras dedicados a la tarea docente o la reflexión sobre problemas pedagógicos. Hace a una cuestión más global que es la de la lucha por el pleno desarrollo de las capacidades intelectuales de las personas, que es un componente fundamental de la lucha por la emancipación humana.

En este sentido, puede ser productivo pensar las convergencias y divergencias entre Marx y Jacotot (o el Jacotot narrado por Rancière).

En la tercera de sus Tesis sobre Feuerbach, Marx señala: 

La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la división de la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (así, por ej., en Roberto Owen). La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria.

Según Rancière, Jacotot no estaba en contra de la "práctica revolucionaria" (había sido artillero del ejército francés en 1792, instructor militar en la Oficina de las Pólvoras, nombrado por la Convención y muchas cosas más) y (agrego) coincidiría con Marx en el rechazo a la concepción que "divide a la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad". La diferencia es que para Jacotot, la emancipación intelectual es independiente de los proyectos colectivos, considerando la sociedad como una ficción arbitraria basada en la desigualdad, que siempre será reemplazada por otra de similares características.

No obstante esta disociación entre emancipación intelectual y transformación social, el rescate por Rancière de Jacotot desde la apuesta al desarrollo de la "potencia intelectual" de la persona común aporta a la reflexión sobre la lucha por el desarrollo de una "intelectualidad obrera". Y no casualmente, en todos los períodos en que surgieron tendencias a la autonomía e independencia de la clase obrera y su constitución como sujeto revolucionario, surgieron expresiones en tal sentido.

Si entendemos el comunismo como la liberación progresiva de la humanidad respecto de todas las formas de trabajo "forzado", en el marco de la liquidación de la propiedad privada, las clases y el Estado, esta liberación material es la base para el máximo desarrollo de las capacidades humanas y esto incluye la "emancipación intelectual" (que la gente tome conciencia a través de su propia experiencia de que puede pensar y aprender "con su propia cabeza") como parte fundamental de este proceso de liberación humana.

miércoles, 24 de junio de 2015

Las PASO del FIT


Por Fernando Rosso

El próximo 9 de agosto los votantes del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) encontrarán en los 24 distritos de todo el país dos opciones para elegir la fórmula presidencial. A su vez, ambas listas tendrán también sus respectivos candidatos para el Parlasur por distrito único nacional.

jueves, 11 de junio de 2015

Althusser ... ¿ganó la guerra?

                            

Hemos comentado, en dos posts anteriores de este blog, el libro La lección de Althusser de Jacques Rancière (1974). 

En esta ocasión comentaremos El Estructuralismo y la miseria de la razón de Carlos Nelson Coutinho (1972), ya que si bien ambos trabajos tienen enfoques diferentes, también tienen coincidencias notables, a partir de las cuales intentaremos concluir con una reflexión sobre la superviviencia sui generis del "althusserismo".

Coutinho intentaba en su trabajo hacer una crítica del estructuralismo como corriente más de conjunto, frente al peso conquistado por éste en Brasil a principios de los '70.

Inspirado en el trabajo de Lukacs La destrucción de la razón (antes de volcarse al estudio en profundidad del pensamiento de Gramsci), el intelectual brasileño buscaba establecer el lugar del estructuralismo en la historia del desarrollo e involución del pensamiento burgués

En este marco plantea una diferencia entre el pensamiento burgués "progresista" (hasta Hegel) y el decadente o reaccionario que incluye las más variadas formas de irracionalismo y agnosticismo. Coutinho ubica como ejes del pensamiento progresista de la burguesía revolucionaria: el humanismo, el historicismo concreto y la razón dialéctica. 

A través de estos parámetros, somete a crítica las posiciones irracionalistas como las "cientificistas" que caen en un parcialización del pensamiento teórico y limitan la razón a conocimientos específicos, dejando como "incognoscible" la totalidad. De esta forma, llega a algunas conclusiones similares a las de Rancière pero a través de un recorrido bastante diferente. 

El mérito de este "clásico" de Coutinho consiste en la búsqueda de una "tercera posición" (marxista) entre el estructuralismo y su contraparte humanista. 

Sin embargo, debemos señalar algunos aspectos que podrían ser puntos flacos:  

-Cierta rigidez en su periodización (hasta 1848 pensamiento burgués progresista y en adelante solamente pensamiento burgués reaccionario).  Ligado a esto, su concepto de pensamiento "progresista" (retomado de Lukacs y también de las críticas de Marx a la evolución del pensamiento burgués durante el siglo XIX) si bien en líneas generales es correcto resulta un tanto problemático. 

