viernes, 27 de septiembre de 2013

La “integración” del kirchnerismo y la emergencia del Frente de Izquierda

Los últimos giros políticos de Cristina Fernández son festejados por algunos de sus adherentes, como una buena señal de que escuchó "el mensaje de las urnas". Las medidas económicas (suba coyuntural del mínimo no imponible), la especie de "glasnost" política concediendo largos reportajes televisivos (primero a Brienza y ahora a Rial), así como la "apertura" a reconocer el “problema de la inseguridad", son leídas como intentos de retomar la agenda política.

Todo parece indicar que más que una nueva "recuperación" es un plan de retirada en orden, lento, pasivo y no catastrófico, por ahora, por las ventajas de meses con "tasas chinas" un poco infladas por el indek pero generosas, que serían garantía de éxito y envidia de cualquier gobierno. En este caso no mueven el amperímetro para revertir la derrota de agosto, a lo sumo les permite no caer más al fondo.

La realidad es que esta línea de "integración" absoluta del kirchnerismo a la agenda del famoso país normal, con "seguridad" para las "inversiones" (Chevrón) y para la propiedad privada, la familia y el estado (Granados), confirma la decadencia del ciclo y la crisis de este fenómeno peculiar de la política argentina de los últimos 10 años.

Y esta experiencia fue la de un peronismo con ribetes de centroizquierda, que trastocó el sistema político criollo, como manifestación distorsionada y restauradora de la implosión del régimen de partidos y la crisis orgánica que tuvo su punto culminante en diciembre de 2001.

La cuestión es que el giro centroizquierdista del peronismo, el “avatar” kirchnerista, puso en crisis permanente a las oposiciones burguesas de centroizquierda no peronista, que sintieron "expropiadas" sus banderas históricas y limitaron sus críticas a un republicanismo liberal, sin ahorrar apoyos a corporaciones varias (Clarín, “el campo”), expresión de un país “pre-2001”, engendro que tiene su máxima expresión en el UNEN.

Habiendo cambiado las condiciones que le dieron origen, el kirchnerismo comienza su propia decadencia y gira persistemente a la derecha, víctima de los límites de su política restauradora, siguiendo la clásica costumbre de todos los reformismos: abrir el camino a “las derechas”.

Esto abrió una situación particular con una "crisis del espacio de representación de la centroizquierda", en la que el kirchnerismo tiene que abandonar progresivamente ese espectro y la centroizquierda sojera no puede hacerlo propio.

La emergencia del Frente de Izquierda se da con este marco general y tiene sus peculiaridades en las distintas provincias. El fenómeno de Nicolás Del Caño, el dirigente del PTS que encabeza la lista de diputados del FIT en Mendoza es expresión de esta situación.

El ascenso nacional del Frente de Izquierda, del cual el "fenómeno del Caño" es el polo más potente dese el punto de vista político-electoral, pude tener varias lecturas. Una es como manifestación de la crisis-ausencia de centroizquierda (más fuerte en unas regiones que en otras), y por lo tanto interpretado en su aspecto "negativo", como no representación de una radicalización política, sino como una ocupación de un espacio ajeno. Pero, si bien es un hecho que el desarrollo del FIT se da sin lucha de clases, una lectura "positiva" debe tener en cuenta que posibilidades y desafíos abre para la política, el programa y las ideas de la izquierda, la crisis de una opción de "contención" de centroizquierda y la "ocupación" de este espacio por un frente de "extrema izquierda" con partidos que se reivindican trotskystas. Porque la propia crisis de la centroizquierda y el malestar con la política burguesa "tradicional", es también terreno fértil para la izquierda.

También hay un mérito en el Frente de Izquierda, desde su propia constitución, pasando por su ofensiva intervención como una voz de denuncia y lucha en hechos políticos nacionales (luchas democráticas, Proyecto X), así como su participación orgánica en la lucha de clases de las vanguardias que son minorías intensas (ferroviarios, subte, fábricas de la zona norte del GBA), y cuándo esta tiende a generalizarse como en el paro del 20N, donde la izquierda, y sobre todo las corrientes del Frente de Izquierda (y del PTS en particular), fueron protagonistas. Las recientes elecciones universitarias en la principal universidad del país, demostraron también el peso de la izquierda, que responde el fenómeno general, pero también a la indiscutible presencia orgánica en el movimiento estudiantil. 