-Ubicándose desde la defensa del legado del "pensamiento burgués progresista", está siempre al filo de ubicar al marxismo como "ala izquierda" de tal pensamiento. En el contexto de la "guerra fría" y los partidos comunistas reformistas de Europa Occidental con un discurso en tal sentido, deja planteada la pregunta de hasta dónde esa comprensión de la relación entre "progresismo" y marxismo no estaba condicionada por el marco estratégico de la segunda posguerra. 

-En relación con esto, la valoración de la epistemología como expresión sin más de la "miseria de la razón", por desplazarse de la ontología a los "límites del conocimiento" si bien tiene un punto de debate fuerte contra el positivismo lógico, es demasiado abarcativa en cuanto al conjunto de la epistemología, que ha tenido desarrollos convergentes con el marxismo, como la epistemología genética y constructivista o la teoría de los programas de investigación. Esto tiene a su vez una expresión complementaria en una defensa un poco excesivamente entusiasta de la "teoría del reflejo" como base de una concepción marxista de la objetividad del conocimiento, o en que le dé la razón parcialmente a Althusser en sus críticas al "subjetivismo" de Gramsci.

No obstante esto, Coutinho debate con mucha eficacia los presupuestos del estructuralismo, poniendo de relieve que la identificación de ciertas operatorias que pueden ser extrapoladas desde el lenguaje al conjunto de la actividad social, implica una reducción de la praxis como transformación de la realidad en lucha por la totalidad, a una praxis esencialmente manipulatoria (es decir, aquella que se desarrolla dentro de los límites de la alienación y el fetichismo, sin proponerse trascenderlos). 

En cuanto a la teoría de Althusser, Coutinho destaca los elementos que constituyen el "marxismo" de Althusser en una variante del estructuralismo y la "miseria de la razón": 

-Separación absoluta de "materialismo histórico" y "materialismo dialéctico", que implica una negación de la dimensión ontológica de la filosofía marxista. 

-Reducción de la filosofía marxista a una epistemología neopositivista, en la que lo central pasa por la construcción de conceptos formalmente válidos.

-Lectura de El Capital y los Grundrisse en clave de una teoría formalista de la ciencia, en la que, además de rechazar los textos "juveniles" de Marx, postula la distinción entre el "concreto pensado" y el "concreto real" como una distinción absoluta, en la que el objeto de El Capital pasa a ser la construcción de una estructura conceptual y no la dilucidación de las relaciones sociales que dominan en la sociedad capitalista y sus contradicciones.

-Una concepción de la historia similar a la de Michel Foucault, justificada en la afirmación de que en Marx no habría una teoría de la historia. 

-Una reducción del trabajo y la praxis al trabajo alienado y la praxis manipulatoria. 

-Una reducción de la ideología a "falsa conciencia" y por ende una liquidación de la capacidad liberadora de la praxis (que como ya dijimos queda reducida a praxis manipulatoria en el marco de la oposición formal entre juicios de hecho y juicios de valor).

Desde el punto de vista social, Coutinho señala sobre Althusser: 


Nos parece que no hay dudas de que su marxismo estructuralizado es una respuesta espontaneísta a un período de estabilización y de "seguridad" capitalistas; corresponde a una tendencia burocrática del movimiento obrero y, por eso, asimila un tipo de racionalidad, que como vimos es propia de la praxis burocrática y manipulatoria. (Coutinho, Carlos Nelson. O Estruturalismo e a Miséria da Razão, Ed. Expressão Popular, São Paulo, 2010, pág. 184)

Estas conclusiones coinciden con las de Rancière que, inspirado por la revolución cultural china, el movimiento del mayo del '68 y la toma de la LIP, resaltaba el rol social y políticamente conservador del "althusserismo" ante la lucha de clases del período que va del '68 al '74 y asimismo su rol legitimador de las instituciones educativas del Estado, en especial los académicos (mandarines).

Hace mucho que pasó la moda del estructuralismo, que tuvo su propia disolución en las corrientes que lo sucedieron. El "althusserismo" sobrevive a duras penas, a través de quienes reivindican al último Althusser (en parte opuesto a sus "lecciones" de los '60, aunque solamente en apariencia, ver acá). 

Sin embargo, aquello que para Coutinho y Rancière era la marca de su rol conservador y su funcionalidad para representar un discurso de autolegitimación de la casta academicista, resultó ser también el punto fuerte para una supervivencia relativa del "althusserismo". 

Porque, más allá de algunos althusserianos escondidos en la academia, hay un cúmulo de "prácticas althusserianas" que se mantiene vigente y que constituye de algún modo el "quehacer académico" como expresión en el ámbito intelectual de una praxis burocratizada; peor aún, estas "prácticas althusserianas" son sostenidas también por quienes desde el punto de vista teórico pueden ser detractores del "althusserismo": 

-La actividad académica como un fin en sí mismo y desligada de cualquier vinculación con la clase trabajadora.

-La constitución de "comunidades científicas" más destinadas a reproducir ciertos discursos que a producir conocimientos.

-La predominancia de un "método científico" consistente en una abstracción parcializada que otorga un valor sin límites a uno o dos datos aislados y con eso intenta  extraer conclusiones perentorias sobre cuestiones tan complejas como por ejemplo la crisis del marxismo o el surgimiento del stalinismo. 

Estas tres aristas del academicismo parecen darle la razón a Coutinho sobre el abandono del humanismo, el historicismo concreto y la razón dialéctica por parte del pensamiento burgués, que es el que organiza e impone las pautas del trabajo académico (incluido el de los marxistas académicos).

¿Quién podría negar las "afinidades electivas" entre el discurso "científico" althusseriano y el supuesto rigor académico de nuestros días? El "modo de producción de conocimientos" del althusserismo, ¿no tiene su continuación por otros medios (y con otras modas) en el "modo de confeccionar y refritar papers"?

¿El sentido de pertenencia a una casta de mandarines, no se reproduce en un academicismo cuya autovalidación se basa en criterios construidos por sus propios protagonistas en base a regulaciones institucionales impuestas por autoridades que burocratizan el pensamiento y la práctica?

En este sentido, una de las paradojas más grandes del pensamiento academicista de las últimas décadas es la popularidad de Spinoza (quien rechazó de plano un cargo en la Universidad de Heidelberg) entre quienes se sacan los ojos por un cargo universitario, una beca o una renta. 

Contra este tipo de conformismo academicista, trabajos "clásicos" de los '70, como los de Coutinho y Rancière siguen siendo una referencia para repensar la actualidad de la teoría marxista a partir de las polémicas del pasado y su proyección en el presente, para todos aquellos que buscamos la reconstrucción del marxismo no sólo como una teoría sino como movimiento real que busca abolir el estado actual de cosas. 

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Versión en portugués, en Esquerda Diário

Pequeñas miserias de la vida de una cajera de supermercado




Los/as compañeros/as de la Corriente Comunista Revolucionaria del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) de Francia, acaban de estrenar en estos días nuevo sitio web con actualización diaria, acá recomendamos este artículo que habla de la vida cotidiana de una trabajadora de un supermercado, las condiciones de precariedad en que tiene que trabajar, la falta de organización y la competencia entre compañeros que impone la patronal y al final los lazos de solidaridad humana y el sentimiento de empatía, para recuperar la sonrisa. 

Completo, acá.

Videos de la asunción de Myriam Bregman como diputada nacional


martes, 9 de junio de 2015

lunes, 8 de junio de 2015

Elecciones "blindadas" en México (cobertura en La Izquierda Diario)



Miles de policías y militares en las calles del país. Con un alto despliegue represivo, el gobierno de Peña Nieto blindó las elecciones de este 7 de junio, para garantizar su realización, en medio de las protestas que se intensificaron en varios estados del país durante los días previos.

viernes, 5 de junio de 2015

La huelga aceitera y las "posiciones estratégicas" de la clase obrera



Por Roberto Amador y Lucho Aguilar

La huelga general aceitera duró 25 días y logró romper el techo salarial. Los trabajadores aprovecharon sus "posiciones" para paralizar el complejo oleaginoso más grande de Latinoamérica y uno de los centros capitalistas de nuestro país. ¿Cómo tomar esa experiencia para pensar los futuros combates de la clase obrera y la izquierda?

martes, 2 de junio de 2015

Toni Negri con Pablo Iglesias: Di' qualcosa di sinistra!!!!

Por Fernando Rosso y Juan Dal Maso

La entrevista de Pablo Iglesias con Toni Negri en Otra Vuelta de Tuerka se encontraba dentro de lo previsible, aunque permite desarrollar algunas reflexiones. Recomendamos verla completa, antes de leer este post.



Decimos "dentro de lo previsible", porque Negri ya había adelantado acá su posición sobre PODEMOS, que resumidamente consiste en caracterizarlo como una fuerza reformista y a la vez aconsejar que dicha formación impulse "contrapoderes sociales" o un proceso "constituyente" desde abajo. 