Formados en el underground de los "días de perros" de los '90, no dejan de sorprendernos las repercusiones del “fenómeno Del Caño”. Los “jóvenes” del PD lo atacan por “querer nivelar para abajo como la Cuba de Fidel”, con el resultado de que las burlas a los “gansos” crecen en la misma proporción que la simpatía por el candidato del FIT. Consultores discuten si a Del Caño le conviene responder a estos ataques, si los ataques le suman o le restan votos y analizan la estrategia de campaña del joven trotskista “sin un mango y a pulmón”, que puede quedarse con la banca del peronismo (¡vaya atrevimiento!). Y mientras tanto, la irrupción de la extrema izquierda en la política mendocina (y de conjunto a nivel nacional) es un hecho incontestable, al punto de que se habla de “un trotskista que puede ser la revelación en Mendoza” incluso en medios que ocultaron lo más que pudieron la campaña del FIT.

Y la buena noticia es que, visto a escala nacional, el posible ingreso de Del Caño (quizá como parte una bancada del FIT) al Congreso de la Nación, implicará como planteamos en otras oportunidades, la posibilidad y el desafíos de transformar un “espacio” en “posición”, puesta al servicio de la construcción de una izquierda revolucionaria con la estrategia de crear una alianza obrero-popular bajo la jefatura (hegemonía) de la clase trabajadora, a diferencia de las diversas “nuevas izquierdas” que crecieron y cayeron sin pena ni gloria durante los últimos años y de cuya existencia ni se enteraron los trabajadores.

Fernando Rosso/Juan Dal Maso

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El error de quemarle el "trapo rojo" a Del Caño (nota de MDZ online)



¿En Mendoza hay más votantes trotskistas? ¿O con el voto a Del Caño estamos castigando a alguien? La pelea de fondo es por la quinta banca, a tiro del joven candidato de la izquierda. Entre el voto a Clemente de 2001 y la desilusión del progresismo kirchnerista. Cómo sigue la pelea de los partidos tradicionales contra Del Caño, y cómo se va a defender el postulante que conquista el voto joven de clase media. La opinión de los consultores.

Completo, acá.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Mantis


Leo en Boedo (todos los poemas) de Fabián Casas (Eloísa Cartonera, Bs. As. 2010), unas líneas que llevan por título el de este post y dicen:


Porque creímos que en pocas horas
te iban a guardar en el estuche,
en tu cama de la 206
reinaba un clima de expresionismo abstracto. 
Los médicos, blancos y limpios, se movían a pila
                                  por el pasillo.
Con una campera berreta y ajustada,
que dejaba su panza al aire,
un viejo le daba papilla en la boca
a tu copiloto de pieza.
Pasillos desinfectados
que inundaba al mediodía
el caldo recalentado.
Propinas a la enfermera, insomnio,
charlas entre familiares comentando el parte
que los doctores, con su letra ininteligible,
dejaban a los pies de tu cama.
                                   Y vos, como una mantis albina,
conectada al suero y al respirador...
Recé porque no entendí
que la luz y la noche se confundieran tanto.
De vez en cuando, pensé mientras te miraba,
nacen personas que viven durante toda su vida
sólo para dar amor a los demás,
sacrificando sus deseos y su importancia personal.
Un fenómeno extraño, para tener en cuenta,
sobre el ruido de fondo de la muerte.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Viernes (escritores)

Debatiendo sobre Borges y Roberto Arlt, queda una síntesis precaria de "universalidad" y cross a la mandíbula. Son dos formas distintas de pensar la literatura, la del patricio y la del hijo de inmigrantes. Uno "posee" la cultura por derecho propio y el otro se abre camino a las piñas.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

UCR: El sueño de una improbable resurrección


Ayer el diario La Nación salió a difundir el módico sueño de resurgimiento del partido radical, a partir de su buena elección en la provincia de Corrientes. Contabiliza la cantidad de intendentes, diputados e intenta mostrarlo como un aparato territorial, que tiene peso en muchos lugares y sólo le falta dar un pasito para su resurgimiento como partido nacional, superando el actual estadio de "panradicalismo".


Panperonismo y panradicalismo son un resultado de la crisis del sistema de partidos del 2001 en adelante. Sin embargo, mientras el peronismo ha demostrado una y otra vez su capacidad de sostenerse y constituirse como "fuerza nacional", aunque en los hechos sea una coalición de gobernadores feudales, intendentes mazorqueros y policías mafiosas, el radicalismo, destruido como "partido de las clases medias", sin peso suficiente en las grandes concentraciones de la PBA y postulándose como "partido de los sojeros", tiene muchas dificultades para hacer lo que La Nación está pidiendo. 

En efecto ¿cómo se puede "hegemonizar" a los habitantes de las grandes barriadas populares y a amplio sectores del movimiento obrero, con una mezcla de republicanismo y baja de las retenciones? El que encontrare la respuesta afirmativa a esa pregunta, lo más probable es que esté soñando despierto. La cuestión es que la Tribuna de Doctrina no abandona su "sueño dogmático" pre-nacional y pre-2001 de un país 100% oligárquico del ganado y las mieses; "modernizado" ahora por las sojas. Scioli o Massa, son una resignación al "programa mínimo", de ese objetivo de máxima. 

Incluso el contexto general de relativa unidad burguesa alrededor de que haya una salida ordenada de CFK, el "nuevo consenso" poskirchnerista que postula la continuidad de la política económica con algunas "correcciones", hace más inviable la resurrección radical, que por el momento parece que seguirá confinado a instancias provinciales o municipales. 

Por el lado del kirchnerismo, habiéndose recompuesto la unidad del oficialismo, con la Presidente mostrándose con Insaurralde y éste acordando con Kunkel en promover la campaña derechista de crimininalizar a los menores de edad, confirman que este tránsito al poskirchnerismo ya está en marcha.

Lejos de una vuelta a un tranquilo bi-partidismo de la alternancia, el futuro del país burgués seguirá dependiendo de la resolución de la interna del peronismo que en primer término "aparece" como disputas políticas, en el peor sentido del término. Pero que, combinado con el agotamiento del "modelo", y la sucesión sin resolución clara, incuba nuevas posibles crisis nacionales.

Mientras tanto, un nuevo aniversario de la desaparición de Jorge Julio López. Y el consenso profundo, en el que acuerdan todos: radicales, peronistas y centroizquierdistas, es que siga la impunidad, escondida en los archivos.

Juan Dal Maso/Fernando Rosso

viernes, 13 de septiembre de 2013

Entre el clavel y la espada

Si bien era un terrible stalinista, creo que Rafael Alberti era un gran escritor. Comparto con los amigos unas líneas con las que inicia Entre el Clavel y la Espada, que leí por primera vez hace como veinte años, por consejo de mi viejo:



Si yo no viniera de donde vengo; si aquel reaparecido, pálido, yerto horror no me hubiera empujado a estos nuevos kilómetros todavía sin lágrimas; si no colgara, incluso de los mapas más tranquilos, la continua advertencia de esa helada y doble hoja de muerte; si mi nombre no fuera un compromiso, una palabra dada, un expuesto cuello constante, tú, libro que ahora vas a abrirte, lo harías solamente bajo un signo de flor, lejos de él la fija espada que lo alerta.


Hincado entre los dos vivimos: de un lado, un seco olor a sangre pisoteada; de otro, un aroma a jardines, a amanecer diario, a vida fresca, fuerte, inexpugnable. Pero para la rosa o el clavel hoy cantan pájaros más duros, y sobre dos amantes embebidos puede bajar la muerte silbadora desde esas mismas nubes en que soñaran verse viajando, vapor de espuma por la espuma.


No te muevas. Silencio. No te muevas.


Sobre las alamedas de los verdes más íntimos, un decreto de fuego. Sobre el sueño, en la noche, ausente bajo sábanas de temores rendidos, la ley del sobresalto, la explosión imprecisa. E igual sobre la torre, el cristal, el humo, el charco de las ranas, el césped madruguero...

Espada, espada, espada, espadas.

Y mientras, en acoso, en abrazo, en sitio, la imaginación siempre atónita, con ojeras y párpados de asombro, ardiendo por la fuerza de la sangre; mandando desmandada, aferrándose ansiosa, imperecedera, en lo que deseáramos eterno por debajo de los escombros, aplastado por las ruinas.


Clavel, clavel, clavel, claveles.


Salta, gallo de alba: mira qué alcobas encendidas van a abrírsete. Caballo, yerba, perro, toro: tenéis llama de hombre. Aceleraos. Hay cambios en el aire. Errores floridos. Pero... Silencio. Oíd. Esperad. No os mováis.

Entre el clavel y la espada.