Y si bien las partes más interesantes de la entrevista tienen que ver con la vieja militancia de Negri, lo central pasa precisamente por su posiciomiento actual. Ya que Iglesias puede mostrar que su "populismo" cuenta con el apoyo del pope del "marxismo autonomista" y de esa forma reforzar la idea de que PODEMOS es la expresión genuina del proceso del 15M. 

No obstante el rol claramente "instrumental" que tiene la entrevista dentro de la estrategia electoral de Iglesias, podemos analizar algunos elementos que sirven, no tanto para discutir las posiciones del líder de PODEMOS, sobre lo que hemos escrito otras veces (ver acá y acá, por ejemplo), sino más bien analizar el derrotero de Toni Negri y sus actuales posicionamientos. 

A lo largo de su trabajo teórico (recomendamos leer unas críticas acá, acá y acá), Negri ha radicalizado progresivamente una idea que estaba en la base del operaismo italiano: que la modernización y reconfiguraciones del capitalismo son producto de la lucha obrera y no al revés, como se pensaba desde cierto "automatismo" socialdemócrata. Esto hace, por ejemplo, que Negri plantee que "el precariado" no era solamente una política del neoliberalismo para quitar derechos a la clase trabajadora sino también de algún modo una respuesta al rechazo de los obreros por la explotación en la fábrica. O la famosa idea de que "la multitud llamó al Imperio", que Bin Laden supiera hacer entrar en desgracia antes de que tomara la posta George W. Bush... 

En este contexto, animado a su vez por la idea deleuze-althusseriana de construir un materialismo sin dialéctica, pasando del obrero masa al obrero social y después a la multitud, Negri ha ido radicalizando la comprensión de la relación entre el capitalismo y la clase obrera en términos de una exterioridad (a lo que hace referencia en la entrevista cuando menciona a David Harvey y la teoría de la "acumulación por desposesión"), lo cual está bastante bien explicado en un reciente artículo sobre la huelga abstracta

La consecuencia teórica y estratégica de esta exterioridad radical, es una vuelta del reformismo y el programa mínimo. Aunque esta afirmación pueda sonar brutal, no por eso deja de ser cierta.

Sucede que la confusión que desarrolla Negri entre las relaciones de clase y la dominación política, considerando "superada" la vieja forma de explotación capitalista y pasando a postular el rol de la patronal como esencialmente político, crea la ilusión de que el mecanismo de explotación puede ser derrotado con medidas que cambien la política sin cambiar las relaciones sociales (que solamente deberían seguir desarrollando la autonomía del trabajo abstracto liberado del comando capitalista) como una Renta Universal Ciudadana. 

Y es desde esta posición que, a contramano de cualquier tradición inmanentista, el propio Negri cae en un grosero dualismo, el cual encaja como anillo al dedo con una postura "progresista": la autonomía de base desde abajo, alentada desde arriba por un reformismo bien entendido, con el ejemplo de .... Roosevelt.

La afirmación de que la experiencia latinoamericana de la última década "demuestra" la superación del estado nacional, porque la "colaboración" de los distintos países habría evitado que las multinacionales intervinieran en el desarrollo; parece un chiste de mal gusto para quienes vivimos de este lado del mundo. Primero porque las multinacionales (con desigualdades) han hecho sus negocios en la "década ganada" y en general han seguido determinando el desarrollo de los países. Y segundo porque la integración no ha pasado más que de acuerdos político-comerciales que hoy atraviesan una crisis (ALBA-Mercosur). 

Negri repite más de una vez que su pensamiento "es profundamente institucional", porque "nosotros nunca hemos sido anarquistas", aclara. Pero, sin embargo, pese a que dice que lo que quedó de las experiencia de Quaderni Rossi y posteriores agrupamientos, es la sensación de una profunda autonomía de base, no propone ninguna "institución" de la democracia de base, sean comisiones internas de fábrica, coordinadoras interfabriles, soviets, asambleas populares, juntas vecinales o lo que fuere en tal sentido, que solamente quedan como una expresión del pasado.

Lo más parecido a una institución a lo que hace referencia (además de los gobiernos "progresistas") es al tipo de coalición amplia del estilo PODEMOS (que "lamentablemente no existe en Italia"). 

De esta forma, la "potencia de la multitud" que supuestamente no necesita de "mediaciones tradicionales" como partidos y programas revolucionarios, pero puede servirse de "necesarios" líderes mediáticos; termina siendo, por decirlo con términos un poco argentinos, la "columna vertebral" de un movimiento donde la "cabeza" son los intelectuales posmarxistas que postulan al Estado nacional como agente del cambio histórico. Dicho en los términos de Negri "una buena interpretación del reformismo, no de la revolución".

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(Agregado el 03/06/2015) Versión en italiano, acá