martes, 10 de septiembre de 2013

La tendencia a disminuir al adversario

Es sin más un documento de la inferioridad del que la tiene; se tiende infantilmente a disminuir rabiosamente al adversario para poder creer que se le vencerá sin ninguna duda. Por eso hay oscuramente en esa tendencia un juicio acerca de la propia incapacidad y debilidad (que quiere animarse), y hasta podría reconocerse en ella un conato de autocrítica (que se avergüenza de sí misma, que tiene miedo de manifestarse explícitamente y con coherencia sistemática). Se cree en la "voluntad de creer" como condición de la victoria, lo cual no sería erróneo si no se concibiera mecánicamente, convirtiéndose en un autoengaño (cuando contiene una indebida confusión entre masas y jefes y rebaja la función del jefe al nivel del seguidor más atrasado y sin luces; en el momento de la acción el jefe puede intentar infundir en los seguidores la convicción de que el adversario será derrotado sin ninguna duda, pero él mismo tiene que hacerse un juicio más exacto, y calcular todas las posibilidades, incluso las más pesimistas). Un elemento de esta tendencia es de la naturaleza del opio: es, efectivamente, propio de débiles el abandonarse a las fantasías, el soñar con los ojos abiertos que los propios deseos son la realidad, que todo se desarrolló según los deseos de uno. Por eso se atribuyen a una parte la incapacidad, la estupidez, la barbarie, la cobardía, etc., y a la otra las dotes más altas del carácter y de la inteligencia: la lucha no puede ser dudosa, y ya parece que se tenga la victoria en la mano. Pero esa lucha es soñada, y vencida en sueños. Otro aspecto de esta tendencia consiste en ver las cosas como en la pintura histórica de las estampas populares, en los momentos culminantes de alta epicidad. En la realidad, se empiece a actuar por donde se empiece, las dificultades resultan inmediatamente graves porque no se ha pensado nunca concretamente en ellas, y como siempre hay que empezar por cosas pequeñas (pues, por regla general, las cosas grandes son conjuntos de cosas pequeñas), la "cosa pequeña" se desprecia: es mejor seguir soñando y retrasar la acción hasta el momento de la "gran cosa". La función de centinela es molesta, pesada, agotadora; ¿por qué "desperdiciar" así la personalidad humana, en vez de reservarla para la hora grande del heroísmo?, etc. No se tiene en cuenta que si el adversario te está dominando mientras tú lo disminuyes, reconoces ser dominado por uno al que consideras inferior: pero entonces, ¿cómo es que ha conseguido dominarte? ¿Cómo es que te ha vencido y ha sido superior a ti precisamente en aquel instante decisivo que tenía que dar la medida de tu superioridad y de su inferioridad? No hay duda: el diablo metió la cola. Pues bien: aprende a tener a la cola del diablo de tu parte. 
Antonio Gramsci

viernes, 6 de septiembre de 2013

Borges, Perón y el pasado que no vuelve

Mi amigo Fernando Rosso me hizo llegar este artículo de David Viñas, que dada mi ignorancia habitual sobre muchísimas cosas incluido Viñas, no conocía. 

Es interesante que le encontró una vuelta distinta a la discusión sobre peronismo y antiperonismo alrededor de la comparación entre las figuras de Perón y Borges y en definitiva cómo ambos expresan, a modo de cara y contracara, lo más que dio el pensamiento burgués sobre cómo conducir la nación argentina.

Para continuar la reflexión desde otro lugar, creo que una gran diferencia entre Borges y Perón es aquella referida al "rol del intelectual". Borges podría encuadrarse en lo que según el análisis gramsciano de los intelectuales se considera un "intelectual tradicional". Más allá de sus posicionamientos políticos, siempre consideró que su función estaba más allá de la política. Su literatura tiene un sesgo intelectual pronunciado que se expresa en las permanentes demostraciones de erudición (muchas veces innecesarias en lo que hace al desarrollo del relato) y las incursiones de la reflexión sobre filosofía, metafísica, religión y cuestiones por el estilo. Puede argumentarse que realizar una conferencia sobre Swedenborg en plena dictadura o pronunciarse a favor de la censura contra la película inspirada en su relato La Intrusa, son posicionamientos de por sí fuertemente políticos. Pero creo que Borges no estaba interesado en tales asuntos.

Perón aparece en cierto modo como lo contrario de Borges. Lejos de la figura de un intelectual tradicional, si bien salido de la burocracia militar, es más parecido a un "intelectual orgánico", porque traspasa su función previamente establecida para su categoría social, toma en sus manos la "conducción política" y se propone administrar la "anomalía" del movimiento obrero argentino. Pero como el bonapartismo es "inorgánico por definición" (ya que al elevarse por encima de las clases para defender el interés burgués no siempre lo hace con el beneplácito de la burguesía), en realidad es una hibridación de las dos figuras, la del intelectual "tradicional" y la del "orgánico".

Con todo, son dos figuras de un pasado que no se va a repetir. La decadencia de las "clases altas" tiene su expresión en que los chetos se segregan cada vez más, pero no están imbuidos de ninguna aspiración de tallar en la "alta cultura" y la búsqueda de universalidad por los escritores argentinos (por lo menos los que yo conozco) es en la actualidad mucho más modesta. La reciente historia argentina hace imposible la unidad de supuestos (e inexistentes) "militares anti-imperialistas" con el movimiento de masas y el peronismo, sometido a diversas configuraciones durante las últimas décadas, está pasando de la "izquierda posible" a la "derecha aceptable", a pasos acelerados. 

Borges y Perón son dos postales de una Argentina que no existe más. 

Viernes (finito)

Otra vez en la Ruta 40, que está en todas partes y no se termina más, como el peronismo. Viñas dijo que el pensamiento burgués puede dar combinaciones infinitas, pero sus ingredientes son finitos. Lo mismo sucede con los simulacros de escritura.